Recientemente y consultado sobre las perspectivas de la negociación del precio del tabaco para la próxima etapa, el presidente de la Cámara del Tabaco de Jujuy Pedro Pascuttini, recordó como fue la última donde se pudo lograr un 35% en virtud del contexto de incertidumbre. Aún se desconoce cuáles serán los factores que determinen el siguiente, tras un año signado por los cambios de mercado, la divisa, altos precios de insumos y servicios, y demoras en pagos.
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Recientemente y consultado sobre las perspectivas de la negociación del precio del tabaco para la próxima etapa, el presidente de la Cámara del Tabaco de Jujuy Pedro Pascuttini, recordó como fue la última donde se pudo lograr un 35% en virtud del contexto de incertidumbre. Aún se desconoce cuáles serán los factores que determinen el siguiente, tras un año signado por los cambios de mercado, la divisa, altos precios de insumos y servicios, y demoras en pagos.
El precio del tabaco se define en una mesa de negociaciones, pero también en un escenario mucho más amplio donde confluyen factores impredecibles, el contexto económico nacional, las reglas del mercado internacional, las políticas monetarias y, en ocasiones, hasta los tiempos de la política.
La última negociación del precio del tabaco en Jujuy fue, para muchos, un ejemplo claro de esto, apenas unos días después de acordar un valor definitivo por el kilo de tabaco, el gobierno nacional levantó el cepo cambiario, y el dólar se disparó. Se desconoce si fue casualidad, coincidencia o desinformación.
"Negociamos a ciegas", explicó Pascuttini. "Fijamos un precio con base en las variables que teníamos a mano, que eran las del momento, y a los tres o cuatro días se libera el mercado cambiario. Es imposible prever eso cuando se está en una lucha por conseguir lo justo para el productor", dijo.
El trasfondo de esta negociación es mucho más complejo de lo que parece según explicó Pascuttini. "La Cámara del Tabaco de Jujuy está sola, discutiendo con grandes compradores, multinacionales, que tienen más poder de información y de maniobra. Nosotros llegamos a la mesa con los números que nos dan las variables económicas del día. Cuando logramos cerrar un acuerdo, aparece una noticia como la del levantamiento del cepo. Y ahí te das cuenta de que alguien más tenía información que nosotros no teníamos".
Las consecuencias de esa diferencia de información no son menores. Según explicó Pascuttini, el precio acordado del tabaco rondaba los 1.000 pesos por kilo, apenas antes de que el tipo de cambio oficial se liberara y el valor del dólar trepara por encima de los 1.300. "No es lo mismo vender a mil con un dólar a 800 que a 1.300 pesos. Y menos si el pago no es inmediato", afirmó.
Pero el dirigente tabacalero también reconoció que, dentro de todo, "la jugada salió bien". Sostuvo que del otro lado de la mesa, las grandes compañías compradoras, también estaban especulando con una suba aún mayor, tal vez hasta los 1600 pesos. Finalmente, el valor bajó, y el precio pactado no quedó tan desfasado.
Pascuttini insistió en que el precio del tabaco no afecta solamente a los productores. "Detrás del tabaco hay familias enteras, trabajadores, pueblos enteros que giran en torno a esta economía. Cada vez que peleamos por un buen precio, no lo hacemos solo por un número", dijo en referencia a que la actividad sostiene comunidades enteras en el norte de Salta y Jujuy", aseguró.
Esa dimensión social y territorial de la actividad tabacalera es lo que vuelve aún más urgente la necesidad de tener reglas de juego claras y previsibilidad. Pero el panorama sigue siendo incierto. "¿Cómo proyectamos el precio para el año que viene si no sabemos cómo va a estar el dólar en octubre? Y encima hay elecciones. Pero el tabaco no espera. La planta crece, la campaña sigue. No se puede condicionar toda una actividad productiva a una elección", planteó.
Otro aspecto central de la discusión tiene que ver con los insumos, en particular los agroquímicos y fertilizantes. Cuando en diciembre pasado se liberó la importación de estos productos, muchos productores celebraron, esperando una baja significativa de los costos, sin embargo, esa baja no llegó.
"En Brasil, el precio del abono ronda los 600 o 650 dólares. Acá, sigue en 1.300 dólares más IVA. Es el mismo producto, pero con una asimetría brutal. ¿Cómo hacemos para competir así?", se preguntó Pascuttini. Esta diferencia de costos sigue siendo un obstáculo para la rentabilidad del productor argentino, que no solo enfrenta dificultades internas, sino desventajas estructurales respecto a sus pares de otros países.
Se analiza con optimismo
A pesar del difícil contexto, Pascuttini se mostró optimista. “Nosotros siempre producimos con esperanza. Cada año pensamos que el que viene será mejor. Ponemos todo, la fe, la fuerza, el trabajo”. Pero también se mostró realista, “necesitamos previsibilidad. La estabilidad que hay ahora nos permite hacer cálculos más finos, pero hay que ver cuánto dura. Todo está sujeto a la política económica nacional y al contexto internacional”, dijo.
La Cámara del Tabaco ya comenzó a observar los movimientos del tipo de cambio, las proyecciones del mercado y los posibles cambios regulatorios, y se prepara una vez más, para sentarse a la mesa de negociación y defender el precio justo. “Hay que seguir luchando, buscando lo mejor. Porque no solo es por el productor, es por todo el ecosistema que rodea al tabaco. Y para competir en el mundo, necesitamos calidad, sí, pero también precio”, afirmó.