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25 de Junio,  Jujuy, Argentina
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“Dos gigantes de la fe”

La sede y las dos capillas vivieron con alegría la santa misa y la procesión, preparando el anuncio en la misión.

Lunes, 01 de julio de 2024 01:03
SALUDO | EL PADRE RUBÉN TOCONÁS CON LOS MONAGUILLOS DURANTE LA MISA DE LAS 10. (FOTOS GENTILEZA: CARLOS SÁNCHEZ)

La alegría de celebrar a los santos patronos Pedro y Pablo afloró en el sur capitalino en una jornada muy fría primero y luego acompañada por el sol invernal. Las capillas Virgen de Fátima y Señor de la Cruz confluyeron en la sede de avenida Almirante Brown y Zegada donde se erige la característica cruz amarilla.

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La alegría de celebrar a los santos patronos Pedro y Pablo afloró en el sur capitalino en una jornada muy fría primero y luego acompañada por el sol invernal. Las capillas Virgen de Fátima y Señor de la Cruz confluyeron en la sede de avenida Almirante Brown y Zegada donde se erige la característica cruz amarilla.

"San Pedro y San Pablo son dos gigantes de la fe, fueron liberados de las cadenas tras haberse encontrado con Cristo", dijo el párroco Rubén Toconás durante la homilía y agregó que "tenemos que sentir el orgullo de tener a San Pedro y San Pablo como patronos de nuestra parroquia".

En el templo colmado el sacerdote destacó que "pusieron al centro de la historia no sus capacidades sino el encuentro con Cristo que cambió sus vidas, experimentando un amor que los sanó y que también los liberó".

PROCESIÓN | LAS IMÁGENES PEREGRINAS DE SAN PEDRO Y SAN PABLO POR LAS CALLES.

Recordando que durante la novena los sacerdotes misioneros animaron a caminar como parroquia renovada, el padre Rubén expresó que "hoy el Señor nos llama también a través de San Pedro y San Pablo a anunciar esa buena Noticia en todos nuestros ambientes en nuestras familias, barrios y comunidades".

"Le pidamos a Dios, a través de San Pedro y San Pablo, la valentía de sentirnos que somos Iglesia, de saber que somos una familia y que somos una comunidad", oró.

Después fue el momento de la procesión con las imágenes peregrinas que recorrieron las calles aledañas con cantos, oración y reflexiones. Los niños de Catequesis y sus padres se encargaron de la ornamentación además de portar banderitas con los colores papales.

El cierre fue con la bendición, un chocolate comunitario y el agradecimiento a todos los que hicieron posible la fiesta. (Eugenia Sueldo)

 

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