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24 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Máxima expresión musical

Jueves, 28 de agosto de 2014 00:00
Demostrando una inolvidable gala de maestría en la interpretación, se presentó recientemente el Conjunto de Cuerdas de Jujuy en el centro cultural "Héctor Tizón".
En una velada inolvidable, la música se hizo sentir y se mostró a través del talento de jovencitos que bajo la dirección del profesor Javier Soria, fueron protagonistas de una noche a pura música.
Desde adentro. El profesor Soria fue director e integrante del conjunto al mismo tiempo, sumándose a los músicos.
Desde adentro. El profesor Soria fue director e integrante del conjunto al mismo tiempo, sumándose a los músicos.
Con palabras de "Pachi" Alderete se inició la noche cargada de obras elegidas especialmente. La gala se pintaba arrabalera, con los aires de tango que llegaban a través de "Uno" en una versión de cámara exquisita que se encadenó con "La cumparsita", en la que los chicos ofrecieron su pasión por el arte, en cada uno de los arreglos musicales.
El concierto fue tomando un matiz precioso. Un valsecito se mezcló en el repertorio y se convirtió en "Romance de barrio", para continuar con "Mi Buenos Aires querido", himno porteño de ciertas palabras que ordena una tras otra las nostalgias del pasado que terminó en inconfundibles "Quejas de bandoneón".
Más tarde y cuando la historia del sur musicalmente hablando, fue relevada por la memoria, se escucharon por fin los sonidos de nuestra Quebrada, en el legado que dejó el maestro Ricardo Vilca. Entonces "Sentimiento" se lució en vivo. Luego, un chamamé nacía mientras los músicos estaban listos y en sus marcas para su interpretación, "La calandria" entonces cobró vuelo propio y se entrelazó con "La yaveña" prolongando los aplausos para el clásico puneño hasta el último de los acordes.
Un repertorio bien jujeño se abrió a una linda selección de bailecitos como pequeños retazos de música que no dejaban de grabarse en los oídos de los espectadores.
Una de las canciones de don Máximo Gregorio Puma, fue la "Zamba del gaucho jujeño" tocada por los juveniles que le imprimieron diferentes que resultaron a favor de la composición. Más tarde, un taquirari movilizaba las manos para que el aplauso regrese a la sala, entonces "Esencia", creado por Daniel Vedia sonó a fiesta desde el conjunto que exploró muchos géneros y salió victorioso.
Desde violines, violoncellos, acordeón y percusión, nacieron los sonidos de cámara con sabor a Jujuy. Fue sin dudas, una combinación que se llevó adelante con el estilo que habían dejado los recordados maestros.ya que detrás de Vilca, hubo otro homenaje sonoro, para don Máximo Puma, que se despertó del sueño eterno en su zamba tranquila. El concierto fue una caricia para el alma que permitió a la interpretación en sí misma abrirse camino y descubrir las facetas de unos artistas que tocan canciones de cámara, pero sin dejar atrás las otras. Aquellas sikureadas, carperas o carnavaleras. Y eso es la versatilidad, lo que nos lleva a saber que en la música todo es posible e infinito. El profesor Soria fue director e integrante del conjunto al mismo tiempo. Él era uno más, llevando adelante toda la estructura musical, desde adentro. Es así que la música fue protagonista y los aplausos coronaron un concierto integral que también fue fantasía y triunfo.


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Demostrando una inolvidable gala de maestría en la interpretación, se presentó recientemente el Conjunto de Cuerdas de Jujuy en el centro cultural "Héctor Tizón".
En una velada inolvidable, la música se hizo sentir y se mostró a través del talento de jovencitos que bajo la dirección del profesor Javier Soria, fueron protagonistas de una noche a pura música.
Desde adentro. El profesor Soria fue director e integrante del conjunto al mismo tiempo, sumándose a los músicos.
Desde adentro. El profesor Soria fue director e integrante del conjunto al mismo tiempo, sumándose a los músicos.
Con palabras de "Pachi" Alderete se inició la noche cargada de obras elegidas especialmente. La gala se pintaba arrabalera, con los aires de tango que llegaban a través de "Uno" en una versión de cámara exquisita que se encadenó con "La cumparsita", en la que los chicos ofrecieron su pasión por el arte, en cada uno de los arreglos musicales.
El concierto fue tomando un matiz precioso. Un valsecito se mezcló en el repertorio y se convirtió en "Romance de barrio", para continuar con "Mi Buenos Aires querido", himno porteño de ciertas palabras que ordena una tras otra las nostalgias del pasado que terminó en inconfundibles "Quejas de bandoneón".
Más tarde y cuando la historia del sur musicalmente hablando, fue relevada por la memoria, se escucharon por fin los sonidos de nuestra Quebrada, en el legado que dejó el maestro Ricardo Vilca. Entonces "Sentimiento" se lució en vivo. Luego, un chamamé nacía mientras los músicos estaban listos y en sus marcas para su interpretación, "La calandria" entonces cobró vuelo propio y se entrelazó con "La yaveña" prolongando los aplausos para el clásico puneño hasta el último de los acordes.
Un repertorio bien jujeño se abrió a una linda selección de bailecitos como pequeños retazos de música que no dejaban de grabarse en los oídos de los espectadores.
Una de las canciones de don Máximo Gregorio Puma, fue la "Zamba del gaucho jujeño" tocada por los juveniles que le imprimieron diferentes que resultaron a favor de la composición. Más tarde, un taquirari movilizaba las manos para que el aplauso regrese a la sala, entonces "Esencia", creado por Daniel Vedia sonó a fiesta desde el conjunto que exploró muchos géneros y salió victorioso.
Desde violines, violoncellos, acordeón y percusión, nacieron los sonidos de cámara con sabor a Jujuy. Fue sin dudas, una combinación que se llevó adelante con el estilo que habían dejado los recordados maestros.ya que detrás de Vilca, hubo otro homenaje sonoro, para don Máximo Puma, que se despertó del sueño eterno en su zamba tranquila. El concierto fue una caricia para el alma que permitió a la interpretación en sí misma abrirse camino y descubrir las facetas de unos artistas que tocan canciones de cámara, pero sin dejar atrás las otras. Aquellas sikureadas, carperas o carnavaleras. Y eso es la versatilidad, lo que nos lleva a saber que en la música todo es posible e infinito. El profesor Soria fue director e integrante del conjunto al mismo tiempo. Él era uno más, llevando adelante toda la estructura musical, desde adentro. Es así que la música fue protagonista y los aplausos coronaron un concierto integral que también fue fantasía y triunfo.


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