Historia de permanente resiliencia es la que vive con todo el amor Norma Beatriz Issa, una mujer que se brinda como madre abocada al sentimiento y a ayudar incondicionalmente a su hijo.
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Historia de permanente resiliencia es la que vive con todo el amor Norma Beatriz Issa, una mujer que se brinda como madre abocada al sentimiento y a ayudar incondicionalmente a su hijo.
Hace cuarenta y siete años atrás nació Edmundo Labruna, su retoño diagnosticado con parálisis cerebral. "Recurrí a médicos, a curanderos y a la fe buscando explicaciones, fue difícil", destacó en la primera etapa de su relato esta madre, mientras aseguraba que en Jujuy, en aquel tiempo, no había ningún sanatorio, ni hospital especializado en esta condición.
Ante tal circunstancia se presentaron en su vida "ángeles de la guarda" que no los abandonaron. "Lo llevé a Córdoba para entender mejor su situación. Y fue de a poco la mejoría, pero para mí un aprendizaje completo, como mamá y como acompañante de mi hijo", explicó. Para comprender la vida con este diagnóstico, Issa sumó a personas que consideraba apoyos incondicionales y, una de ellas, fue Nancy Belmonte especializada en Educación Especial. "Recuerdo que en un principio, apuntaba a la parte educativa porque me preocupaba la formación de mi hijo", dijo. No obstante, tuvo que transitar aquellos impedimentos físicos de Edmundo junto a él.
"Mi familia siempre estuvo conmigo, después toqué las puertas de mis vecinos y de los amigos, nos organizamos para ayudar y contenerlo", detalló Issa, a quien el tiempo le fue exponiendo casos similares y que precisaban un tratamiento especial, complementando terapias.
A través de la luz que significa Edmundo Labruna para su familia, con más fuerza brilló para motivar el surgimiento de la Asociación de Protección al Paralítico Cerebral - Appace. "Hoy en día me siento absolutamente feliz porque veo a mi hijo bien y que, mediante su situación, pudimos abrazar a más personas y ayudar. Yo hice lo que cualquier mamá haría por sus hijos, con luchas y certezas pero siempre viendo las necesidades", indicó Issa. El presente la encuentra animada y firme al lado de su hijo. "Cuando él tenía cuatro años iniciamos con Appace y eso nos hizo conocer las carencias de nuestra provincia, ese binomio de pobreza y discapacidad en las familias con escasos recursos", dijo Norma, que no dejará de trabajar para contener a las personas con diferentes discapacidades en el reconocido espacio terapéutico.
Es que la vida de Edmundo fue, desde el inicio, una esperanza iluminando corazones, que luego se convirtió en un desafío abordado con cariño desde el seno familiar, hasta los amigos y la comunidad. "Aprendí a pedir ayuda, a reunir a los hijos de los amigos y a contarles la situación partiendo de la realidad del problema. Era llevarlo una hora de paseo; otra hora a la casa de un amigo y; otra hora, al museo. Fue un trabajo de distintas personas", comentó.
Por este motivo, la socialización fue vital para "Nuni", quien desde niño supo vincularse con su entorno y estudiar el nivel primario en el Colegio Del Salvador y la secundaria en el Colegio Secundario Informático "Blaise Pascal", logrando la promoción. "Le encanta interactuar con sus pares y a través de las redes sociales, además de su rehabilitación en la pileta de Appace todos los días", reveló Issa, instando a otros padres a mostrar a las personas con discapacidad porque tienen sus derechos en la sociedad.