El arranque de la pretemporada de
Gimnasia comenzó con una noticia impactante y fuerte.
Héctor Martín Desvaux, el capitán del "lobo" que consiguió el milagro de la permanencia a mitad del 2014 y que quedó a un punto del ascenso en el semestre anterior, no será tenido en cuenta por
Sebastián Méndez, nuevo entrenador "albiceleste", y arrancará "marginado" del grupo. Es más: "Pipo" ni siquiera concentró junto al resto del plantel, aunque logró "convencer" al DT que le permita trabajar a la par en esta pretemporada.
Pero lejos de buscar polemizar por esta determinación, el experimentado jugador santafesino frente a los medios tras el primer encuentro en el predio de
Papel NOA, comentó sobre su situación que "es una decisión que me han comunicado. Yo la tengo que respetar como jugador de fútbol. Quiero a la institución y no quiero hacerle daño. Voy a entrenar, le pedí al técnico que me permita entrenar con el plantel profesional, porque sé que me ganaré el lugar en el equipo, aunque ahora esté en el último lugar de su consideración. Mi forma de ser es así y no es la primera vez que uno la va a remar desde atrás. No hay ningún tipo de problemas", remarcó el defensor, quien lógicamente se mostró en disconformidad con la determinación, pero destacó que debe respetarla. "Obviamente que no estoy de acuerdo con la decisión. Venimos de hacer 67 puntos y obviamente que soy el capitán de un equipo que en las últimas fechas se quedó sin nafta, y que no pudimos lograr el objetivo. Pero tengo en claro que Gimnasia no hacía 67 puntos desde hace mucho tiempo y que en este momento pasó de estar casi descendido a estar casi primero entre los promedios, y tener tranquilidad en ese sentido. No haber ascendido es un dolor imborrable y le pedimos perdón a la gente, porque también perdimos muchas cosas nosotros como prestigio, el cariño de los hinchas, perdimos plata. Y se dijeron muchas cosas que no son porque lo que pasó es meramente futbolístico, y no alcanzó solamente".
Así el capitán, dejó en claro su postura, dolido por la situación, pero con fuerzas para poder revertirla.
El arranque de la pretemporada de
Gimnasia comenzó con una noticia impactante y fuerte.
Héctor Martín Desvaux, el capitán del "lobo" que consiguió el milagro de la permanencia a mitad del 2014 y que quedó a un punto del ascenso en el semestre anterior, no será tenido en cuenta por
Sebastián Méndez, nuevo entrenador "albiceleste", y arrancará "marginado" del grupo. Es más: "Pipo" ni siquiera concentró junto al resto del plantel, aunque logró "convencer" al DT que le permita trabajar a la par en esta pretemporada.
Pero lejos de buscar polemizar por esta determinación, el experimentado jugador santafesino frente a los medios tras el primer encuentro en el predio de
Papel NOA, comentó sobre su situación que "es una decisión que me han comunicado. Yo la tengo que respetar como jugador de fútbol. Quiero a la institución y no quiero hacerle daño. Voy a entrenar, le pedí al técnico que me permita entrenar con el plantel profesional, porque sé que me ganaré el lugar en el equipo, aunque ahora esté en el último lugar de su consideración. Mi forma de ser es así y no es la primera vez que uno la va a remar desde atrás. No hay ningún tipo de problemas", remarcó el defensor, quien lógicamente se mostró en disconformidad con la determinación, pero destacó que debe respetarla. "Obviamente que no estoy de acuerdo con la decisión. Venimos de hacer 67 puntos y obviamente que soy el capitán de un equipo que en las últimas fechas se quedó sin nafta, y que no pudimos lograr el objetivo. Pero tengo en claro que Gimnasia no hacía 67 puntos desde hace mucho tiempo y que en este momento pasó de estar casi descendido a estar casi primero entre los promedios, y tener tranquilidad en ese sentido. No haber ascendido es un dolor imborrable y le pedimos perdón a la gente, porque también perdimos muchas cosas nosotros como prestigio, el cariño de los hinchas, perdimos plata. Y se dijeron muchas cosas que no son porque lo que pasó es meramente futbolístico, y no alcanzó solamente".
Así el capitán, dejó en claro su postura, dolido por la situación, pero con fuerzas para poder revertirla.