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16 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Vivir en el circo: una experiencia transmitida

Jueves, 11 de diciembre de 2014 00:00
<p>FAMILIA/ EL LEGADO SE TRANSMITE ENTRE CADA MIEMBRO QUE VA SUMÁNDOSE AL SHOW CON DISTINTAS HABILIDADES.</p>

Las profesiones o los oficios que desempeñan las personas en la vida cotidiana muchas veces son las que condicionan un ritmo de vida y marcan una realidad diferente para cada ser humano. Un caso muy particular y que es un claro ejemplo de esto, es la tarea que cumplen los artistas de circo, personas que desarrollan sus condiciones y modo de vida de una manera muy singular, supeditada a la realidad y disposiciones de la empresa en la que se desempeñan.

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Las profesiones o los oficios que desempeñan las personas en la vida cotidiana muchas veces son las que condicionan un ritmo de vida y marcan una realidad diferente para cada ser humano. Un caso muy particular y que es un claro ejemplo de esto, es la tarea que cumplen los artistas de circo, personas que desarrollan sus condiciones y modo de vida de una manera muy singular, supeditada a la realidad y disposiciones de la empresa en la que se desempeñan.

Se trata de una pequeña porción de la sociedad que escogió vivir del arte y exhibirla por distintas ciudades del país y el mundo, aceptando con ello un estilo de vida particular, con marcadas diferencias en relación a la cotidianidad del resto de las personas.

Marcelo Stankovich es uno de los artistas del Circo Rodas y dentro de su familia es la quinta generación que desempeña el mismo oficio. De descendencia yugoslava, pero nacido en Argentina, tuvo la posibilidad de trabajar en diversos circos del país y el mundo y hoy con casi 40 años de trayectoria lleva en alto el orgullo de una tradición familiar la cual acogió como una forma de vida para él y su familia.

Nacido en el seno de una familia de circo y acostumbrado a una vida nómade, poco rutinaria y con marcadas diferencias al resto de la gente, “Stanko” como lo llaman sus compañeros, supo desde pequeño que continuaría los pasos de sus padres y abuelos, desarrollando un arte y exhibiéndolo en los escenarios de un circo. Y así fue, ya que actualmente presenta varios números dentro del espectáculo del Circo Rodas, junto a sus dos hijas quienes también continúan con el legado de la familia.

Dentro del circo él hace lo que se llama Antipodismo moderno, un número artístico que consiste en la realización de malabares con los pies; se trata de una disciplina poco común por lo que es uno de los únicos artistas que realiza esta práctica en Argentina. Para la presentación del número emplea una especie de mesa especialmente preparada donde se recuesta para realizar todo tipo de malabarismos con los pies, una práctica que según dijo es difícil de lograr y requiere entrenamiento.

El numero de mayor atracción que realiza es el de las “Aguas Danzantes”. Es un número realizado totalmente con chorros de agua que tiene más de 30 bombas sumergibles en una pileta de 10 metros de diámetro que está escondida en el medio del escenario, la cual aparece mediante un sistema hidráulico y deja ver un juego de aguas de colores que se complementan con luces y efectos especiales que danzan al compás de la melodía de “Caballería ligera”.

Este artefacto de alta tecnología le pertenece a Stankovich y fue construido en Las Vegas. Según conto se trata de un dispositivo que requirió de mucho tiempo de fabricación y la idoneidad de ingenieros de Las Vegas, ya que en los casinos de ese lugar es un atractivo muy común. “A raíz de eso se fueron programando los distintos movimientos que tienen las aguas danzantes con todo tipo de picos y chorros que alcanzan gran altura, de modo que se puedan desplazar de un lado a otro generando efectos maravillosos que le gustan mucho al público”, explicó. Este artefacto debutó en Las Vegas con un espectáculo exitoso y al cabo de un tiempo fue traído a Argentina por el propietario del Circo Rodas.

Como buena familia de cirqueros, Stankovich preparó a sus hijas quienes también son artistas del circo y lo acompañan en el escenario. Uno de los números que presentan es el de contorsionismo y lo realiza la mayor de sus hijas Johana de 22 años. Su número empieza saliendo de una pequeña cajita de acrílico y a partir de allí realiza todo tipo de piruetas, incluso en un momento sujeta con sus pies un arco y lanza una flecha y para finalizar se dobla totalmente para alcanzar una máscara que está en el suelo. Ese número se complementa con la presentación que realiza su hermana, Rocío de 16 años, quien canta la canción que Johana trabaja en el escenario.

En otro de los números su esposa hace de partenaire pero por razones de salud en estos momentos no está trabajando y el más pequeño, Ian de 7 años, practica para en un futuro poder también ser parte del elenco.

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