Hoy vuelve al trabajo el plantel de Talleres pensando en el partido en el Ingenio Tabacal.
Previo al inicio del entrenamiento, el técnico Miguel Amaya pasará en limpio lo que dejó el empate (1-1) con Camioneros. El empate frente a Camioneros, dejó tela para cortar en dos capítulos diferentes.
En el primero, fue como un "expreso" circulando a buen ritmo con la intención de quedarse con el partido, sin calidad pero siempre yendo al frente, le faltó claridad en los últimos metros donde el adversario lo esperó muy bien abroquelado y fineza para convertir. "Maxi" Martinez se comió un gol increíble rematando desviado cuando todos cantaban el gol y en las dos siguientes, Roque Juárez le puso candado a su arco negándole el festejo a Leiva y Martinez.
Pero, en la única llegada de Camioneros, Cáceres ejecutó con maestría un tiro libre a media altura y Diego Torres (el mejor de la visita) se adelantó a la marca y de cabeza la puso contra el palo derecho, fue un baldazo de agua fría para los aficionados que desafiaron la gélida noche del viernes. En el segundo periodo, Talleres como en el potrero, con la "oreja mojada" fue y fue con más ganas que fútbol y con la mística de siempre, sin orden pero a la carga barraca, hasta que de una pelota parada y tras una serie de rebotes, Pablo Leiva selló el empate y el desahogo de todos que se olvidaron del frío y gritaron enloquecidos el empate.
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Previo al inicio del entrenamiento, el técnico Miguel Amaya pasará en limpio lo que dejó el empate (1-1) con Camioneros. El empate frente a Camioneros, dejó tela para cortar en dos capítulos diferentes.
En el primero, fue como un "expreso" circulando a buen ritmo con la intención de quedarse con el partido, sin calidad pero siempre yendo al frente, le faltó claridad en los últimos metros donde el adversario lo esperó muy bien abroquelado y fineza para convertir. "Maxi" Martinez se comió un gol increíble rematando desviado cuando todos cantaban el gol y en las dos siguientes, Roque Juárez le puso candado a su arco negándole el festejo a Leiva y Martinez.
Pero, en la única llegada de Camioneros, Cáceres ejecutó con maestría un tiro libre a media altura y Diego Torres (el mejor de la visita) se adelantó a la marca y de cabeza la puso contra el palo derecho, fue un baldazo de agua fría para los aficionados que desafiaron la gélida noche del viernes. En el segundo periodo, Talleres como en el potrero, con la "oreja mojada" fue y fue con más ganas que fútbol y con la mística de siempre, sin orden pero a la carga barraca, hasta que de una pelota parada y tras una serie de rebotes, Pablo Leiva selló el empate y el desahogo de todos que se olvidaron del frío y gritaron enloquecidos el empate.
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