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Dictarán una Master Class de ballet a cargo de una bailarina del Teatro Colón

El taller tendrá lugar los días 15 y 16 de enero en la sala mayor del Teatro Mitre, será de nivel intermedio y avanzado.

Lunes, 13 de enero de 2025 13:31

Bajo el lema “el Mitre con vos”, este verano el coliseo jujeño ofrece variedad de talleres durante el periodo de vacaciones en pos de generar intercambio y optimizar el trabajo escénico.
En tal sentido, este 15 y 16 se dictará el primer taller de dramaturgia – escritura instintiva masterclass de ballet dictado por la tucumana Milagros Ruiz.
La bailarina es miembro del Teatro Colón y perfeccionada en el Royar Ballet School de Londres.
Para inscribirse a los cupos comunicarse al 3813304296.

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Bajo el lema “el Mitre con vos”, este verano el coliseo jujeño ofrece variedad de talleres durante el periodo de vacaciones en pos de generar intercambio y optimizar el trabajo escénico.
En tal sentido, este 15 y 16 se dictará el primer taller de dramaturgia – escritura instintiva masterclass de ballet dictado por la tucumana Milagros Ruiz.
La bailarina es miembro del Teatro Colón y perfeccionada en el Royar Ballet School de Londres.
Para inscribirse a los cupos comunicarse al 3813304296.

La historia

Milagros Pilar Cerruti Ruíz nació en San Miguel de Tucumán el 28 de enero de 2008 a las 22.33, cuando la luna atravesaba el signo de Libra y el Sol comenzaba a transitar Acuario. Fueron quince horas de trabajo de parto. Un presagio, quizá, de la tenacidad con el Milagros encararía su vida y sus sueños.

Cuando apenas pudo sostenerse sobre sus pies, Miluz (su nombre artístico) comenzó a practicar gimnasia rítmica hasta que conoció el ballet y supo que su pasión era el baile clásico. A los 6 años empezó a estudiar. “A esa edad, prefería ensayar a ir a los cumpleaños de sus compañeritas. Se ocupaba por llegar a tiempo a los ensayos, se cambiaba solita en el colegio para no perder tiempo. Siempre se mostró comprometida con la danza”, recuerda Andrea sobre los inicios de la pequeña que también estudia canto.

Antes de los 9 años llegó a Buenos Aires por sugerencia de su tío, hermano de Andrea. El destino: el Teatro Colón. “El 13 de diciembre de 2016 iniciaron las pruebas de ingreso para formarse en la Meca de la danza argentina. Yo no conocía Buenos Aires, ninguna había viajado en avión y me pareció bien que lo conociera y viviera esa experiencia. Solo quería que supiera cómo era una audición en el teatro más importante del país; le dije que tenía que prepararse para probar suerte el año siguiente ”, rememora la mamá.

No fue así. “Mili” pasó la primera prueba, la segunda y quedó seleccionada para la tercera, para sorpresa propia y de su madre. “A medida de que iba pasando las etapas comencé a pensar: ‘¿Cómo vamos a hacer para mudarnos a Buenos Aires?’ Sentí un poco de pánico y llegué a desear que no pasara la segunda prueba para no tener que decirle que no podríamos mudarnos. Pero me di cuenta de que tampoco podía decirle que no se presentara a la prueba final, cuando había sido seleccionada dentro de los 16 finalistas de entre más de 400 chicos”.

La cabeza de Andrea dio un giro completo: debía cambiar su vida para apoyar el sueño de su hija. Mudarse con la niña y el pequeño Emanuel, dos años menor que “Mili”, conseguir un empleo, encontrar escuelas a fin de año... Tras haber clasificado a la tercera instancia, debieron regresar a Tucumán ya que la niña tenía que bailar con su ballet de Tucumán y abrir la gala. Luego regresaron a Buenos Aires para la última audición. Once profesores la esperaron y quedó seleccionada para integrar el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, del que aún es alumna.

“Yo soñaba con conocer el Teatro Colón y estar allí. Fue algo maravilloso, sentí que vivía un sueño. Cuando entré por primera vez no podía creer donde estaba. Durante las audiciones no tomaba dimensión de lo que significaba esto que me estaba pasando. Yo solo hacía lo que me pedían los maestros... Recuerdo que escuchaba a los demás niños que contaban que hacía tiempo se estaban preparando para rendir esa prueba. Y yo no tenía idea de qué iban a tomarme, había llegado sin tener idea de nada. Eran muchos maestros, pasábamos de a uno, yo era una de las primeras por mi apellido”, cuenta Milagros sobre las pruebas de flexibilidad, masa corporal y medidas, la danza improvisada que dio.

Después de cada prueba debía esperar junto al grupo a que el cuerpo de profesores colgaran el listado con los nombres de quienes seguían en carrera. “Yo veía que mi nombre seguía pasando y pasando, y la veía a mi mamá muerta de miedo...”, recuerda la niña.

A principios de 2017, Andrea, Milagros y Emanuel se mudaron a Buenos Aires. “Costó mucho, pero nos acomodamos. Extrañábamos mucho a la familia, los nenes extrañaban al papá, ya que no teníamos presupuesto para viajar cada tanto, sólo volvíamos por las Fiestas. Con el tiempo se adaptaron muy bien. Y el Colón se portó increíble con nosotros, nos recibió de la mejor manera, incluso nos ayudó a poco de terminar el primer año, cuando casi debimos dejar todo porque el dinero no alcanzaba: yo cobraba $ 15 mil por mes y pagaba $ 13 mil de alquiler, pero el Instituto del Colón no quería perderla como alumna e intercedió con el gobierno de Tucumán. Los padres de sus compañeritos también nos ayudaron . Con el tiempo mi situación se estabilizó”, revela la mujer.

Durante la cuarentena, “Mili” siguió sus estudios vía zoom y se anotó para ingresar a los cursos virtuales del Ballet de Royal con la ayuda económica de su abuelo, el primer abogado ciego de Argentina, quien falleció en junio pasado. “Las clases arrancaban a las 9 hora de Londres, o sea, a las 4 de Argentina. Ella se levantaba a las 3 para desayunar y prepararse para estar lista frente a profesores de todo el mundo, que la convocaron en dos oportunidades para que audicione en Londres”. En junio, recibió la primera invitación, pero unos días antes falleció el abuelo Ruíz y el vuelo las llevó a Tucumán donde permanecen. “Pese a que dije que no podíamos ir y expliqué los motivos, no creí que la volverían a convocar, pero lo hicieron en noviembre para que esté allá en enero. Con el poco tiempo que había para juntar el dinero, confirmamos que iría”.

 

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