El
Banco Central de la República Argentina (Bcra) tiene un importante deterioro en su patrimonio neto y presenta un déficit que comienza a encender una luz amarilla.
El economista jefe de la Fundación Mediterránea,
Marcelo Luis Capello, expresó a El Tribuno que "el Banco Central presenta un
déficit cuasi-fiscal" porque "los intereses que paga por sus obligaciones (emisión de letras de Tesorería y otras emisiones) superan a los intereses que cobra por sus activos, integrado entre otros por reservas, préstamos a bancos, etcétera".
Otro punto crítico fue la venta que hizo el Central del llamado dólar ahorro. Muchos poseedores de dólares se pasaron como inversores y se hicieron acreedores del Central. Esos inversores colocaron su dinero en la licitación de las letras de Tesorería (Lebac) y en otro activo, las Nobac.
La venta de estos activos fue muy grande: $3.800 millones que, a partir de su emisión, ya el Central los está debiendo.
El organismo también recibió US$200 millones por las Lebac en divisas. Otra deuda más, que tendrá que pagarle al sector privado. Porque son acreedores institucionales, generalmente los bancos, los que hacen la compra de estos títulos al Central. Ese conjunto de deuda por títulos emitidos por el Bcra le crea un "agujero" en su patrimonio y se llama déficit cuasi-fiscal. Son los crecientes intereses que el Central paga a sus acreedores.
El economista Capello analiza que "mientras en 2007 las reservas en divisas representaban el dos tercios del activo total, en 2014 la cifra resultó ser solo un cuarto del activo del Central".
Capello contabiliza cuánto le debe el Tesoro Nacional al Central por los préstamos que este le hace.
"El Central contaba con letras por US$ 54 mil millones a fines de 2014. Incluye los adelantos realizados por el Central al Tesoro y por el uso de sus reservas con el fin de pagar los vencimientos de deuda en divisas", razonó el especialista de la Fundación Mediterránea.
Déficit fiscal
Para Capello, "es bueno que el Central tenga que financiar el déficit del funcionamiento del Estado, solo si es en forma muy acotada y en un contexto recesivo. Pero en la Argentina del último lustro la asistencia del Central al Tesoro Nacional ha sido permanente y creciente, demandando cada vez mayor asistencia, a través de adelantos, uso de sus utilidades y uso de sus reservas internacionales para pagar los vencimientos de deuda externa del Gobierno".
El déficit fiscal siguió creciendo.
En 2014 el Banco Central debió emitir $161 mil millones para asistir al Tesoro, y luego retirar de circulación casi la mitad de esa cifra a través de las Lebac.
Las reservas del Central están resentidas. Pasaron de US$52 mil millones de dólares en el 2010 a US$31 mil millones en 2014.
Las causas han sido varias: la emisión monetaria a causa del "agujero fiscal", el uso de reservas del Central para pagar los vencimientos de la deuda externa, la pérdida de competitividad de la economía, la inexistencia de acceso al mercado financiero internacional, entre otros motivos.
Capello puntualiza que "hay un problema adicional con las reservas: las que son genuinas del mismo banco, se ubican actualmente en menos de US$17 mil millones. El resto de los recursos está constituido por préstamos de corto plazo, encajes de depósitos en dólares depositados para pagar en el futuro la deuda externa, entre otras causas. Se trata de una situación compleja que en el futuro cercano deberá ser abordada por una combinación de mejora en la competitividad cambiaria con el regreso a los mercados internacionales de crédito, además de incentivar un mayor flujo de ingreso de capitales directos".
El
Banco Central de la República Argentina (Bcra) tiene un importante deterioro en su patrimonio neto y presenta un déficit que comienza a encender una luz amarilla.
El economista jefe de la Fundación Mediterránea,
Marcelo Luis Capello, expresó a El Tribuno que "el Banco Central presenta un
déficit cuasi-fiscal" porque "los intereses que paga por sus obligaciones (emisión de letras de Tesorería y otras emisiones) superan a los intereses que cobra por sus activos, integrado entre otros por reservas, préstamos a bancos, etcétera".
Otro punto crítico fue la venta que hizo el Central del llamado dólar ahorro. Muchos poseedores de dólares se pasaron como inversores y se hicieron acreedores del Central. Esos inversores colocaron su dinero en la licitación de las letras de Tesorería (Lebac) y en otro activo, las Nobac.
La venta de estos activos fue muy grande: $3.800 millones que, a partir de su emisión, ya el Central los está debiendo.
El organismo también recibió US$200 millones por las Lebac en divisas. Otra deuda más, que tendrá que pagarle al sector privado. Porque son acreedores institucionales, generalmente los bancos, los que hacen la compra de estos títulos al Central. Ese conjunto de deuda por títulos emitidos por el Bcra le crea un "agujero" en su patrimonio y se llama déficit cuasi-fiscal. Son los crecientes intereses que el Central paga a sus acreedores.
El economista Capello analiza que "mientras en 2007 las reservas en divisas representaban el dos tercios del activo total, en 2014 la cifra resultó ser solo un cuarto del activo del Central".
Capello contabiliza cuánto le debe el Tesoro Nacional al Central por los préstamos que este le hace.
"El Central contaba con letras por US$ 54 mil millones a fines de 2014. Incluye los adelantos realizados por el Central al Tesoro y por el uso de sus reservas con el fin de pagar los vencimientos de deuda en divisas", razonó el especialista de la Fundación Mediterránea.
Déficit fiscal
Para Capello, "es bueno que el Central tenga que financiar el déficit del funcionamiento del Estado, solo si es en forma muy acotada y en un contexto recesivo. Pero en la Argentina del último lustro la asistencia del Central al Tesoro Nacional ha sido permanente y creciente, demandando cada vez mayor asistencia, a través de adelantos, uso de sus utilidades y uso de sus reservas internacionales para pagar los vencimientos de deuda externa del Gobierno".
El déficit fiscal siguió creciendo.
En 2014 el Banco Central debió emitir $161 mil millones para asistir al Tesoro, y luego retirar de circulación casi la mitad de esa cifra a través de las Lebac.
Las reservas del Central están resentidas. Pasaron de US$52 mil millones de dólares en el 2010 a US$31 mil millones en 2014.
Las causas han sido varias: la emisión monetaria a causa del "agujero fiscal", el uso de reservas del Central para pagar los vencimientos de la deuda externa, la pérdida de competitividad de la economía, la inexistencia de acceso al mercado financiero internacional, entre otros motivos.
Capello puntualiza que "hay un problema adicional con las reservas: las que son genuinas del mismo banco, se ubican actualmente en menos de US$17 mil millones. El resto de los recursos está constituido por préstamos de corto plazo, encajes de depósitos en dólares depositados para pagar en el futuro la deuda externa, entre otras causas. Se trata de una situación compleja que en el futuro cercano deberá ser abordada por una combinación de mejora en la competitividad cambiaria con el regreso a los mercados internacionales de crédito, además de incentivar un mayor flujo de ingreso de capitales directos".