Cuando era pequeña, descubrió que la cocina de su San Pedro natal y la mezcla de sabores sería el preludio de una constante y enriquecedora serie de aprendizajes en su vida.
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Cuando era pequeña, descubrió que la cocina de su San Pedro natal y la mezcla de sabores sería el preludio de una constante y enriquecedora serie de aprendizajes en su vida.
El destino de Carla Gramajo se determinaría desde el instante en que junto a su madre, exploraba el mundo de la cocina abriéndose el campo hacia su realización como chef, sin saberlo todavía.
El tiempo fue transcurriendo y la proyección de crecer en todo lo referente a la gastronomía, fue tomando una forma consistente. Por ello, de su pasión hizo la labor abocada que hoy ejerce.
Recibida como chef en IGA, alcanzó su anhelo de profesionalizar ese talento que la había acompañado desde su primera infancia. "El gran paso que hice para estar acá, fue estudiar cocina", aseguró Gramajo, la joven que compartió cómo se le abrieron las puertas para ir al otro lado del océano.
Gracias a una pasantía en el exterior del país, Francia o España, estarían en su destino. "Yo elegí Francia porque me gusta más el idioma, además, ahí está la gastronomía madre", dijo como recordando el momento en el que sus ganas se encargaron de no esconder emociones. "Organizaron todo y me dieron alojamiento. En 2022 viajé a Francia. Estuve en el hotel por tres meses, trabajando en el Auberge des Templiers", relató feliz.
La jujeña logró hacer amistad con sus colegas y aprender el idioma con la práctica de lo cotidiano, por lo que escuchaba hablar a todos y cada día se instruía más. Terminó su formación académica, pero deseaba continuar con su sueño de vivir en Europa; así que un amigo la ayudó con la visa para establecerse en Hamburgo, Alemania. Muy cerca de Dinamarca, Hamburgo es una ciudad portuaria donde trabaja y crece personalmente. Primero, encontró labor en un restaurante de comida española. Pero, su presente la encuentra desempeñándose en otro restaurante de esencia mexicana preparando -entre otros platos- tacos, quesadillas y guacamole. "Yo soy la más audaz de mi familia", expresó. A sus veintinueve años, la motivación por los logros obtenidos la inspira a destacarse en este saber del que sigue explorando tanto a nivel cultural, como gastronómico. "Estoy orgullosa de lo que logré y de lo que sigo logrando. Cuando descanso, me tomo días y recorro Europa. Me encanta aprender y probar sus comidas; aunque al principio fue difícil porque no conocía a nadie", detalló.
Y es que en sus primeros días en la pasantía, dos muchachos mexicanos le traducían sus diálogos, cuando no entendía nada del idioma. "El jefe de chefs me salvaba algunas veces, pero después lo supe llevar bien. No dejaba de extrañar, aunque estar allá me llevó a crecer muchísimo", destacó la jujeña cuya primera intención era vivir en Ámsterdam, Países Bajos. Hamburgo es una ciudad que aprendió a descubrir desde la adaptación a una nueva vida. "Si bien al principio no lo notaba, ahora sí. Soy jujeña de clima cálido y, como hace dos años que estoy aquí, ya lo voy sintiendo", dijo quien vive actualmente la temporada estival. "Dura poco el verano por eso lo aprovechan. Después en septiembre comienza el frío", dijo.
Pero lo que más le llama la atención es que en invierno haya poca luz. "A las 16, ya está oscuro, anochece temprano. Los días parecen más cortos y a veces da como cierta depresión", confesó Gramajo que para distraerse, se entrena en el gimnasio.
Por las calles puede captar la presencia de argentinos que transitan o residen en suelo germano. Sorprendida ante este movimiento constante de compatriotas y ciudadanos cosmopolitas, se fascina con los paseos por Hamburgo, Berlín y Grecia. "Ámsterdam es precioso y me pareció lindo el cuidado por el medio ambiente. La gente se moviliza en bicicleta más que en autos", aseguró la joven que, después de tiempo, se reencontró con compañeros del hotel francés. "íFue hermoso! Fui como huésped y miré con otros ojos el menú; conocí los platos del nuevo chef", recordó. Hoy, el desempeño de su labor se resalta a través de gastronomía salada asiática y las pastas, que tienen la aprobación permanente de sus amigos. Así es cómo progresa esta sampedreña que cursó la primaria en la escuela 2 "Domingo Teófilo Pérez" y; la secundaria en el Colegio Privado "San Agustín" de San Pedro; y que antes de estudiar en IGA, trabajó en la estética de su hermana y se formó en la tecnicatura en biocombustible.