Facundo Moreno del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (Ipaf) NOA y de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju), lleva adelante un innovador proyecto de investigación participativa en apicultura que permitió realizar una Guía Orientativa de manejo apícola diseñada por y para los pequeños productores de la Quebrada de Humahuaca y Valles de Altura. Presentará una experiencia de investigación que pone al productor en el rol central y se dará a conocer en el IV Congreso Argentino de Agroecología, que también difundió.
Esta investigación integra el saber ancestral con el rigor científico, busca optimizar la producción de miel en un clima árido y limitado, y reabre el debate sobre la sustentabilidad de la apicultura convencional.
Este proyecto surgió de la necesidad de los pequeños apicultores familiares de la zona de contar con conocimiento sobre fechas y momentos oportunos de manejo como cuándo cosechar o cuándo estimular la colmena.
El equipo de Moreno, que articula con varias unidades del Inta -Ipaf NOA, Estación Experimental Rural (AER) Hornillos, AER Humahuaca, AER Santa Victoria Oeste y Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Abra Pampa-, ya que además optó por una metodología de investigación participativa. El productor interviene "desde el inicio de la investigación desde qué se va a investigar, para qué se va a investigar y ya está en los resultados y conclusiones", explicó Moreno.
El objetivo es mezclar el conocimiento académico con la valiosa experiencia local. "Se busca mezclar los saberes que tenemos nosotros a través de la academia con los saberes que tienen ellos, que es igual de valioso que el nuestro", afirmó.
Esta sinergia se concretó en talleres en Tumbaya, Maimará, Tilcara y Humahuaca, donde se definieron los "momentos oportunos" para el colmenar.
"Es fundamental conocer los momentos de la floración del lugar para saber primero si se puede hacer o no apicultura y después qué manejo hay que hacer en la colmena y en qué momentos para tener una buena producción que uno pueda sacar un rédito económico y que a la vez no tenga un este un impacto negativo en el ambiente", dijo Moreno.
La validez de este enfoque se demostró en laboratorio, la información que los productores compartían sobre las floraciones coincidía "casi perfectamente" con el análisis de polen realizado por los equipos de investigación de la Unju.
La guía es crucial debido a las severas condiciones climáticas. La Quebrada recibe entre 100 y 200 milímetros de lluvia al año, lo que provoca una floración "un poquito más concentrada, más limitada".
Esta "ventana de producción" corta, sumada a las bajas temperaturas de la zona, exige a los apicultores ser "un poco más finos en el manejo de la colmena para aprovechar esa floración y obtener mejores resultados, mejor cosecha".
Además de ser una fuente de ingresos complementaria y un alimento de "muy buena calidad," la apicultura resulta beneficiosa para otros cultivos, ya que "la apicultura te va a dar una polinización de tus cultivos y los cultivos te van a dar flores para las abejas".
El enfoque de la agroecología, que busca que la producción de alimentos sea "ecológicamente adecuada, económicamente viable y socialmente más justa" es uno de los conceptos que compartió el investigador e ingeniero agrónomo Facundo Moreno.
Por ello, explicó sobre la interrogante de si la apicultura es agroecológica o no, es una controversia. Sobre esta polémica, Moreno sostuvo que la abeja melífera no es una especie nativa, lo que genera un "impacto ambiental" y señaló que la clave es el manejo. "La forma convencional en la que se produce apicultura me parece que no entraría dentro de una apicultura agroecológica", afirmó y es que las prácticas comunes, como alimentar a las abejas con jarabe de azúcar en lugar de su propia miel, estarían en discusión.
El especialista destacó la importancia de las abejas nativas y otros polinizadores como los colibríes, mariposas, murciélagos, ya que el sistema que más produce es el que posee diversidad de polinizadores, y no solo la abeja melífera.
IV Congreso de Agroecología
Facundo Moreno difundió también el IV Congreso Argentino de Agroecología, que se realizará el 12, 13 y 14 del corriente mes en San Salvador de Jujuy. Este se concibe como un espacio para integrar la ciencia con los “relatos de experiencia” de los productores. La región Andina tiene un valor único ya que “hay muchísimas experiencias de producciones ancestrales que sin querer... hacen agroecología”, destacó Moreno.
El respeto por la Pachamama y el foco en el suelo vivo coinciden con los principios de la agroecología, buscando construir entre todos “una alimentación más sana”. Tendrá un precongreso el 10 y 11 y el 15 una visita a campo, y durante el congreso contarán además con una feria agroecológica abierta al público.
El evento reunirá a líderes académicos y promotores de la soberanía alimentaria con un fuerte énfasis en la interculturalidad y la revalorización de las prácticas ancestrales, entre ellos la ingeniera agrónoma jujeña Magda Choque Vilca, abordará sobre la preservación de los cultivos andinos y la identidad cultural.
Desde Bolivia, la médica cirujana Vivian Tatiana Camacho Hinojosa (exdirectora de Medicina Tradicional) compartirá su experiencia en salud ancestral y comunitaria, y el doctor Freddy Delgado Burgoa abordará el diálogo de saberes y las cosmovisiones indígenas en el desarrollo sostenible.
El brasileño Luiz Carlos Pinheiro Machado Filho aportará su conocimiento en bienestar animal y el Pastoreo Racional Voisin. La investigadora peruana Maritza Villavicencio ofrecerá una perspectiva innovadora sobre el rol de la mujer y lo femenino en la alimentación y la ruralidad, mientras el chileno Agustín Infante, compartirá su trabajo en el fortalecimiento de capacidades en comunidades campesinas e indígenas.