En un emotivo y contundente discurso de despedida, una estudiante expuso las profundas deficiencias de un colegio local ante los casos de bullying, denunciando un ambiente de hostilidad, discriminación y superficialidad que la llevo a buscar un nuevo camino. Hizo publica sus historia a través de las redes sociales la tarde del viernes, en la que compartió un video del momento en el que pegó dentro de las instalaciones del colegió un afiche en el que explica el motivo por el que abandona la institución y una larga y emotiva carta en la cuestiona la falta de acción de la institución y los valores de algunos compañeros.
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En un emotivo y contundente discurso de despedida, una estudiante expuso las profundas deficiencias de un colegio local ante los casos de bullying, denunciando un ambiente de hostilidad, discriminación y superficialidad que la llevo a buscar un nuevo camino. Hizo publica sus historia a través de las redes sociales la tarde del viernes, en la que compartió un video del momento en el que pegó dentro de las instalaciones del colegió un afiche en el que explica el motivo por el que abandona la institución y una larga y emotiva carta en la cuestiona la falta de acción de la institución y los valores de algunos compañeros.
Su testimonio, reveló la urgente necesidad de generar espacios de diálogo y reflexión genuina sobre temas como el respeto, la inclusión y la empatía en el ámbito educativo.
"No alcanza con un sermón. No alcanza con 'no lo hagan más', 'sanción'. Hay que encararlo desde otro lugar", afirmó la joven en su mensaje. Y aclaró que abandonar su colegio tuvo que ver con la imperante necesidad de "respirar" y encontrar un lugar donde "ser uno mismo no sea un motivo de burla", y donde el respeto no sea la excepción.
La estudiante relató cómo comentarios "homofóbicos, machistas y violentos" por parte de sus compañeros, llegaron a provocar la renuncia de un profesor. "Nadie hizo nada", lamentó, evidenciando una preocupante pasividad ante el acoso. Esta situación, según su experiencia, es una constante: un bullying que se vive a diario, donde "la plata no compra empatía, no compra valores, y mucho menos humildad".
El discurso también puso de manifiesto la preocupante dinámica de los grupos de compañeros, describiéndolos como ambientes de falsedad y discriminación. "Todos quieren ser parte de los que están en la punta del iceberg", señaló, advirtiendo sobre el alto costo de sacrificar la propia identidad por pertenecer a un grupo que, en el fondo, carece de un verdadero soporte. La joven narró el doloroso momento en que, de un día para otro, fue "hecha a un lado", desenmascarando la crueldad y la envidia silenciosa que, a su juicio, caracteriza a estas dinámicas.
La denuncia se extiende a la inacción del colegio, donde "lo único que importa es mantener la imagen". Cuando surgen problemas, estos son "tapados, escondidos", y el silencio prevalece ante el acoso, la discriminación y las injusticias. La estudiante cuestionó la falta de protección hacia los alumnos que son molestados, y la difusión de videos e imágenes denigrantes que circulan por la institución, reflejo de una preocupante "quema y traumatización de la cabeza" entre los jóvenes.
A pesar de la amarga experiencia, la joven se despidió sin rencores, asegurando que esta vivencia la fortaleció, le hizo valorar sus propios principios y le enseñó "cómo no hay que ser". Su mensaje final fue un llamado a la acción para aquellos que, como ella, han sido víctimas de estas situaciones: "No se callen. No lo normalicen. No lo merecen."
La partida de esta estudiante, bajo el lema "No me fui, me prioricé y solté", no solo es un acto de valentía sino también un recordatorio para la comunidad educativa de Jujuy sobre la necesidad de fomentar un ambiente de respeto, inclusión y verdadero crecimiento humano.