Las inundaciones poco profundas, chozas dañadas y carteles de comercios o tejados de hojalata arrancados por el viento eran un paisaje común en el país, pero había noticias confirmadas de solo tres muertes, sin daños importantes, después de que Hagupit se abatiera contra Samar Oriental y otras provincias insulares.
La tormenta presentaba vientos sostenidos máximos de 140 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 170 kph, considerablemente más débiles que en su momento de plenitud pero aún de potencial peligro, según los meteorólogos.
El tifón, que tocó tierra en Samar Oriental el sábado por la noche, avanza despacio, descargando intensas lluvias que podrían provocar deslaves e inundaciones.
Más de 800.000 personas acudieron a unos 1.000 refugios y lugares seguros, traumatizadas por las muertes y la destrucción generalizada que causó el año pasado el tifón Haiyan. El gobierno, respaldado por los 120.000 soldados del ejército, realizó un amplio despliegue de prevención con un objetivo de cero víctimas.
Rhea Estuna, una madre de 29 años, huyó el jueves a un centro de evacuación en Tacloban, la ciudad más golpeada por Haiyan el año pasado, y esperó atemorizada mientras Hagupit lanzaba viento y lluvia contra la escuela donde estaba refugiada con su familia. Cuando se asomó al exterior ayer, dijo haber encontrado un resultado muy distinto del que presenció el año pasado. "No había cuerpos tirados en la calle, ni grandes montículos de escombros", dijo.
"Gracias a Dios este tifón no fue tan violento", agregó. Haiyan mayó a miles de personas y arrasó pueblos enteros con fuertes vientos y olas similares a las de un tsunami, la mayoría en el área de Tacloban.
Casi una docena de países, liderados por EEUU y la UE, prometieron ayudar en caso de un gran desastre, señaló el jefe de la agencia de respuesta a desastres, Alexander Pama.
El comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, dijo que se desplegaría un equipo de expertos para evaluar los daños.
Las autoridades estaban verificando noticias sobre víctimas mortales, dijo Pama en una rueda de prensa.
Dos mujeres resultaron heridas cuando el taxi triciclo en el que viajaban fue golpeado por un árbol al caer, en la provincia central de Negros Oriental.
En las provincias donde el peligro por el tifón había remitido, se pidió a los vecinos desplazados que regresaran a sus casas. También en Albay, donde se pidió a medio millón de personas que abandonasen los lugares de evacuación.
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Las inundaciones poco profundas, chozas dañadas y carteles de comercios o tejados de hojalata arrancados por el viento eran un paisaje común en el país, pero había noticias confirmadas de solo tres muertes, sin daños importantes, después de que Hagupit se abatiera contra Samar Oriental y otras provincias insulares.
La tormenta presentaba vientos sostenidos máximos de 140 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 170 kph, considerablemente más débiles que en su momento de plenitud pero aún de potencial peligro, según los meteorólogos.
El tifón, que tocó tierra en Samar Oriental el sábado por la noche, avanza despacio, descargando intensas lluvias que podrían provocar deslaves e inundaciones.
Más de 800.000 personas acudieron a unos 1.000 refugios y lugares seguros, traumatizadas por las muertes y la destrucción generalizada que causó el año pasado el tifón Haiyan. El gobierno, respaldado por los 120.000 soldados del ejército, realizó un amplio despliegue de prevención con un objetivo de cero víctimas.
Rhea Estuna, una madre de 29 años, huyó el jueves a un centro de evacuación en Tacloban, la ciudad más golpeada por Haiyan el año pasado, y esperó atemorizada mientras Hagupit lanzaba viento y lluvia contra la escuela donde estaba refugiada con su familia. Cuando se asomó al exterior ayer, dijo haber encontrado un resultado muy distinto del que presenció el año pasado. "No había cuerpos tirados en la calle, ni grandes montículos de escombros", dijo.
"Gracias a Dios este tifón no fue tan violento", agregó. Haiyan mayó a miles de personas y arrasó pueblos enteros con fuertes vientos y olas similares a las de un tsunami, la mayoría en el área de Tacloban.
Casi una docena de países, liderados por EEUU y la UE, prometieron ayudar en caso de un gran desastre, señaló el jefe de la agencia de respuesta a desastres, Alexander Pama.
El comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, dijo que se desplegaría un equipo de expertos para evaluar los daños.
Las autoridades estaban verificando noticias sobre víctimas mortales, dijo Pama en una rueda de prensa.
Dos mujeres resultaron heridas cuando el taxi triciclo en el que viajaban fue golpeado por un árbol al caer, en la provincia central de Negros Oriental.
En las provincias donde el peligro por el tifón había remitido, se pidió a los vecinos desplazados que regresaran a sus casas. También en Albay, donde se pidió a medio millón de personas que abandonasen los lugares de evacuación.