A días de realizarse la Campaña Nacional contra el femicidio, denominada #Ni Una Menos, en la que sectores políticos y distintas organizaciones hicieron eco para combatir este flagelo social, una mujer pide desesperadamente ayuda para no terminar muerta en manos de su expareja.
Se trata de Vilma Velázquez quien reside en la localidad de Lozano y desde que se separó, hace trece años, su vida es un calvario. "Mi exmarido es un policía retirado y se fue de casa cuando formó otra familia, pero se cree dueño de mi hogar y de mi vida, que cada vez que se embriaga entra a cualquier hora y me quiere echar", contó a nuestro matutino la mujer.
"Estoy desesperada, no encuentro un lugar a donde recurrir, trabajo de empleada doméstica, no tengo muchos recursos para pagar a un abogado, las denuncias que hice ninguna dio resultados y temo por mi vida", relató entre lágrimas Velázquez.
"Siempre ejerció violencia sobre mi persona, me desnudaba y quería que saliera así de mi casa, me gritaba que todo lo que había allí era de él, la comida, la ropa, los muebles, me humillaba delante de mis hijos y de los vecinos", continuó.
Continuando con su revelador relato, Velázquez manifestó que en los últimos tiempos la situación empeoró. El exfuncionario policial, haciendo mención al uniforme que supo vestir y aprovechando sus "contactos", se encargaba que las denuncias realizadas en su contra, en la seccional de la localidad de Yala, por alguna "extraña" razón, nunca prosperaran ni fueran investigadas, según denunció la víctima.
"En 2013 con mucho esfuerzo le hice notificar a través de mi abogada que pesaba sobre su persona una exclusión de hogar, hecho que nunca hizo caso, manifestando que nunca había recibido ese papel y que él es quien maneja la justicia, que tiene peso en la fuerza policial y que a eso no le daba importancia", contó Velázquez. En agosto del año pasado, según el relato de la mujer, el agresivo expolicía se ausentó hasta el mes de enero de este año, momento en que llegaron sus otros hijos que viven en otra provincia. "Discutíamos todo el tiempo delante de mis hijos, no se quería ir de la casa, me amenazaba todo el tiempo y por temor a que cumpla con sus amenazas de matarme, decidí irme a la casa de mi hermana. En el mes de febrero fui yo notificada por una exclusión de hogar firmada por la misma seccional que no me quiso tomar las denuncias de violencia de género, que nunca investigaron sobre los golpes que tenía en todas partes del cuerpo y que según él, nunca fue notificado de mi denuncia. Entonces ya no puedo regresar a mi casa", dijo.
"No sé a quién recurrir, no quiero ser otra víctima de femicidio, parece que mis derechos como mujer no valen, temo por mi vida y encima me voy a quedar sin mi casa, solo porque a esta persona era policía", contó Vilma Velázquez.
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A días de realizarse la Campaña Nacional contra el femicidio, denominada #Ni Una Menos, en la que sectores políticos y distintas organizaciones hicieron eco para combatir este flagelo social, una mujer pide desesperadamente ayuda para no terminar muerta en manos de su expareja.
Se trata de Vilma Velázquez quien reside en la localidad de Lozano y desde que se separó, hace trece años, su vida es un calvario. "Mi exmarido es un policía retirado y se fue de casa cuando formó otra familia, pero se cree dueño de mi hogar y de mi vida, que cada vez que se embriaga entra a cualquier hora y me quiere echar", contó a nuestro matutino la mujer.
"Estoy desesperada, no encuentro un lugar a donde recurrir, trabajo de empleada doméstica, no tengo muchos recursos para pagar a un abogado, las denuncias que hice ninguna dio resultados y temo por mi vida", relató entre lágrimas Velázquez.
"Siempre ejerció violencia sobre mi persona, me desnudaba y quería que saliera así de mi casa, me gritaba que todo lo que había allí era de él, la comida, la ropa, los muebles, me humillaba delante de mis hijos y de los vecinos", continuó.
Continuando con su revelador relato, Velázquez manifestó que en los últimos tiempos la situación empeoró. El exfuncionario policial, haciendo mención al uniforme que supo vestir y aprovechando sus "contactos", se encargaba que las denuncias realizadas en su contra, en la seccional de la localidad de Yala, por alguna "extraña" razón, nunca prosperaran ni fueran investigadas, según denunció la víctima.
"En 2013 con mucho esfuerzo le hice notificar a través de mi abogada que pesaba sobre su persona una exclusión de hogar, hecho que nunca hizo caso, manifestando que nunca había recibido ese papel y que él es quien maneja la justicia, que tiene peso en la fuerza policial y que a eso no le daba importancia", contó Velázquez. En agosto del año pasado, según el relato de la mujer, el agresivo expolicía se ausentó hasta el mes de enero de este año, momento en que llegaron sus otros hijos que viven en otra provincia. "Discutíamos todo el tiempo delante de mis hijos, no se quería ir de la casa, me amenazaba todo el tiempo y por temor a que cumpla con sus amenazas de matarme, decidí irme a la casa de mi hermana. En el mes de febrero fui yo notificada por una exclusión de hogar firmada por la misma seccional que no me quiso tomar las denuncias de violencia de género, que nunca investigaron sobre los golpes que tenía en todas partes del cuerpo y que según él, nunca fue notificado de mi denuncia. Entonces ya no puedo regresar a mi casa", dijo.
"No sé a quién recurrir, no quiero ser otra víctima de femicidio, parece que mis derechos como mujer no valen, temo por mi vida y encima me voy a quedar sin mi casa, solo porque a esta persona era policía", contó Vilma Velázquez.
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