Todos dijeron presentes, atletas convencionales y no convencionales. Cada uno como pudo, logró cumplir con sus respectivas pruebas. Ya sean los 4 kilómetros participativos como los 10 mil metros competitivos. Por supuesto que los más aplaudidos fueron los niños y los discapacitados. Ellos con su alegría natural y acompañados de entrenadores y familiares, tuvieron un domingo distinto. Se divirtieron, compartieron y de igual manera que todos, recibieron premios.
El maratón tuvo la connotación social a la cual se apunta. La inclusión quedó a la vista, no hay diferencias, todos con un mismo color, ese rojo con el cual una vez al año se pinta las calles de San Salvador. El maratón es de la gente, porque ellos son y serán los protagonistas, los encargados de hacer cada año una fiesta deportiva.
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Todos dijeron presentes, atletas convencionales y no convencionales. Cada uno como pudo, logró cumplir con sus respectivas pruebas. Ya sean los 4 kilómetros participativos como los 10 mil metros competitivos. Por supuesto que los más aplaudidos fueron los niños y los discapacitados. Ellos con su alegría natural y acompañados de entrenadores y familiares, tuvieron un domingo distinto. Se divirtieron, compartieron y de igual manera que todos, recibieron premios.
El maratón tuvo la connotación social a la cual se apunta. La inclusión quedó a la vista, no hay diferencias, todos con un mismo color, ese rojo con el cual una vez al año se pinta las calles de San Salvador. El maratón es de la gente, porque ellos son y serán los protagonistas, los encargados de hacer cada año una fiesta deportiva.
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