El problema de la falta de puntos de venta está vinculado a la escasa ganancia que aducen los propietarios de kioscos y comercios que brindan el servicio. Otros problemas pasan por la demora de la llegada de tarjetas para la venta y la falta de sistema de carga, y es que no sólo es una cuestión operativa sino de saldos para trabajar que fluctúan según el kiosco. Cabe recordar que la Unión de Tranviarios Automotor instó a prorrogar su implementación de modo de mejorar la provisión de puntos de recarga pero se ratificó su implementación.
"El problema es el límite que te da la Sube para cargar por día, que van incrementando semanalmente. Todavía no podemos llegar a cubrir la demanda diaria", precisó Pablo Rearte, uno de los recargadores. Explicó que finalizadas las clases llega a proveer la demanda hasta la tarde.
Se refirió también al escaso margen de ganancia que aseguró es de $ 0,005 con lo cual deben trabajar todo el día para lograr una ganancia de 50 pesos. De hecho, aseguró que es ínfima la ganancia en comparación a la serie de gestiones que requiere poder brindar el servicio, que implicó el envío de una solicitud por intermedio de un proveedor que les ofrece ésto y la envía a Buenos Aires donde controlan si están al día con los papeles e impuestos, y luego les manda el aparato.
En coincidencia con ese proveedor de servicios, otro de ellos Gustavo Caro aseguró que "no es que no dé ganancias sino que es tan mínima que poner una persona para cargar Sube no cubre los gastos de un sueldo", precisó agregando que encima deben pagar el costo del posnet y los insumos, por lo que anticipó que prevé suspender al servicio. "Tengo mucha demanda, me consume mucho tiempo, y descuido toda mi venta primaria", aclaró recordando que solía recibir carga de hasta 40 mil pesos en tarjetas.
El sistema implica que el kiosco debe hacer un prepago a la empresa de servicio por el saldo para hacer recarga, entonces si se le acaba el saldo, pese a la demanda, y si supera el monto previsto se le corta el servicio y no tiene solución ya que la reanudación a veces se tarda horas. Para incorporar comercios dependen de la distribuidora principal de Buenos Aires, deben ser una suerte de garante, con lo cual abren la posibilidad de venta solamente algunos comercios.
Por otro lado, uno de los proveedores, que aún figura en el listado difundido por el Municipio, aclaró que hace más de un mes que dejó de brindar el servicio de recarga para tarjetas Sube aseguró que no es conveniente porque le recargan 500 pesos y se acababa. "Lo cargas en una hora, dan 1 % y son 50 pesos por día, y viene la gente y hay que atenderla bien y para trabajar hay que hacerlo para ganar, sino nada", afirmó y aclaró que con la demanda debía descuidar su negocio que es la fuente principal de ingreso.
Otra de las empleadas de un comercio de calle Necochea donde se recarga, Teresa, aseguró que suele haber complicaciones para la recarga en el sistema y reciben mucha gente que pregunta reiteradamente.
Uno de los proveedores de tarjetas y de recargas explicó que la demanda es alta y existen grandes dificultades para mantener el servicio debido a que no se trata de una prestación única ya que quienes lo brindan suelen tener un kiosco o comercio y les requiere más trabajo, que en definitiva no justifica las ganancias.
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El problema de la falta de puntos de venta está vinculado a la escasa ganancia que aducen los propietarios de kioscos y comercios que brindan el servicio. Otros problemas pasan por la demora de la llegada de tarjetas para la venta y la falta de sistema de carga, y es que no sólo es una cuestión operativa sino de saldos para trabajar que fluctúan según el kiosco. Cabe recordar que la Unión de Tranviarios Automotor instó a prorrogar su implementación de modo de mejorar la provisión de puntos de recarga pero se ratificó su implementación.
"El problema es el límite que te da la Sube para cargar por día, que van incrementando semanalmente. Todavía no podemos llegar a cubrir la demanda diaria", precisó Pablo Rearte, uno de los recargadores. Explicó que finalizadas las clases llega a proveer la demanda hasta la tarde.
Se refirió también al escaso margen de ganancia que aseguró es de $ 0,005 con lo cual deben trabajar todo el día para lograr una ganancia de 50 pesos. De hecho, aseguró que es ínfima la ganancia en comparación a la serie de gestiones que requiere poder brindar el servicio, que implicó el envío de una solicitud por intermedio de un proveedor que les ofrece ésto y la envía a Buenos Aires donde controlan si están al día con los papeles e impuestos, y luego les manda el aparato.
En coincidencia con ese proveedor de servicios, otro de ellos Gustavo Caro aseguró que "no es que no dé ganancias sino que es tan mínima que poner una persona para cargar Sube no cubre los gastos de un sueldo", precisó agregando que encima deben pagar el costo del posnet y los insumos, por lo que anticipó que prevé suspender al servicio. "Tengo mucha demanda, me consume mucho tiempo, y descuido toda mi venta primaria", aclaró recordando que solía recibir carga de hasta 40 mil pesos en tarjetas.
El sistema implica que el kiosco debe hacer un prepago a la empresa de servicio por el saldo para hacer recarga, entonces si se le acaba el saldo, pese a la demanda, y si supera el monto previsto se le corta el servicio y no tiene solución ya que la reanudación a veces se tarda horas. Para incorporar comercios dependen de la distribuidora principal de Buenos Aires, deben ser una suerte de garante, con lo cual abren la posibilidad de venta solamente algunos comercios.
Por otro lado, uno de los proveedores, que aún figura en el listado difundido por el Municipio, aclaró que hace más de un mes que dejó de brindar el servicio de recarga para tarjetas Sube aseguró que no es conveniente porque le recargan 500 pesos y se acababa. "Lo cargas en una hora, dan 1 % y son 50 pesos por día, y viene la gente y hay que atenderla bien y para trabajar hay que hacerlo para ganar, sino nada", afirmó y aclaró que con la demanda debía descuidar su negocio que es la fuente principal de ingreso.
Otra de las empleadas de un comercio de calle Necochea donde se recarga, Teresa, aseguró que suele haber complicaciones para la recarga en el sistema y reciben mucha gente que pregunta reiteradamente.
Uno de los proveedores de tarjetas y de recargas explicó que la demanda es alta y existen grandes dificultades para mantener el servicio debido a que no se trata de una prestación única ya que quienes lo brindan suelen tener un kiosco o comercio y les requiere más trabajo, que en definitiva no justifica las ganancias.