El titular del Juzgado Residual, Antonio Pullen Llermanos, y el fiscal Diego Cussel, ayer dieron detalles en torno a la investigación que se lleva adelante por la desaparición del maestro Santos Puca, ocurrida en 2005 y confirmaron la detención del hermano, Cristian, y la aparición de restos óseos enterrados -que están siendo analizados- en la vivienda del imputado.
Es que en los últimos días trascendieron supuestos de la mencionada investigación, los que consideraron "inexactos".
En conferencia de prensa, las autoridades judiciales mencionaron que aún no hay confirmaciones de ningún tipo en relación a los restos óseos hallados en la vivienda de Cristian Puca, ya que se encuentran en análisis para determinar si son restos humanos y si fehacientemente pertenecen a Santos Puca.
Antonio Pullen Llermanos recordó que se trata de una investigación que data de hace 10 años, y apuntó que Puca se desempeñaba como maestro en La Quiaca de lunes a jueves, o viernes, y durante los fines de semana retornaba a la capital jujeña "donde pernoctaba en la casa en la que convivía con sus dos hermanos".
"Según los dichos de uno de sus hermanos, un domingo se fue a trabajar y nunca más regresó. Nunca se supo más nada, no hubo noticias de su paradero, y el trámite del expediente estuvo así durante años, hasta que en agosto de 2014, iniciamos funciones en el Juzgado residual, y así llevamos adelante medidas probatorias. Con la colaboración del fiscal del Superior Tribunal de Justicia Alejandro Ficoseco, se pudo contactar con gente del Ministerio del Interior de la Nación y Gendarmería Nacional, que nos facilitaron un aparato de sondeo terrestre, para detectar anomalías en el suelo porque habían indicios de que el cuerpo podía estar enterrado", detalló.
Inmediatamente, desde Gendarmería enviaron especialistas para "hacer funcionar el aparato y tomar las medidas, y gracias a esas medidas, de las que aún no tenemos el informe, lograron estaquear dos o tres lugares donde habían anomalías en el suelo y se produjo la excavación", la que hasta ahora no ha concluido, según argumentó. En ese sentido señaló que no hay certezas de que se hayan encontrado restos humanos, y menos aún de que esos restos pertenezcan a la persona desaparecida.
Indicios previos
A partir de la incorporación del equipo tecnológico aportado por Gendarmería, es que durante el fin de semana pasado se pudieron realizar las excavaciones en el marco de la investigación. Es que de la etapa probatoria anterior, "surgió que hubo un can que olfateó pertenencias de la persona desaparecida, que conducían al jardín de la vivienda; en esa ocasión se excavó pero no se encontró nada", afirmó el fiscal Cussel.
Aparentemente la profundidad de los huesos enterrados era mayor, por lo cual no aparecieron con la excavación anterior, sino hasta la incorporación de los equipos que detectan anomalías en el suelo con mayor precisión, "estaban a una profundidad de entre 2,5 y 2,8 metros", señaló el fiscal. Los resultados podrán ser confirmados una vez que sean analizados por antropólogos forenses, añadió Llermanos.
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El titular del Juzgado Residual, Antonio Pullen Llermanos, y el fiscal Diego Cussel, ayer dieron detalles en torno a la investigación que se lleva adelante por la desaparición del maestro Santos Puca, ocurrida en 2005 y confirmaron la detención del hermano, Cristian, y la aparición de restos óseos enterrados -que están siendo analizados- en la vivienda del imputado.
Es que en los últimos días trascendieron supuestos de la mencionada investigación, los que consideraron "inexactos".
En conferencia de prensa, las autoridades judiciales mencionaron que aún no hay confirmaciones de ningún tipo en relación a los restos óseos hallados en la vivienda de Cristian Puca, ya que se encuentran en análisis para determinar si son restos humanos y si fehacientemente pertenecen a Santos Puca.
Antonio Pullen Llermanos recordó que se trata de una investigación que data de hace 10 años, y apuntó que Puca se desempeñaba como maestro en La Quiaca de lunes a jueves, o viernes, y durante los fines de semana retornaba a la capital jujeña "donde pernoctaba en la casa en la que convivía con sus dos hermanos".
"Según los dichos de uno de sus hermanos, un domingo se fue a trabajar y nunca más regresó. Nunca se supo más nada, no hubo noticias de su paradero, y el trámite del expediente estuvo así durante años, hasta que en agosto de 2014, iniciamos funciones en el Juzgado residual, y así llevamos adelante medidas probatorias. Con la colaboración del fiscal del Superior Tribunal de Justicia Alejandro Ficoseco, se pudo contactar con gente del Ministerio del Interior de la Nación y Gendarmería Nacional, que nos facilitaron un aparato de sondeo terrestre, para detectar anomalías en el suelo porque habían indicios de que el cuerpo podía estar enterrado", detalló.
Inmediatamente, desde Gendarmería enviaron especialistas para "hacer funcionar el aparato y tomar las medidas, y gracias a esas medidas, de las que aún no tenemos el informe, lograron estaquear dos o tres lugares donde habían anomalías en el suelo y se produjo la excavación", la que hasta ahora no ha concluido, según argumentó. En ese sentido señaló que no hay certezas de que se hayan encontrado restos humanos, y menos aún de que esos restos pertenezcan a la persona desaparecida.
Indicios previos
A partir de la incorporación del equipo tecnológico aportado por Gendarmería, es que durante el fin de semana pasado se pudieron realizar las excavaciones en el marco de la investigación. Es que de la etapa probatoria anterior, "surgió que hubo un can que olfateó pertenencias de la persona desaparecida, que conducían al jardín de la vivienda; en esa ocasión se excavó pero no se encontró nada", afirmó el fiscal Cussel.
Aparentemente la profundidad de los huesos enterrados era mayor, por lo cual no aparecieron con la excavación anterior, sino hasta la incorporación de los equipos que detectan anomalías en el suelo con mayor precisión, "estaban a una profundidad de entre 2,5 y 2,8 metros", señaló el fiscal. Los resultados podrán ser confirmados una vez que sean analizados por antropólogos forenses, añadió Llermanos.
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