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Manuel Padilla marcó una época que debe ser evocada

Representó a Jujuy en la Convención de 1853 que sancionó la primera Constitución Nacional Argentina.

Martes, 09 de diciembre de 2025 00:00
SALA DE LOS MOLINOS | FUE PROPIEDAD DE MANUEL PADILLA.

Reiterar para no olvidar, lo que muchos historiadores dijeron del Diccionario General de Jujuy, o lo del doctor Teófilo Sánchez de Bustamante en sus Biografías Históricas, y tantos otros, reconocer a un hombre notable con convicciones firmes, como fue el cordobés doctor Manuel Padilla, otro de los tantos ilustres que marcaron una época que debe ser evocada. Al casarse con la jujeña Trinidad Bárcena Mendizábal logró no solo profundizar sus afectos, sino la unión para siempre a Jujuy, brindando lo mejor.

En un primer momento como profesional del derecho fue designado asesor de un Juzgado, y al ser reconocido por capacidad jurídica y compromiso con la vida institucional fue designado vocal del Superior Tribunal de Justicia.

No solo trabajó incansablemente al servicio de la comunidad con su espíritu altruista, ocupando cargos importantes, sino que paralelamente fue aumentando su patrimonio personal y concretó en julio del año 1850 al comprar extensiones de tierra en lugares poco conocidos, pero sí bellos y con mucha historia como San Lorenzo del Molino en 1586, lugar que se construyó la torre y allí funcionó la primera molienda de cereales para la fabricación de pan por los sacerdotes de la Compañía de Jesús -jesuitas-.

El doctor Padilla quien conocía todos estos antecedentes se comprometió no sólo conservar lo histórico, sino mantener y proteger a sus pobladores en su sustento de vida en el cultivo del maíz, verduras, trigo, avena y engorde de animales de ganado.

Vale recordar que a la fecha, sigue en pie la torre, mostrando su presencia y elegancia. Este molino, funcionó con ruedas o ataholas en el año 1586, como lo expresara en los trabajos de investigación que hizo la doctora Alicia Fernández Distel y la doctora Viviana Conti en un valioso documento en la que se publicó.

Vale recordar que en ese lugar, "Los Molinos", vivió en 1664 Pedro Ortiz de Zarate casado con Petronila de Ibarra, nieta del fundador de Jujuy Argañaraz y Murguía. Tal como dijo nuestro historiador Miguel Ángel Pereira este casamiento logró unir en paz a las dos familias fundadores, que estuvieron muchos años enemistadas, disputando tierras de Jujuy. Al poco tiempo de casados Petronila le pide a su marido, la construcción de un oratorio para sus rezos diarios. Al tiempo un fuerte temblor acaba con la vida de Petronila aplastándola en el oratorio, dejando a Pedro Ortiz de Zarate desamparado con dos hijos a su cargo. Con su angustia, su creencia religiosa y la entrega a Dios cumple su sueño de ser sacerdote y por su sacrificio y suplicio es reconocido y nombrado beato por el papa Francisco el 2 de julio de 2022. Deja al cuidado sus hijos en guarda a su suegra María de Argañaraz y Murguía

Otros acontecimientos de trascendencia y que hacen al lugar y a nuestra historia, en septiembre de 1851, toman prisionero a Mariano de Santibáñez en la sala de propiedad del doctor Manuel Padilla.

MANUEL PADILLA | FUE CONVENCIONAL POR JUJUY EN 1853.

Las luchas de ese entonces con los salteños, dirigidos por su gobernador José María Saravia, en contra del gobernador López del Villar obligó al gobernador junto con el doctor Manuel Padilla con el doctor Manuel Lucero y Mariano Santibáñez ponerse en resguardo y realizar un descanso en la Sala de los Molinos, dado que Santibáñez se encontraba enfermo. Al ingresar a la casona Saravia lo encuentra a Santibáñez y al ser reconocido fue arrestado y posteriormente ejecutado en lo que es actualmente la avenida Corrientes.

Se rescata para el recuerdo esta valiosa propiedad con tanta historia que compró el doctor Padilla con otras tierras como fueron Guerrero y Juan Galán que aun mantienen sus descendientes.

Así como se rescatan historias y tierras de valor histórico y cultural, el doctor Padilla, en su afán de trabajar para la Provincia, ocupó cargos electivos como diputado provincial en diferentes periodos siendo notable su visión dada la enorme cultura que poseía y su espíritu de progreso reconocido por todos. Fue diputado nacional y en 1852 fue elegido convencional nacional constituyente como también fue elegido en la Convención Provincial de 1855.

Padilla tomó acción política y legislativa en el dictado del reglamento de administración de justicia sancionado por la legislatura en febrero de 1851. La ley fue preparada por la comisión de legislación compuesta por los diputados Alejo Belaunde, José María Uriburu y Manuel Padilla. Fue un acto de trascendencia a pesar de algunas manifestaciones contrarias. Observado el reglamento en diferentes cláusulas, el doctor Padilla con una claridad extraordinaria, defendió cada artículo impugnado y sostuvo el proyecto punto por punto hasta ser sancionado con pocas modificaciones. Y tal como lo destacan historiadores reconocidos, esta normativa dio paso a ser el primer Código Procesal en nuestra provincia con un avance en la legislación extraordinario. Tomó parte de sanciones de otras leyes como de elecciones para diputados, empleados del cuerpo judicial que fueron tachadas de unitarias siendo una de las causas que determinan la revolución del 11 de septiembre de 1851 contra el gobernador López del Villar en que pasa Iturbe, en una reunión popular, a gobernar Jujuy a partir del 13 de septiembre de 1851, tal como lo relata en el compendio de Historia de Jujuy de Miguel Ángel Vergara.

De acuerdo a la información recogida no existen antecedentes donde están depositados los restos del doctor Padilla. Lo recogido en varias publicaciones es que se encuentra en la ciudad de Córdoba donde nació y con familiares en esa provincia. Compartiendo lo dicho por el doctor Sánchez de Bustamante, dada la trascendencia que tiene el doctor Manuel Padilla (padre de otra personalidad como el obispo Pablo Padilla) por ser convencional nacional de la Constitución del año 1853, entre otras funciones importantes, se disponga sus restos estén en la Iglesia Catedral. Según las averiguaciones que se hizo, sus restos continúan en Córdoba y lamentablemente no se encontró otra referencia.

Jujuy y los jujeños merecemos resguardar nuestra historia y quienes con tanto fervor y amor defendieron esta tierra. (Autoría Fernando Zurueta).

 

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