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24 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Ledesma busca innovar con el desarrollo de biosurfactantes

Trabajan en este producto biológico en convenio con el Conicet y la Unsa. Sirve para la industria.
Martes, 03 de septiembre de 2024 01:01
INVESTIGADORES | DE CONICET, DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA Y DE LEDESMA.

La empresa Ledesma en una acción de sostenibilidad avanza hacia la producción de biosurfactantes a partir de bacterias. En colaboración con la Universidad Nacional de Salta (Unsa) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Ledesma entregó un bioreactor a escala de laboratorio, que permitirá desarrollar un nuevo producto biológico con amplias aplicaciones industriales.

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La empresa Ledesma en una acción de sostenibilidad avanza hacia la producción de biosurfactantes a partir de bacterias. En colaboración con la Universidad Nacional de Salta (Unsa) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Ledesma entregó un bioreactor a escala de laboratorio, que permitirá desarrollar un nuevo producto biológico con amplias aplicaciones industriales.

El innovador proyecto, liderado por la jefa del departamento de Investigación y Desarrollo Sustentable de Ledesma, Adriana Rodríguez, se enmarca en una nueva política de sostenibilidad de la empresa. Los biosurfactantes, según explicó Rodríguez, son moléculas orgánicas producidas por microorganismos que poseen una estructura molecular única debido a que una parte de la molécula repele el agua mientras que la otra es afín a ella. Esta dualidad permite que los biosurfactantes funcionen como emulsionantes, humectantes, detergentes o solubilizantes, lo que los hace valiosos para diversas industrias.

"Actualmente, los surfactantes que se utilizan en el mercado provienen de síntesis químicas, siendo derivados del petróleo", afirmó la licenciada en Biotecnología Rodríguez. "La ventaja de los biosurfactantes es que, aunque cumplen la misma función que los surfactantes químicos, son producidos a partir de microorganismos, lo que los hace más sostenibles". La clave del proyecto radica en la fermentación bacteriana, un proceso que Ledesma está optimizando con el apoyo del bioreactor recientemente adquirido.

BIOREACTOR | DE 7 LITROS, PARA EL PROCESO DE FERMENTACIÓN BACTERIANA.

Este equipo, bioreactor, que tiene una capacidad aproximada de 7 litros, es clave para establecer las condiciones adecuadas para que las bacterias crezcan y produzcan el biosurfactante. "Ledesma juega un papel esencial en este proceso al proporcionar la materia prima derivada de su ingenio azucarero, que sirve como alimento para las bacterias y, a su vez, es transformada en esta nueva biomolécula", explicó la especialista.

El impacto positivo de los biosurfactantes en el medio ambiente es considerable. A diferencia de los surfactantes químicos, que pueden bioacumularse y causar daño en ecosistemas acuáticos, los biosurfactantes son completamente biodegradables y amigables con el medio ambiente. "Esa es la principal ventaja de estas biomoléculas, su potencial ambiental. Las empresas están buscando alternativas más sostenibles, y los biosurfactantes ofrecen una solución viable", afirmó Rodríguez.

La industria farmacéutica, alimenticia, cosmética y agrícola ya están incorporando biosurfactantes en sus procesos productivos debido a sus propiedades únicas. Rodríguez destacó que, dado que el mercado de los surfactantes químicos es bastante grande, existe un potencial significativo para que los biosurfactantes ganen terreno, especialmente en un contexto donde la sostenibilidad se ha vuelto un factor crucial.

"Este nuevo desarrollo no solo está destinado a la industria en general, sino también a la propia Ledesma", explicó Rodríguez. "En nuestro proceso productivo de azúcar, en la fabricación de papel e incluso en el campo, los surfactantes son esenciales para aplicaciones agrícolas, como el combate de malezas o plagas. Este nuevo producto biológico tiene un futuro prometedor tanto para el consumo interno como para su comercialización".

El convenio de investigación y desarrollo firmado entre Ledesma, la Unsa y Conicet tiene una duración de dos años. Durante este tiempo, el equipo de investigación trabajará a escala de laboratorio con la perspectiva de escalar la producción a nivel industrial. "Hoy estamos a escala de laboratorio con la perspectiva de seguir creciendo y hasta llegar a la escala industrial", detalló.

Sostuvo además que el objetivo es realizar un análisis exhaustivo de costos del proceso y del producto para poder avanzar a la siguiente etapa.

La iniciativa de Ledesma supone un avance hacia la producción de soluciones más sostenibles para la industria, alineándose con las tendencias globales de responsabilidad ambiental y abriendo nuevas oportunidades en el mercado de biosurfactantes. Este proyecto no solo reafirma el compromiso de la empresa con la innovación, sino que también posiciona a Ledesma como un actor clave en el desarrollo de productos biológicos que podrían transformar diversas industrias.

También producen bioplásticos como parte de soluciones sostenibles

ADRIANA RODRÍGUEZ, BIOTECNÓLOGA

En su compromiso por desarrollar soluciones más sostenibles y amigables con el ambiente, Ledesma no solo apuesta por los biosurfactantes sino que tiene otro proyecto biotecnológico de gran relevancia, la producción de bioplásticos a partir de microorganismos. Adriana Rodríguez, jefa de Investigación y Desarrollo Sustentable de la empresa, detalló que este proyecto también utiliza tecnología de fermentación bacteriana, pero se encuentra en una etapa más avanzada. Los bioplásticos, producidos por microorganismos que transforman subproductos del Ingenio Ledesma, representan una alternativa a los plásticos convencionales derivados del petróleo. “Este bioplástico, que surge del proceso de fermentación de un microorganismo, es una de las tantas soluciones posibles al problema de contaminación ambiental generado por los plásticos convencionales”, explicó .

El proyecto de bioplásticos cuenta con la colaboración de Imet, un laboratorio asociado a la reconocida empresa biotecnológica argentina Bioceres, en Santa Fe. Actualmente, están trabajando en la producción de un biopolímero a una escala piloto de 1.000 litros, lo que evidencia el grado de avance del proyecto. Además, se encuentran en plena etapa de análisis de costos y aplicaciones potenciales para este bioplástico. Rodríguez, oriunda de Ledesma y licenciada en Biotecnología, regresó a su ciudad natal donde lidera el área de Innovación de la empresa. “Es un orgullo poder trabajar en biotecnología en mi ciudad, algo que nunca hubiera imaginado”, dijo aunque reconoce que los procesos biotecnológicos son más complejos y costosos que los químicos pero la ventaja es menor impacto ambiental.

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