El líder de los talibanes, el
mullah Mansour, ordenó a sus combatientes que se preparen para el "ataque final" contra el "enemigo" en
Afganistán, en un momento en el que el Gobierno afgano busca iniciar un diálogo de paz con los insurgentes.
"Esperamos que la ayuda de Dios, nuestra gran fe (...) y la alta moral existente nos prepare para el ataque final contra el enemigo", afirmó Mansour en un comunicado difundido ayer en relación a la guerra contra las tropas del Gobierno afgano y extranjeras desplegadas en el país.
El mullah Mansour aseguró además que los talibanes están unidos y que "cada día que pasa se hacen más fuertes" y calificó de "propaganda del enemigo" la información sobre luchas internas por alzarse con el liderazgo dentro de la agrupación insurgente, según informó una agencia de noticias.
Esos rumores de divisiones surgieron el pasado julio, cuando se conoció que el anterior líder de los talibanes, el mullah Omar, había muerto en 2013.
Tras ese anuncio surgieron disputas sobre el liderazgo en el seno de los talibanes, que ha dado lugar a enfrentamientos armados entre diferentes facciones.
El anuncio se produce en momentos en que el Gobierno trata de reanimar el diálogo con los insurgentes del país que precisamente quedó trunco con el anuncio de la muerte del mullah Omar.
Quien busca ahora relanzar ese diálogo es el Grupo a Cuatro (G4), formado por Afganistán,
Estados Unidos, China y Pakistán.
El líder insurgente insistió en la nota que la situación de los talibanes está "mejor que nunca", debido a las "conquistas" alcanzadas el año pasado y a aquellas que están aún por llegar.
En la actualidad, los talibanes controlan casi un tercio del territorio afgano, la mayor extensión bajo su dominio desde la caída del régimen talibán por la invasión estadounidense en 2001, según un reciente informe del Inspector Especial General para la Reconstrucción de Afganistán de EEUU (Sigar).
El líder de los talibanes, el
mullah Mansour, ordenó a sus combatientes que se preparen para el "ataque final" contra el "enemigo" en
Afganistán, en un momento en el que el Gobierno afgano busca iniciar un diálogo de paz con los insurgentes.
"Esperamos que la ayuda de Dios, nuestra gran fe (...) y la alta moral existente nos prepare para el ataque final contra el enemigo", afirmó Mansour en un comunicado difundido ayer en relación a la guerra contra las tropas del Gobierno afgano y extranjeras desplegadas en el país.
El mullah Mansour aseguró además que los talibanes están unidos y que "cada día que pasa se hacen más fuertes" y calificó de "propaganda del enemigo" la información sobre luchas internas por alzarse con el liderazgo dentro de la agrupación insurgente, según informó una agencia de noticias.
Esos rumores de divisiones surgieron el pasado julio, cuando se conoció que el anterior líder de los talibanes, el mullah Omar, había muerto en 2013.
Tras ese anuncio surgieron disputas sobre el liderazgo en el seno de los talibanes, que ha dado lugar a enfrentamientos armados entre diferentes facciones.
El anuncio se produce en momentos en que el Gobierno trata de reanimar el diálogo con los insurgentes del país que precisamente quedó trunco con el anuncio de la muerte del mullah Omar.
Quien busca ahora relanzar ese diálogo es el Grupo a Cuatro (G4), formado por Afganistán,
Estados Unidos, China y Pakistán.
El líder insurgente insistió en la nota que la situación de los talibanes está "mejor que nunca", debido a las "conquistas" alcanzadas el año pasado y a aquellas que están aún por llegar.
En la actualidad, los talibanes controlan casi un tercio del territorio afgano, la mayor extensión bajo su dominio desde la caída del régimen talibán por la invasión estadounidense en 2001, según un reciente informe del Inspector Especial General para la Reconstrucción de Afganistán de EEUU (Sigar).