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25 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Ser médico le despertó el instinto de obrar y misionar en Sierra Leona

Nacido en la "Tacita de Plata", Néstor Pizarro ama su vocación, vive en Madrid y viajó a África para ayudar en una aldea.
Lunes, 25 de agosto de 2025 01:01
FELICIDAD SIERRALEONESA | NÉSTOR PIZARRO JUNTO A UN NIÑO, EN PLENA LABOR.

Cuando el espíritu misionero se encuentra en la esencia de una persona, la acompaña a lo largo de su vida gracias a la fuerza de voluntad que no descansa.

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Cuando el espíritu misionero se encuentra en la esencia de una persona, la acompaña a lo largo de su vida gracias a la fuerza de voluntad que no descansa.

Así, de una manera férrea Néstor Pizarro siguió el instinto de ayudar a los demás a través de la medicina, una carrera que eligió como noble puente de conexión humana.

Desde su formación en el Colegio Del Salvador donde el misionar se realiza desde la infancia hasta una adolescencia en la que reafirmó la teoría con acciones, es que este aprendizaje se fue forjando cada vez mejor.

En la Universidad Nacional de Córdoba estudió Medicina y realizó su examen como residente en la ciudad de Madrid, España. Descubrir un lugar tan espectacular desde toda perspectiva, maravilló sus ojos y conquistó su corazón desde el momento que llegó a pisar tierra española en el año 2011. "Al llegar a Madrid, todo me pareció lindo, tener todo tan cerca. Viajar te abre un continente entero", expresó Néstor Pizarro acerca de su experiencia como universitario viajero.

COMPAÑÍA ESPECIAL | EL MÉDICO JUJEÑO COMPARTIENDO CON LA COMUNIDAD.

En su primera estadía descubrió la multiculturalidad de una ciudad con pares residentes de Argentina, Colombia, Venezuela, Perú y Ecuador, entre otros países latinoamericanos. "Siempre me presento como argentino pero remarco que de Jujuy. Mi mejor amigo de aquí, es de Honduras", explicó.

Comprometido con una profesión especial, su presente lo encuentra como médico anestesista en el hospital clínico "San Carlos", en el hospital universitario sanitas "La Zarzuela" y en el hospital universitario viamed "Santa Elena". Gracias a su capacidad de trabajo, las oportunidades lo habilitaron a cumplir su vocación en espacios públicos y privados; que junto a su esposa cordobesa comparte al desempeñarse en idéntica labor. El rumbo para llegar a nuevos horizontes, se le presentó a través de un llamado especial para realizar misiones médicas cada dos años, a fin de ayudar desde su profesión a personas de otras latitudes.

Aceptó al instante esta responsabilidad en un diferente espacio y asumió el desafío de llegar a Sierra Leona con un equipo y un mismo objetivo. La decisión de colaborar no estuvo en tela de juicio en ningún momento, acaso por el motivo que implicó pertenecer a un colegio con bases en el amor por el altruismo y en el acompañar al prójimo, raíz del pensamiento de los misioneros del Verbo Divino.

"Mediante la clínica 'Santa Elena' vamos cada dos años, entre fines de julio y principios de agosto; de diez a quince días para hacer cirugías a una aldea africana", reveló este jujeño que pertenece al grupo de médicos que efectúa esta actividad en años impares.

HINCHAS DEL “LOBO” | NO EXISTEN LAS FRONTERAS PARA SUS HIJOS JOAQUÍN Y DIEGO.

Descubrir esta comunidad a cuatro horas de la capital Freetown, fue una experiencia de alto impacto para este joven que conectó por primera vez en el año 2019 con la energía de las Misioneras Clarisas e integrantes de la fundación Milla 91. "En la misión, trabajo en una pequeña clínica con pacientes que las monjas van reclutando y esperan para cirugías. Es muy alto el nivel de pobreza y miseria en el país africano, ahí es cuando uno agradece la suerte de haber nacido con oportunidades en la vida", reflexionó Pizarro que recordó que es una nación con fuertes secuelas de la guerra.

"Los niños volvieron al colegio después de la pandemia, muchos tienen desnutrición. Nosotros como médicos vamos para solucionar patologías en los jóvenes y que puedan trabajar, también capacitamos y becamos a dos o tres sierraleoneses", resaltó.

La presentación ante la comunidad africana es siempre especial. "Te ven al principio con sospecha pero entienden que es para ayudar a transmitir enseñanza y conocimientos. A pesar de tener ciertas limitaciones como el oxígeno y aplicar anestesias regionales; en los hombres jóvenes se operan hernias y a las mujeres prolapsos genitales, ya que cada una tiene en promedio, cuatro hijos y es la que se encarga de cuidarlos, buscar alimento y de las tareas diarias; el hombre trabaja en el campo", detalló.

En esta cuarta campaña de la que el jujeño formó parte, las monjas del lugar reunieron a las personas que precisaron la atención médica que, en todos los casos, es protocolizada y de gran calidad.

"Estamos en contacto con ongs y colegas donde intercambiamos experiencias y como cada uno se lleva esta realidad que gol pea", comentó Pizarro que de regreso a su Madrid, resaltó lo diferente que es y la marca emocional que le genera el volver a la tierra donde reside. "Lo que me gusta es la facilidad para todo, las comunicaciones, el transporte y la apertura de la gente", sostuvo el jujeño que no deja de compartir a su entorno más inmediato, estas vivencias en otros lugares del mundo.

SIMPATIZANTE DEL “ALETI” | EN EL ESTADIO, CON LA CAMISETA DE “LOS PERALES”.

"Por las redes sociales el contacto siempre está, no me olvido de mis compañeros y amigos de toda la vida, fui carrocero de la promo 1999", comentó Pizarro que vivió su infancia y adolescencia cerca de la avenida Almirante Brown, donde iba a jugar al Club Sportivo Palermo. "Mi mejor amigo en Jujuy es Álvaro Zenteno, presidente del club social cultural deportivo 'Los Perales' que brinda merienda a un montón de niños, siempre le digo que no es necesario ir a África para ayudar, que él desde su lugar hace y mucho; como cualquiera puede hacerlo así sea poquito, suma", indicó el seguidor acérrimo del "Lobo", un sentimiento albiceleste que comparte con sus pequeños Joaquín y Diego, de ocho y cinco años, respectivamente.

"Son hinchas de Gimnasia y Esgrima, porque saben que yo iba siempre desde que tengo memoria a la cancha a ver los partidos. Los llevé a Jujuy, al '23 de Agosto' y tienen sus camisetas, les encanta. A mí me moviliza aunque esté a la distancia, cuando gana o cuando pierda porque viví el ascenso en el '94 del 'Lobo', ahí comencé mi primer año de secundaria, así que iba a todos los partidos", recordó este jujeño que como universitario en Córdoba, lo alentó desde la hinchada visitante.

Lo que extraña de la jujeñidad además del plano deportivo es la conexión con la gente, pero sabe rescatar que en sus visitas esporádicas, el paisaje en la "Tacita de Plata" se encuentra renovado. "Un sueño sería volver a Jujuy para devolver con mi trabajo todo el esfuerzo que mis padres -empleados públicos- hicieron para mi educación. Soy un eterno agradecido a ellos y orgulloso de ser jujeño", finalizó Néstor Pizarro que hoy simpatiza con el Club Atlético de Madrid pero sin dejar de ser hincha apasionado de su "Lobito" querido.

 

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