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19 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Un empate que no sirve

Domingo, 30 de octubre de 2016 01:30
SÓLO EMPATÓ. GIMNASIA COSECHA SIETE IGUALDADES EN EL TORNEO. AYER NO PUDO CON LA LEPRA.
Los silbidos se hicieron escuchar al final. El público dio su veredicto cuando el árbitro Bruno Bocca decretó el cierre: Gimnasia jugó mal y el empate con Independiente Rivadavia de Mendoza no conformó a nadie. Entonces, esta igualdad en uno -la séptima en diez fechas- se puede traducir con la frase que "no se sumó un punto, se perdieron dos".

Su irregularidad y la falta de gol son los principales problemas. Hubo silbidos al final y caras de preocupación.

Es más, si se contabilizaban las chances netas de gol, la visita estuvo un peldaño más arriba.
Pero el tema es el "lobo". Si no se gana en el estadio "23 de Agosto" es una utopía pensar que se peleará un ascenso. ¿Falta mucho? Una barbaridad, pero hay que ir consolidando el camino.

La falta de regularidad en su juego y el escaso poder de gol son los principales del equipo. Y la realidad golpea porque el "lobo" tendría que estar más arriba de la tabla, pero necesita cambiar el chip.
En el arranque del partido ante la "lepra" no pasó nada. Sin embargo, Luis Vila se sacó dos rivales y metió un golazo al ángulo. Se pensó que podría el punto de inflexión del encuentro, ya que el rival tendría que salir a buscar la paridad y aparecerían los espacios. Se cumplió a medias. Porque sí Independiente se adelantó, pero el local jamás un contragolpe.

Curuchet por derecha y Cardozo por izquierda complicaron a pura velocidad. Por suerte, el "9" Tarragona tuvo una tarde para olvido y así no se terminó de inclinar la balanza.
Una feliz intervención de Maximiliano Cavallotti sobre el epílogo de la primera etapa, ante un tiro de libre de González, evitó el empate.

En el inicio del complemento, Tarragona quebró a la defensa "albiceleste" y su disparo pegó en el costado de la red, frente a la buena salida del "Uno".

Los mendocinos hacían las méritos. Eso sí, Gimnasia pudo liquidar la historia cuando Noriega armó un jugadón en el área grande, dejó a dos rivales en el camino y habilitó solo a Vila, quien en lugar de eludir al portero Arcena o tirar la pelota por arriba, disparó al pecho. Increíble.
En la acción siguiente, Cardozo -el mejor de la cancha- le ganó la espalda a Ferreyra y definió fuerte. Gol y justicia.

Gimnasia no reaccionó al golpe y se fue cabizbajo, sabiendo que el empate no sirve de nada cuando se juega en Jujuy.
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Los silbidos se hicieron escuchar al final. El público dio su veredicto cuando el árbitro Bruno Bocca decretó el cierre: Gimnasia jugó mal y el empate con Independiente Rivadavia de Mendoza no conformó a nadie. Entonces, esta igualdad en uno -la séptima en diez fechas- se puede traducir con la frase que "no se sumó un punto, se perdieron dos".

Su irregularidad y la falta de gol son los principales problemas. Hubo silbidos al final y caras de preocupación.

Es más, si se contabilizaban las chances netas de gol, la visita estuvo un peldaño más arriba.
Pero el tema es el "lobo". Si no se gana en el estadio "23 de Agosto" es una utopía pensar que se peleará un ascenso. ¿Falta mucho? Una barbaridad, pero hay que ir consolidando el camino.

La falta de regularidad en su juego y el escaso poder de gol son los principales del equipo. Y la realidad golpea porque el "lobo" tendría que estar más arriba de la tabla, pero necesita cambiar el chip.
En el arranque del partido ante la "lepra" no pasó nada. Sin embargo, Luis Vila se sacó dos rivales y metió un golazo al ángulo. Se pensó que podría el punto de inflexión del encuentro, ya que el rival tendría que salir a buscar la paridad y aparecerían los espacios. Se cumplió a medias. Porque sí Independiente se adelantó, pero el local jamás un contragolpe.

Curuchet por derecha y Cardozo por izquierda complicaron a pura velocidad. Por suerte, el "9" Tarragona tuvo una tarde para olvido y así no se terminó de inclinar la balanza.
Una feliz intervención de Maximiliano Cavallotti sobre el epílogo de la primera etapa, ante un tiro de libre de González, evitó el empate.

En el inicio del complemento, Tarragona quebró a la defensa "albiceleste" y su disparo pegó en el costado de la red, frente a la buena salida del "Uno".

Los mendocinos hacían las méritos. Eso sí, Gimnasia pudo liquidar la historia cuando Noriega armó un jugadón en el área grande, dejó a dos rivales en el camino y habilitó solo a Vila, quien en lugar de eludir al portero Arcena o tirar la pelota por arriba, disparó al pecho. Increíble.
En la acción siguiente, Cardozo -el mejor de la cancha- le ganó la espalda a Ferreyra y definió fuerte. Gol y justicia.

Gimnasia no reaccionó al golpe y se fue cabizbajo, sabiendo que el empate no sirve de nada cuando se juega en Jujuy.
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