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10 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
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Un atleta homenajeó a todos los caídos

Jueves, 22 de diciembre de 2016 01:30
<p>HOMENAJE / ALEJANDRO SCOMPARIN OFRECE ROSARIOS A LAS TUMBAS DE LOS CAÍDOS.</p>
Alejandro Scomparin, el atleta porteño que unió los cementerios británico y argentino en Malvinas como parte de una carrera de 250 kilómetros en "homenaje a todos los veteranos y caídos" en el conflicto del Atlántico Sur, calificó como "inolvidable" la experiencia por el "increíble silencio" que envuelve al archipiélago y porque en muchos tramos sintió el "acompañamiento" de los héroes que allí perdieron la vida.
"Nos pasaron cosas increíbles durante los seis días" en los que se dividió el recorrido entre el 11 y el 16 de diciembre, dijo Scomparin, exárbitro de fútbol de 45 años que se propuso el desafío solitario "Unir Malvinas", que cumplió con la colaboración de dos amigos.
"El primer día llovió mucho y cuando llegamos a (el asentamiento de) Fitz Roy, donde hay dos memoriales británicos, aparecieron, de la nada, tres caballos salvajes con un potrillo que me escoltaron hasta el lugar donde tenía que llegar (para hacer el homenaje)", contó el también director de Relaciones Institucionales de la Universidad Tecnológica Nacional.
"Unir Malvinas" es el nombre que Scomparin le puso a esta carrera individual que pretendió ser al mismo tiempo "un desafío de superación personal" y "un mensaje de paz y diálogo" a partir de la resignificación operada en él respecto del conflicto.
"Yo tenía 11 años cuando comenzó la guerra y desde ahí me empecé a interesar, a leer mucho sobre el tema y a crecer con un profundo sentimiento antiinglés. Pero con los años fui conociendo a veteranos que eran amigos de los soldados ingleses con que combatieron y hasta alguno de ellos que es padrino de casamiento de un británico", contó.
"Todas esas cosas me estaban demostrando que el equivocado era yo, que ni estuve en la guerra", agregó.
La posibilidad de conocer las islas de una particular manera -corriendo- comenzó a gestarse hace dos años, cuando conoció por fin a Pablo Carballo, el comodoro retirado de la Fuerza Aérea que fue condecorado con la "Cruz al Heroico Valor en Combate" por su destacada participación en la Guerra de Malvinas y sobre el que tanto había leído Scomparin.
"Él, que sabe que me dedico a correr maratones y triatlones, me propuso ir a correr a las islas; pero a mí el maratón que organiza todos los años el banco de Malvinas (Stanley Marathon) no me interesa", contó.
En su propia versión de esta carrera, Scomparin pensó "en unir los dos cementerios", pero cuando advirtió que la distancia entre ambos es de sólo 32 kilómetros, llegó a la conclusión de que "era muy corto para semejante viaje" y fue agregándole tramos al recorrido en función de los lugares que quería conocer entre los que habían sido escenario del conflicto bélico de 1982.
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Alejandro Scomparin, el atleta porteño que unió los cementerios británico y argentino en Malvinas como parte de una carrera de 250 kilómetros en "homenaje a todos los veteranos y caídos" en el conflicto del Atlántico Sur, calificó como "inolvidable" la experiencia por el "increíble silencio" que envuelve al archipiélago y porque en muchos tramos sintió el "acompañamiento" de los héroes que allí perdieron la vida.
"Nos pasaron cosas increíbles durante los seis días" en los que se dividió el recorrido entre el 11 y el 16 de diciembre, dijo Scomparin, exárbitro de fútbol de 45 años que se propuso el desafío solitario "Unir Malvinas", que cumplió con la colaboración de dos amigos.
"El primer día llovió mucho y cuando llegamos a (el asentamiento de) Fitz Roy, donde hay dos memoriales británicos, aparecieron, de la nada, tres caballos salvajes con un potrillo que me escoltaron hasta el lugar donde tenía que llegar (para hacer el homenaje)", contó el también director de Relaciones Institucionales de la Universidad Tecnológica Nacional.
"Unir Malvinas" es el nombre que Scomparin le puso a esta carrera individual que pretendió ser al mismo tiempo "un desafío de superación personal" y "un mensaje de paz y diálogo" a partir de la resignificación operada en él respecto del conflicto.
"Yo tenía 11 años cuando comenzó la guerra y desde ahí me empecé a interesar, a leer mucho sobre el tema y a crecer con un profundo sentimiento antiinglés. Pero con los años fui conociendo a veteranos que eran amigos de los soldados ingleses con que combatieron y hasta alguno de ellos que es padrino de casamiento de un británico", contó.
"Todas esas cosas me estaban demostrando que el equivocado era yo, que ni estuve en la guerra", agregó.
La posibilidad de conocer las islas de una particular manera -corriendo- comenzó a gestarse hace dos años, cuando conoció por fin a Pablo Carballo, el comodoro retirado de la Fuerza Aérea que fue condecorado con la "Cruz al Heroico Valor en Combate" por su destacada participación en la Guerra de Malvinas y sobre el que tanto había leído Scomparin.
"Él, que sabe que me dedico a correr maratones y triatlones, me propuso ir a correr a las islas; pero a mí el maratón que organiza todos los años el banco de Malvinas (Stanley Marathon) no me interesa", contó.
En su propia versión de esta carrera, Scomparin pensó "en unir los dos cementerios", pero cuando advirtió que la distancia entre ambos es de sólo 32 kilómetros, llegó a la conclusión de que "era muy corto para semejante viaje" y fue agregándole tramos al recorrido en función de los lugares que quería conocer entre los que habían sido escenario del conflicto bélico de 1982.
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