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7 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Laberintos humanos. Me dio un recado

Martes, 13 de diciembre de 2016 01:30

Laberintos humanos. Me dio un recado


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Laberintos humanos. Me dio un recado


Capaz que tenía tu edad, le dijo Pierro a Busca cuando le contó del día en que conoció a don Ramiro Buenomo. Me le acerqué al escritorio, me le presenté, dejé que me estudiara con la mirada y me dio un recado. Andate donde doña Máxima Turrute, más allá del cerro, y trata de ver quien le anda robando las gallinas.

Pierro le dijo a Antonino Busca que salió orgulloso aquella vez para cumplir la orden de don Ramiro, y caminó como jornada y media preguntando a cada paisano que se le cruzaba por la casa de doña Máxima Turrute, y cada uno le corregía algo del rumbo hasta que vio el rancho tras una peña que obligaba al camino a dar un rodeo largo.

Le llamó la atención no ver un gallinero. Esquivó los colmillos de dos perros que después supo que eran famosos por los malos, batió palmas antes de cruzar la acequia, esperó a que la dueña de casa saliera secándose las manos con la falda, caminara lentamente hasta estarle cerca y, sin invitarlo como mandan las costumbres camperas, le preguntó qué quería.

Le dijo que don Ramiro Buenomo lo mandaba a saber quién le andaba robando las gallinas, y ella le dijo con desgano que vea si quiere, y se volvió a la casa. Dos días pasó el joven Bautisto rondando la casa, pasando hambre y frío y ni rastro de ladrones, pero menos de gallinas, hasta que la vio salir a doña Máxima y, cuando le dijo lo que no había descubierto, ella le dijo: qué cosa, y se alejó andando lento.

Entonces pensé que don Ramiro me estaría enseñando algo, pero al regresar comprobé que era sólo una broma.

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