Atlético Talleres perdió con Central Norte 1 a 0 con un gol en contra de Luciano Estrada, en un partido que jugó sin pena ni gloria. Nunca afrontó el clásico como tal y por eso se volvió con las manos vacías. Fue por la 13º fecha del Federal B que se disputó en el "Ernesto Martearena" de Salta. Cuando un equipo juega mal, lo más probable es que pierda y eso es exactamente lo que hizo Talleres.
En el primer tiempo, el fútbol estuvo ausente, la pelota fue maltratada y anduvo pum para aquí, pum para allá, sin destino fijo, como si alguien hubiera puesto un cartel con la leyenda "aquí prohibido jugar".
Increíble, pero en el afán de no cometer errores, ambos equipos se cuidaron tanto que se olvidaron que se estaba jugando por los puntos. Villar en el local y Maxi Martinez en la visita no aportaron nada. Entonces, decir que el nivel de juego fue paupérrimo no es una exageración.
Los 3 mil hinchas del "cuervo" y los casi 600 periqueños que hicieron el esfuerzo de ir a Salta, alentaron a sus respectivos equipos, pero los protagonistas hicieron oídos sordos al clamor popular. En la pobreza futbolística, el beneficiado era Talleres que mantenía en cero su arco. En un avance aislado de un tiro libre, Armella remató débil y Bordón despejó al córner. Luego, Ibañez disparó un misil desde 35 metros y reventó el travesaño ante el ¡uh! de los hinchas.
La etapa se iba sin pena ni gloria, cuando Villar ejecutó un tiro libre y Estrada en lugar de despejar, la metió en su propio arco, para lamento de los periqueños.
En el complemento, el local tuvo un poco más de ambición, en un avance intrascendente, Cano despejó tan mal que cuando se iba adentro, la pelota rozó en el palo derecho y se fue el córner.
El DT visitante puso a Correa por Pisculiche, Saavedra por Ibañez y González por Nicolás Martinez, pero el remedio fue peor que la enfermedad. Con el paso de los minutos, sin mucho, Central fue arrinconando al "expreso", de la mano de Villar con destellos de buen fútbol y los desbordes de Monje. Asi, Zurita remató desde 30 metros y Bordón salvó justo. Después Brittes de cabeza estuvo cerca tras un centro de Monje. Sobre el final, se despertó Talleres, Saavedra remató para el empate y una pierna salvadora desvió al córner. De este tiro de esquina, Estrada disparó y cuando se disponía a festejar, el travesaño le dijo no.
Tanto misterio de Marcelo Castro de cerrar las puertas en los entrenamientos de Talleres, si el quipo fue una sombra, nunca asumió el clásico como tal y para colmo lo perdió con un gol en contra.
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Atlético Talleres perdió con Central Norte 1 a 0 con un gol en contra de Luciano Estrada, en un partido que jugó sin pena ni gloria. Nunca afrontó el clásico como tal y por eso se volvió con las manos vacías. Fue por la 13º fecha del Federal B que se disputó en el "Ernesto Martearena" de Salta. Cuando un equipo juega mal, lo más probable es que pierda y eso es exactamente lo que hizo Talleres.
En el primer tiempo, el fútbol estuvo ausente, la pelota fue maltratada y anduvo pum para aquí, pum para allá, sin destino fijo, como si alguien hubiera puesto un cartel con la leyenda "aquí prohibido jugar".
Increíble, pero en el afán de no cometer errores, ambos equipos se cuidaron tanto que se olvidaron que se estaba jugando por los puntos. Villar en el local y Maxi Martinez en la visita no aportaron nada. Entonces, decir que el nivel de juego fue paupérrimo no es una exageración.
Los 3 mil hinchas del "cuervo" y los casi 600 periqueños que hicieron el esfuerzo de ir a Salta, alentaron a sus respectivos equipos, pero los protagonistas hicieron oídos sordos al clamor popular. En la pobreza futbolística, el beneficiado era Talleres que mantenía en cero su arco. En un avance aislado de un tiro libre, Armella remató débil y Bordón despejó al córner. Luego, Ibañez disparó un misil desde 35 metros y reventó el travesaño ante el ¡uh! de los hinchas.
La etapa se iba sin pena ni gloria, cuando Villar ejecutó un tiro libre y Estrada en lugar de despejar, la metió en su propio arco, para lamento de los periqueños.
En el complemento, el local tuvo un poco más de ambición, en un avance intrascendente, Cano despejó tan mal que cuando se iba adentro, la pelota rozó en el palo derecho y se fue el córner.
El DT visitante puso a Correa por Pisculiche, Saavedra por Ibañez y González por Nicolás Martinez, pero el remedio fue peor que la enfermedad. Con el paso de los minutos, sin mucho, Central fue arrinconando al "expreso", de la mano de Villar con destellos de buen fútbol y los desbordes de Monje. Asi, Zurita remató desde 30 metros y Bordón salvó justo. Después Brittes de cabeza estuvo cerca tras un centro de Monje. Sobre el final, se despertó Talleres, Saavedra remató para el empate y una pierna salvadora desvió al córner. De este tiro de esquina, Estrada disparó y cuando se disponía a festejar, el travesaño le dijo no.
Tanto misterio de Marcelo Castro de cerrar las puertas en los entrenamientos de Talleres, si el quipo fue una sombra, nunca asumió el clásico como tal y para colmo lo perdió con un gol en contra.
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