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A veces florista y otras sombrerero, trabajar es su misión

Luis Alfredo Camacho es vendedor. Trabaja al frente de un carro polirrubro ubicado en calle Belgrano y Otero.
Martes, 18 de febrero de 2025 01:01
EL SEÑOR DE LOS SOMBREROS | LUIS ALBERTO CAMACHO OFRECE SUS PRODUCTOS FORMALES, FLORIDOS O CARNAVALEROS.

Amabilidad es una de las características que hacen la diferencia para crear vínculos entre seres humanos. Es una cualidad que se celebra cuando se encuentra entre la multitud y es la que ofrece Luis Alfredo Camacho cada día, cuando al frente de su carro, se predispone a vender productos acordes a la temporada del momento.

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Amabilidad es una de las características que hacen la diferencia para crear vínculos entre seres humanos. Es una cualidad que se celebra cuando se encuentra entre la multitud y es la que ofrece Luis Alfredo Camacho cada día, cuando al frente de su carro, se predispone a vender productos acordes a la temporada del momento.

En esta ocasión, la propuesta que tiene entre sus manos; se centraliza en sombreros como accesorio tan elemental como ideal para la protección personal del sol en días de calor.

La oferta destinada a damas y a caballeros, tiene a favor una multiplicidad de colores y tamaños que luego se despliega en formas y texturas; sea con ala corta o larga, con flores, cintas o los preferidos por pescadores con una protección extra; en plena Belgrano esquina Otero de la ciudad.

Allí, motivado por avanzar en su oficio, brinda atención creando un espacio para compartir con el cliente desde lo honrado de su labor.

En días soleados contempla la posibilidad de vender mejor. Por ello, lleva adelante su intención de seguir el camino como vendedor ambulante.

"Siento que vendiendo y trabajando honradamente me hace bien. Me siento incluido en la sociedad. Voy rebuscando según haga frío o calor", destacó Camacho quien hace años, luego de ser despedido de una empresa en Buenos Aires; recurrió a la venta de productos de diferentes rubros en la urbanidad para subsistir.

Ahora es el turno de construir desde la acción y constancia que de lunes a viernes tiene presente. "No es malo vender, es un oficio en el que uno se va haciendo en cuanto van pasando los días", comentó.

Es que durante el invierno, prepara termos con agua caliente para vender café; mientras que cuando llueve, ofrece paraguas; o en estaciones templadas, jugo de naranja con una satisfacción de que al fin y al cabo agrade a la comunidad con lo que realizó.

"Después de la situación que pasé trató de avanzar. Al trabajar me distraigo la mente. Me siento bien", destacó.

Y es que con el avance de los años, le diagnosticaron diabetes; condición que no le es un obstáculo al momento de su desempeño laboral.

"A veces me olvido, a veces me tira a la cama, a veces no puedo salir a vender. Pero me gusta salir a vender porque me siento útil porque le aporto a la sociedad", confesó.

En estos días, donde el perfume de carnaval se siente en diferentes lugares de la provincia, abre su festival de variedades en sombreros para cada momento del día.

Y entonces se pueden observar aquellos alusivos a la fecha de colores vibrantes o delicados y con detalles floridos, o con el formato más tradicional y unisex o bien con ala corta para el caballero, con una liviandad apta para tiempos de verano.

Cada uno cumple su misión a la perfección, pero antes mantienen el orden superpuesto a la sombra desde donde se comercializan a la espera de cualquier comprador.

"La gente viene y me pregunta por el precio, se los prueba y le presto el espejito para que se vean. A algunos les gusta y otros no regresan pero yo trato de hacer mi trabajo lo mejor que puedo", comentó quien ya recibió pedidos de integrantes de comparsas y agrupaciones para compartir esta época carnestolenda en la que -aseguró- les hace un precio especial.

Así, remarcó que para el Día de los Enamorados eligió flores y peluches para la venta en la que resaltó la buena suerte que lo acompañó durante toda la jornada.

Tratar de rebuscar la manera para salir adelante, conlleva un sacrificio notable; más si hay dificultades a sortear por salud.

"Si bien no veo bien, hago lo posible por mejorar. A veces estoy bien, a veces se me sube el azúcar o cuando se me baja el azúcar, me tira a la cama. Estoy con la diabetóloga, con insulina y pastillas; de esta manera, lo importante es que ocupando la cabeza en otra cosa, se despeja la mente", dijo Camacho quien no ve barreras para evolucionar, a pesar de tener un diagnóstico tratable como es la diabetes.

PARA ELLOS | EN DÍAS DE CALOR, ES ELEMENTAL CUBRIRSE LA CABEZA.
 
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BUENA RECEPCIÓN | LA GENTE SE PUEDE MEDIR LOS ACCESORIOS FRENTE A UN ESPEJO.

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