En la cálida tarde del miércoles y como estaba previsto, la Cruz de San Damián visitó el pueblo de San Antonio. La réplica de dicha cruz arribó a tierra sanantoneña pasada las 16.30 trasladada desde la ciudad de El Carmen por algunos feligreses y al padre Carlos Arnaud y fue recibida en el barrio 1° de Mayo por un importante número de feligreses sanantoneños.
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En la cálida tarde del miércoles y como estaba previsto, la Cruz de San Damián visitó el pueblo de San Antonio. La réplica de dicha cruz arribó a tierra sanantoneña pasada las 16.30 trasladada desde la ciudad de El Carmen por algunos feligreses y al padre Carlos Arnaud y fue recibida en el barrio 1° de Mayo por un importante número de feligreses sanantoneños.
La procesión sobre la ruta provincial 2 la encabezó el propio párroco en compañía de autoridades locales y seguida por el pueblo.
El recorrido que realizó la procesión fue por la ruta antes mencionada, calle Sarmiento, avenida 21 de Septiembre, Magnolias, San Martín y su despedida hacia otra zona de la provincia.
Cabe acotar que en todo momento se vio reflejado en el rostro de las personas que participaron de este acto litúrgico la devoción, la emoción y la fe puesta en este símbolo en el cual el Señor se presentó a Francisco de Asís.
Silvina, una joven madre, dijo: "Con la visita de la cruz a este lugar es el deseo que todos los jóvenes abramos nuestros corazones a Cristo que siempre está golpeando las puestas de nuestro pueblo y de nuestras almas, seguirlo y ser conscientes en cuidar más nuestras vidas".
Mónica, una joven docente, anheló que "esta cruz bendiga a todas las familias"
Aurelia, excatequista: "Quiero la bendición para mi pueblo, para las familias y especialmente para los jóvenes, que son los que más necesitan de esta presencia"
Genoveva, excomisionada municipal, deseó "que esta cruz traiga todas las bendiciones y ayuda no solamente para nosotros sino para todo el mundo"
Felicitas, una vecina del pueblo, sostuvo que "es un regalo de Dios que nos da y que Nuestro Señor Jesús nos ayude en todas las cosas que nos pasa, especialmente le pedimos en este tiempo de carnaval que nos despoje de todas esas cosas malas que nos llegan, porque éste era un pueblo sano. Por eso Señor Jesús te pido Padre del Cielo que nos ilumines y que alejes a la juventud de los vicios. Amén".
Finalmente el padre Carlos Arnaud agregó que era "la primera vez que nos visita y la comunidad se ha agolpado muchísimo a esto, por lo que demuestra esta confianza en este Cristo que uno tiene como comunidad ya que como cristianos nuestra fe se vuelca en él y eso se pone de manifiesto en estos momentos.
Este es un Cristo esperanzador, es un Cristo raramente para la época. Es un Cristo pintado por los ojos abiertos, lo cual tiene un sentido muy práctico para nosotros, ya que es un Cristo de esperanza que nos enseña a que nunca tenemos que bajar los brazos, aún en los momentos más difíciles que nos toque vivir.
Estamos viviendo momentos difíciles, todo país siempre pasa por momentos difíciles, y la juventud necesita también volver a recomenzar a valorar esfuerzos, sacrificios y la cultura del trabajo que es lo que hizo grande a nuestro país.
Esa cultura del trabajo debe volver y se debe hacer efectiva a través de nuestro propio esfuerzo y esta cruz nos tiene que alentar a dar lo mejor de nosotros". (Carlos Alejandro Tasca, especial para El Tribuno de Jujuy).