El primer ministro griego, Alexis Tsipras, emplazó ayer a los refugiados a dejar que el Gobierno los traslade del campamento fronterizo de Idomeni a los centros de acogida organizados y subrayó que la frontera "está cerrada" y no hay posibilidad de que reabra, un día después de que un importante grupo cruzara ilegalmente a territorio de Macedonia.
"Hacemos un llamamiento a los refugiados que están en Idomeni para que dejen de insistir en permanecer en esa zona. Quiero decir a esta gente que las fronteras no cerraron por casualidad, y que no hay posibilidad de que los que cortaron esta ruta la vayan a reabrir", sostuvo Tsipras en una conferencia de prensa.
La firme advertencia de Tsipras llega poco después de que las autoridades macedonias procedieran a deportar, a cerca de un millar de migrantes y refugiados que el lunes lograron entrar en la Antigua República Yugoslava de Macedonia (Arym) a través del cauce de un río.
"Todos los inmigrantes fueron llevados de vuelta a Grecia. También todos los otros que cruzaron ilegalmente la frontera, incluidos los periodistas", confirmó a la prensa el portavoz del Ministerio del Interior, Toni Angelovski.
Casi mil migrantes del campamento provisional situado junto al puesto fronterizo de Idomeni emprendieron el lunes una marcha de horas para cruzar la frontera en un punto donde termina la valla construida por el Ejército macedonio.
Cruzaron el río Suva Reka y entraron ilegalmente en Macedonia en el pueblo de Moín, pero fueron detenidos por la policía macedonia y las fuerzas del Ejército.
Medio centenar de periodistas y voluntarios que los siguieron en su ruta, entre ellos varios españoles, fueron expulsados previo pago de una multa de 250 euros.
"El Gobierno trabaja duro para crear el máximo número posible de instalaciones para la acogida de refugiados. Hagan una comparación entre lo que hizo Grecia y lo que no hicieron los demás países de Europa", recalcó Tsipras en su llamamiento.
Subrayó que Grecia no quiso construir instalaciones de acogida cerca de la frontera, para no transformar la crisis de refugiados en una crisis diplomática.
Con esto, el primer ministro aludió a acusaciones desde Skopje según las cuales el éxodo masivo estuvo orquestado desde Grecia.
Ivica Bocevski, representante de la Oficina del presidente macedonio, Gjorge Ivanov, había advertido que no permitirían la reapertura de la ruta de los Balcanes.
Macedonia es una parte de la ruta de los Balcanes de los refugiados que buscan llegar al norte de Europa, pero las autoridades sellaron definitivamente la frontera hace 1 semana.
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El primer ministro griego, Alexis Tsipras, emplazó ayer a los refugiados a dejar que el Gobierno los traslade del campamento fronterizo de Idomeni a los centros de acogida organizados y subrayó que la frontera "está cerrada" y no hay posibilidad de que reabra, un día después de que un importante grupo cruzara ilegalmente a territorio de Macedonia.
"Hacemos un llamamiento a los refugiados que están en Idomeni para que dejen de insistir en permanecer en esa zona. Quiero decir a esta gente que las fronteras no cerraron por casualidad, y que no hay posibilidad de que los que cortaron esta ruta la vayan a reabrir", sostuvo Tsipras en una conferencia de prensa.
La firme advertencia de Tsipras llega poco después de que las autoridades macedonias procedieran a deportar, a cerca de un millar de migrantes y refugiados que el lunes lograron entrar en la Antigua República Yugoslava de Macedonia (Arym) a través del cauce de un río.
"Todos los inmigrantes fueron llevados de vuelta a Grecia. También todos los otros que cruzaron ilegalmente la frontera, incluidos los periodistas", confirmó a la prensa el portavoz del Ministerio del Interior, Toni Angelovski.
Casi mil migrantes del campamento provisional situado junto al puesto fronterizo de Idomeni emprendieron el lunes una marcha de horas para cruzar la frontera en un punto donde termina la valla construida por el Ejército macedonio.
Cruzaron el río Suva Reka y entraron ilegalmente en Macedonia en el pueblo de Moín, pero fueron detenidos por la policía macedonia y las fuerzas del Ejército.
Medio centenar de periodistas y voluntarios que los siguieron en su ruta, entre ellos varios españoles, fueron expulsados previo pago de una multa de 250 euros.
"El Gobierno trabaja duro para crear el máximo número posible de instalaciones para la acogida de refugiados. Hagan una comparación entre lo que hizo Grecia y lo que no hicieron los demás países de Europa", recalcó Tsipras en su llamamiento.
Subrayó que Grecia no quiso construir instalaciones de acogida cerca de la frontera, para no transformar la crisis de refugiados en una crisis diplomática.
Con esto, el primer ministro aludió a acusaciones desde Skopje según las cuales el éxodo masivo estuvo orquestado desde Grecia.
Ivica Bocevski, representante de la Oficina del presidente macedonio, Gjorge Ivanov, había advertido que no permitirían la reapertura de la ruta de los Balcanes.
Macedonia es una parte de la ruta de los Balcanes de los refugiados que buscan llegar al norte de Europa, pero las autoridades sellaron definitivamente la frontera hace 1 semana.
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