30 de Junio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Ramas apretadas

Viernes, 27 de febrero de 2015 00:00

Los misterios del monte son abismales. Pablo dejó atrás ese amor que le vaticinara el encuentro con otro degollado y se reencontró con su hermano para seguir la orden del caudillo de hostigar a los contrarios mientras la población se abismaba en su éxodo por los monte tórridos.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Los misterios del monte son abismales. Pablo dejó atrás ese amor que le vaticinara el encuentro con otro degollado y se reencontró con su hermano para seguir la orden del caudillo de hostigar a los contrarios mientras la población se abismaba en su éxodo por los monte tórridos.

Pedro y Pablo anduvieron con su partida hasta que se supieron solos. El chistido de alimañas bramaba en torno suyo hasta que sintieron que algo había cambiado, y que había cambiado para siempre. Habían seguido guerreando para lavarse el dolor inclaudicable de haber degollado a Tomasito, y así renunciaron a regresar con Macarena y Carlos, sus padres.

Los caballos no les servían entre esas ramas apretadas, por eso iban a pie cuando escucharon un bramido ensordecedor que se les acercaba no muy lejos. Tras una arboleda que no difería de todo la que transitaban, pusieron los pies sobre una tierra desierta de como diez metros de anchura, negra y lisa, verdaderamente satánica en su calor abrumador.

Nunca habían pisado un suelo semejante y el bramido se volvió ensordecedor hasta ver esa máquina infernal, enorme, que corría por la pista negra sin caballos que la tirasen. La máquina inmensa se detuvo para no arrollarlos, se oyó un silbido como de serpientes y se abrió una puerta en lo alto desde la que los llamó un hombre vestido de ropa plateada.

Pedro y Pablo subieron a esa cabina llena de luces en la que el hombre de ropa plateada les recriminó andar tan descuidados por medio de la ruta, y los hermanos lo escuchaban atónicos por la sorpresa.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD