A pesar de no haber sido un año electoral, el 2014 fue un año movido en el plano político. Y en el universo que representa la política partidaria para el país, Jujuy volvió a ser noticia y a inscribir nuevamente el nombre de Eduardo Fellner en un lugar de privilegio en el concierto nacional. Ratificado en la presidencia de la Organización Federal de Estados Mineros (Ofemi) y siendo uno de los hombres fuertes del kirchnerismo, el mandatario provincial escaló una vez más hasta la cima de la primera fuerza política de la Argentina y una de las principales de toda Latinoamérica, el Partido Justicialista.
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A pesar de no haber sido un año electoral, el 2014 fue un año movido en el plano político. Y en el universo que representa la política partidaria para el país, Jujuy volvió a ser noticia y a inscribir nuevamente el nombre de Eduardo Fellner en un lugar de privilegio en el concierto nacional. Ratificado en la presidencia de la Organización Federal de Estados Mineros (Ofemi) y siendo uno de los hombres fuertes del kirchnerismo, el mandatario provincial escaló una vez más hasta la cima de la primera fuerza política de la Argentina y una de las principales de toda Latinoamérica, el Partido Justicialista.
Su perfil de hombre componedor y proclive a los consensos ya había dejado una marca registrada en el Congreso de la Nación, en oportunidad de ejercer la presidencia de la Cámara baja durante cuatro años. Ya en aquel entonces y en la despedida de ese cargo -en diciembre de 2011-, todos los bloques que conformaban el mapa político de Diputados destacaron su capacidad y su cintura política para acercar posiciones y apostar al diálogo, una impronta que le imprimió siempre a su gestión como gobernador, aún en los momentos de mayor rispidez socioeconómica y política.
Desde su regreso a Jujuy para ocupar por tercera vez -por el voto directo de la gente- el Sillón de Fascio y a más de 1800 kilómetros de distancia de Capital Federal, donde se toman las decisiones gubernamentales y políticas más trascendentes para el país, Fellner demostró tener pleno respaldo de la presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, no sólo por las políticas y acciones que se implementaron e implementan a favor de la provincia, sino también por la permanente visita de funcionarios nacionales de primera línea. También es cierto que la crisis económica mundial -desatada a mediados de 2009-, más los vaivenes económicos a nivel nacional, que mostraron su faceta más dura con la devaluación de principios de este año y la inflación creciente, llevaron a su gestión a una situación incómoda y de tirantez con los gremios estatales, pero aún así reacomadó las cargas y afrontó el vendaval de conflictos sociales y gremiales con templanza, sin dejar de apostar al diálogo y llamar a la reflexión, más allá de la beligerancia de los reclamos de algunos de sectores que llevaron sus medidas al extremo de paralizar casi todas las áreas del Estado por más de 50 días de huelga.
Su perfil de hombre componedor y proclive a los consensos ya había dejado una marca registrada en el Congreso de la Nación.
No obstante ello, la figura de Fellner no cedió ni un centímetro en la consideración política expresada en gestos y acciones por parte del gobierno central. Su capacidad mediadora lo catapultó, incluso, a mediados de este año, a la presidencia del Partido Justicialista a nivel nacional, siendo electo por el Congreso partidario realizado en Parque Norte, que convocó a todas las vertientes del peronismo.
Fellner es el encargado de encabezar y coordinar un esquema delineado para cumplir un objetivo específico, que es acompañar un proceso que le permita al PJ lograr la continuidad a partir del 10 de diciembre de 2015 del proyecto político iniciado por Néstor Kirchner en 2003. Tal es el peso específico del mandatario jujeño en la esfera política nacional, que su nombre incluso llegó a sonar como posible compañero de una hipotética fórmula presidencial con Daniel Scioli. Por ahora su futuro está en la provincia, tal como lo afirman algunos de sus allegados y como él mismo lo reafirma ante cada consulta periodística que intenta llevarlo hacia el terreno de las hipótesis. 'Tengo una gran responsabilidad, que es gobernar a Jujuy. Mi compromiso es con la gestión que me confió la gente, después el tiempo dará su veredicto', se encargó de remarcar una y otra vez en los últimos tiempos
