El presidente de
Francia,
Francois Hollande, apeló ayer en el histórico
palacio de Versailles, ante la Asamblea Nacional y el gabinete a la unidad de los franceses "contra el terrorismo" y a coordinar esfuerzos con Rusia y Estados Unidos para combatir en
Siria al
Estado Islámico (EI), que es el "verdadero problema, y no Assad".
El mandatario admitió que sus medidas para reforzar la lucha contra el terrorismo supondrán un aumento del gasto, pero consideró que "en las circunstancias actuales, el pacto de seguridad se sobrepone al pacto de estabilidad" presupuestaria.
Ante este "ataque innoble", convocó a la unidad nacional, pero aclaró que Francia no está en una "guerra de civilizaciones", sino que enfrenta al EI, que, enfatizó, "amenaza al mundo entero y no solo a Francia". Hollande se refirió también a uno de los puntos de disidencia en la cumbre del G20, donde Estados Unidos, por oposición a Rusia, insiste en que un objetivo primario del conflicto en Siria es el cambio de régimen en Damasco.
Frente a esa postura, Hollande adoptó una posición concordante con la de su par ruso, Vladimir Putin, y aseguró que el presidente de Siria, Bashar al Assad, "no puede ser el objetivo del conflicto en Siria, nuestro enemigo debe ser el EI" y pidió, por el contrario, "más golpes y apoyo a los que luchan contra el EI".
El presidente galo anunció que se reunirá con los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, para coordinar esfuerzos internacionales, y amplió que "Francia se dirige a todos, a Irán, a Turquía, a los países del Golfo". Requirió además una reunión, "a la máxima brevedad", del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar al máximo nivel mundial la amenaza que plantea el EI, al que repetidamente señaló como "nuestro enemigo" en esta "guerra con un adversario de nuevo tipo".
En otro tramo de su mensaje, el presidente de Francia advirtió que era necesario establecer "controles coordinados y sistemáticos en las fronteras de la Unión Europea (UE)", pero alertó contra la "deconstrucción" de la UE que se preanunciaba en la aparición de vallas y alambrados de púas en algunos de los límites entre los países miembros.
"El terrorismo no destruirá a la República, porque la República lo destruirá. Viva la República, viva Francia", concluyó entre fuertes aplausos de toda la concurrencia francesa.
El presidente de
Francia,
Francois Hollande, apeló ayer en el histórico
palacio de Versailles, ante la Asamblea Nacional y el gabinete a la unidad de los franceses "contra el terrorismo" y a coordinar esfuerzos con Rusia y Estados Unidos para combatir en
Siria al
Estado Islámico (EI), que es el "verdadero problema, y no Assad".
El mandatario admitió que sus medidas para reforzar la lucha contra el terrorismo supondrán un aumento del gasto, pero consideró que "en las circunstancias actuales, el pacto de seguridad se sobrepone al pacto de estabilidad" presupuestaria.
Ante este "ataque innoble", convocó a la unidad nacional, pero aclaró que Francia no está en una "guerra de civilizaciones", sino que enfrenta al EI, que, enfatizó, "amenaza al mundo entero y no solo a Francia". Hollande se refirió también a uno de los puntos de disidencia en la cumbre del G20, donde Estados Unidos, por oposición a Rusia, insiste en que un objetivo primario del conflicto en Siria es el cambio de régimen en Damasco.
Frente a esa postura, Hollande adoptó una posición concordante con la de su par ruso, Vladimir Putin, y aseguró que el presidente de Siria, Bashar al Assad, "no puede ser el objetivo del conflicto en Siria, nuestro enemigo debe ser el EI" y pidió, por el contrario, "más golpes y apoyo a los que luchan contra el EI".
El presidente galo anunció que se reunirá con los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, para coordinar esfuerzos internacionales, y amplió que "Francia se dirige a todos, a Irán, a Turquía, a los países del Golfo". Requirió además una reunión, "a la máxima brevedad", del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar al máximo nivel mundial la amenaza que plantea el EI, al que repetidamente señaló como "nuestro enemigo" en esta "guerra con un adversario de nuevo tipo".
En otro tramo de su mensaje, el presidente de Francia advirtió que era necesario establecer "controles coordinados y sistemáticos en las fronteras de la Unión Europea (UE)", pero alertó contra la "deconstrucción" de la UE que se preanunciaba en la aparición de vallas y alambrados de púas en algunos de los límites entre los países miembros.
"El terrorismo no destruirá a la República, porque la República lo destruirá. Viva la República, viva Francia", concluyó entre fuertes aplausos de toda la concurrencia francesa.