El secretario general de la Unasur,
Ernesto Samper, propuso que la
Cumbre de las Américas sirva para replantear las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica, y que "un buen punto de la nueva agenda de relaciones sería que no haya bases militares norteamericanas en Suramérica", algo que "pertenece a la época de la Guerra Fría".
La evolución de las relaciones entre Estados Unidos y Suramérica, según el expresidente colombiano (1994-1998), debería llevar a descartar las expresiones de unilateralismo y las "certificaciones" estadounidenses en materias como los derechos humanos o la lucha contra las drogas, entre otros aspectos.
Esos posicionamientos "van en contravía de lo que debe ser, a mi juicio, el marco básico para un entendimiento, que es una especie de reconocimiento del multilateralismo como escenario de relaciones", aseveró.
"En un mundo globalizado como el actual uno no puede pedir reglas de juego globales para la economía y mantener el unilateralismo para la política. Ningún país tiene derecho a juzgar la conducta del otro ni muchísimo menos a imponerle sanciones o castigos por su propia cuenta", dijo Samper, en clara alusión a lo decidido recientemente por Washington contra Venezuela.
El responsable de la Unasur consideró contradictorio "que un país que no ha ingresado al sistema interamericano (de Derechos Humanos) formalmente se reserve el derecho a hacer juicios", sobre el estado de estos derechos en otros territorios.
La relación entre Venezuela y EEUU, muy debilitada tras la retirada mutua de embajadores en 2010, se ha agravado después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, declarara a principios de mes una "emergencia nacional" por la "amenaza" que representa la situación en Venezuela para la seguridad de su país e impusiera sanciones a siete funcionarios venezolanos.
Samper sostuvo que sería oportuno "aprovechar la Cumbre de las Américas" que se celebrará en abril en Panamá, para hacer un replanteo de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Reconoció que las expectativas de esa cumbre se centran en un eventual encuentro entre el presidente de Cuba, Raúl Castro y Obama, pero sostuvo que al margen del interés mediático de ese encuentro, cuando se trate las relaciones cubano-estadounidenses, no se puede soslayar temas como el levantamiento del bloqueo a la isla o el de la base norteamericana de Guantánamo.
Sobre el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA), en el contexto de la actual tensión entre Venezuela y Estados Unidos, Samper consideró que ese organismo puede hacer una contribución importante para el acercamiento entre ambos países, algo que también forma parte de la agenda de la Unasur.
El marco de actuación del bloque suramericano en este contencioso, comentó, "se basa en la apertura de espacios de diálogo y en tratar de evitar la polarización y la denuncia mediática".
El secretario general de la Unasur,
Ernesto Samper, propuso que la
Cumbre de las Américas sirva para replantear las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica, y que "un buen punto de la nueva agenda de relaciones sería que no haya bases militares norteamericanas en Suramérica", algo que "pertenece a la época de la Guerra Fría".
La evolución de las relaciones entre Estados Unidos y Suramérica, según el expresidente colombiano (1994-1998), debería llevar a descartar las expresiones de unilateralismo y las "certificaciones" estadounidenses en materias como los derechos humanos o la lucha contra las drogas, entre otros aspectos.
Esos posicionamientos "van en contravía de lo que debe ser, a mi juicio, el marco básico para un entendimiento, que es una especie de reconocimiento del multilateralismo como escenario de relaciones", aseveró.
"En un mundo globalizado como el actual uno no puede pedir reglas de juego globales para la economía y mantener el unilateralismo para la política. Ningún país tiene derecho a juzgar la conducta del otro ni muchísimo menos a imponerle sanciones o castigos por su propia cuenta", dijo Samper, en clara alusión a lo decidido recientemente por Washington contra Venezuela.
El responsable de la Unasur consideró contradictorio "que un país que no ha ingresado al sistema interamericano (de Derechos Humanos) formalmente se reserve el derecho a hacer juicios", sobre el estado de estos derechos en otros territorios.
La relación entre Venezuela y EEUU, muy debilitada tras la retirada mutua de embajadores en 2010, se ha agravado después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, declarara a principios de mes una "emergencia nacional" por la "amenaza" que representa la situación en Venezuela para la seguridad de su país e impusiera sanciones a siete funcionarios venezolanos.
Samper sostuvo que sería oportuno "aprovechar la Cumbre de las Américas" que se celebrará en abril en Panamá, para hacer un replanteo de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Reconoció que las expectativas de esa cumbre se centran en un eventual encuentro entre el presidente de Cuba, Raúl Castro y Obama, pero sostuvo que al margen del interés mediático de ese encuentro, cuando se trate las relaciones cubano-estadounidenses, no se puede soslayar temas como el levantamiento del bloqueo a la isla o el de la base norteamericana de Guantánamo.
Sobre el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA), en el contexto de la actual tensión entre Venezuela y Estados Unidos, Samper consideró que ese organismo puede hacer una contribución importante para el acercamiento entre ambos países, algo que también forma parte de la agenda de la Unasur.
El marco de actuación del bloque suramericano en este contencioso, comentó, "se basa en la apertura de espacios de diálogo y en tratar de evitar la polarización y la denuncia mediática".