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27 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Hace 55 años se hizo ofrenda y servicio para miles de niños

"Tengo ganas de seguir trabajando porque sigue habiendo mucha necesidad", fue el deseo de cumpleaños.
Viernes, 06 de diciembre de 2024 01:04
DERROTERO DE AMOR/ PETRONA LOZANO CELEBRÓ SU CUMPLEAÑOS RODEADA DEL AFECTO QUE SUPO SEMBRAR.

Resulta imposible definir la grandeza de Petrona Lozano, honrosamente llamada "mamá Petro", sin pensar también en la inmensidad de su amor. Hablar de esta mujer, humilde, sabia, generosa, que desde 1969, se hizo ofrenda y servicio en su amada guardería infantil Don Bosco, es hablar de un ser de luz que pasó y aún a sus 91 años, transcurre su paso por la vida haciendo el bien a la niñez sampedreña.

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Resulta imposible definir la grandeza de Petrona Lozano, honrosamente llamada "mamá Petro", sin pensar también en la inmensidad de su amor. Hablar de esta mujer, humilde, sabia, generosa, que desde 1969, se hizo ofrenda y servicio en su amada guardería infantil Don Bosco, es hablar de un ser de luz que pasó y aún a sus 91 años, transcurre su paso por la vida haciendo el bien a la niñez sampedreña.

Rodeada del amor de su familia y de muchos sampedreños, mamá Petro celebró su cumpleaños. Otro año de vida y suman ya 91 cálidas primaveras. Su siembra fue tan fecunda, siempre abrigando en su alma a generaciones de niños, a los que no sólo los cuidó con especial atención sino, que con el gran amor que desbordaba y aún desborda su ser, supo llenar el vacío que había en el corazón de los pequeños.

En las postrimerías de su vida, mamá Petro, con marcada y firme emoción, pidió ayuda para continuar su labor. "Tengo ganas de seguir trabajando, si ustedes fortalecen mi alma, mi corazón, ganas tengo. Son tiempos difíciles y hay mucha necesidad. A veces quisiera salir a pedir donaciones de ropa, de calzado, de mercadería y de útiles para llevar al campo, a esos lugares donde hay niños que sufren carencias. Sé que aquí en nuestros barrios también hay necesidad, pero es un sueño que hay en mi corazón de ir al campo y abrazar a esos niños. Me siento tranquila, confortada, porque sé que la gente que me ama, me ayudará y estará a mi lado", dijo Petrona Lozano.

También con la sencillez que la caracteriza, tuvo palabras de agradecimiento hacia todos los que se acercaron a saludarla. "No encuentro palabras para agradecer todo el amor que siempre me dieron, es hermoso, voy a seguir por mi pueblo, para el que siempre trabajé desinteresadamente. Tal vez en algún momento tuve mis equivocaciones, porque nadie es perfecto, pero siempre me supieron comprender y perdonar, por eso quiero seguir trabajando".

Llena de sorpresas, de afecto y de invitaciones, transcurrió la festiva jornada de cumpleaños, todos querían tenerla un ratito a su lado. Querían mimar a la mujer, que durante toda su existencia, fue un remanso de ternura. Mamá Petro, la que se maravillaba, cada vez que alcanzaba un logro para sus niños, la que irradiaba luz en todos sus actos. La mujer de corazón abierto, la que no tenía límites a la hora de entregar su amor y su tiempo, la mujer que tuvo y que tiene un corazón siempre dispuesto y sin llave.

INSPIRADORA | MUJER HUMILDE, SABIA Y GENEROSA.

Su vida

Petrona Lozano, nació en la localidad de Arrayanal, el 4 de diciembre de 1933, quiso el destino marcar dolorosamente su vida, porque ese mismo día, al dar a luz, murió su madre. No conoció a sus padres, Demetrio Lozano y Pastora Llanes la recibieron al nacer y le brindaron todo lo que pudieron, inculcándole el amor y el respeto al prójimo. Eran de condición muy humilde y cuando la situación se tornó difícil, a los 8 años, Petrona fue entregada a la familia Mikelsen de La Esperanza y ayudaba en los quehaceres. Al cumplir los 18 años, una nueva vida le esperaba, enfrentarse con el mundo, donde todo era nuevo para ella. Al tiempo se casó y tuvo cuatro hijos y por esas cosas del destino, quedó sola para criarlos.

Por ese tiempo no era fácil para una mujer conseguir trabajo y mucho menos teniendo hijos a cargo. Fue en 1969 cuando le comentaron que habían inaugurado una guardería infantil y no dudó en acudir por ayuda. Fue entonces cuando Adela Baiud de Balduin la recibió pero le dijo que no había dinero para pagar un sueldo. El sólo hecho de pensar que sus hijos tendrían un plato de comida y que crecerían junto a ella, bastó para que acepte colaborar sin percibir remuneración alguna.

Una nueva vida, pero esta vez, marcada por la esperanza comenzaba para Petro, sin horarios, sin impedimentos, cuidaba a cada niño que llegaba con el más grande amor. Los años fueron pasando y en 1976, en ocasión de una velada a la que fue invitada, conoció al por entonces intendente municipal Ramón Diez del Valle, quien al tomar conocimiento de su situación, habló con Adela de Balduin para comunicarle que Petrona trabajaría a partir del 9 de octubre de 1976, como personal dependiente de la Municipalidad de San Pedro de Jujuy.

El tiempo pasó, sus hijos crecieron y formaron su familia, regalándole sus amados nietos, pero mamá Petro, no pasó nunca, se quedó en la querida guardería infantil Don Bosco. Mamá Petro, todo lo dio y aún, todo lo da, y aunque el cansancio le toca la espalda y su mirada gastada, se pierde en el ocaso, mantiene su alma intacta y el deseo de seguir haciendo el bien, hasta que Dios la llame a su lado.

 

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