"Destacar la importancia que tiene para los jujeños la trayectoria de monseñor José de la Iglesia, es recuperar su historia y reconocer a uno de los hombres que para Jujuy tuvo y tiene con una actuación que es loable recordar", expresó Fernando Zurueta quien realizó un extenso trabajo de investigación sobre la vida de monseñor José de la Iglesia.
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"Destacar la importancia que tiene para los jujeños la trayectoria de monseñor José de la Iglesia, es recuperar su historia y reconocer a uno de los hombres que para Jujuy tuvo y tiene con una actuación que es loable recordar", expresó Fernando Zurueta quien realizó un extenso trabajo de investigación sobre la vida de monseñor José de la Iglesia.
"Esta pasión por ahondar en el legado de los jujeños se cimenta en un vago recuerdo de cuando lo conocí siendo sólo un niño sorprendido por su trato, por la sencillez en que vivía, por su carisma encantador. Llevó una vida austera, ocupando una habitación con baño colindante a la iglesia con entrada independiente a calle San Martín del querido Buen Pastor en que dedicó su vida y su plegaria permanente.
Y como no poner en relieve su obra enriquecedora del Jujuy de ese entonces, de quien fuera desde su apostolado personalidad destacada allá por el año 1900.
Su actividad e inquietud por todo lo que anhelaba daba frutos. José de la Iglesia no sólo se dedicó a tareas evangelizadoras sino que se destacó como deportista, historiador, docente, académico. En todos los ámbitos fue persona respetada y muy querida por los que lo conocieron".
Nació en el año 1872 en Santiago de Compostela, capital de la región de Galicia en el noroeste de España . Su familia se muda a América, estableciéndose en el norte de Argentina. Allí, José de la Iglesia ingresa en el Seminario de la provincia de Salta donde fuera ordenado sacerdote.
En el año 1904, a los 32 años de edad, se lo designa como cura rector de la Iglesia Matriz de Jujuy y vicario foráneo cargo que ejerció durante más de treinta y tres años. Entre sus inquietudes lo que concretó, fue la restauración y embellecimiento arquitectónico de la iglesia y el diseño y restauración de un patio y jardín que a la fecha se mantiene con salida por calle Belgrano.
Fue pastor dedicado al culto trasmitiendo con fervor su amor a Cristo exteriorizando sus actividades pastorales en toda la circunscripción de la parroquia. No descuidó otras inquietudes como fue enaltecer la función en el Hogar Buen Pastor donde vivía atendiendo a sus internos y a todo el personal en que fuera respetado celebrando misa.
La educación fue su preocupación constante y como gestor y cofundador de la Escuela Industrial dio lo mejor de si para que sus alumnos tuvieran acceso a una carrera técnica con una especialidad que hasta ese momento no era de fácil acceso.
Entre tantos objetivos centró su esfuerzo ante los problemas sociales. Anheló que los jujeños tengan acceso a mejor calidad de vida. Lo llevó a impulsar la construcción de un lugar para que los obreros tuvieran un espacio donde recrearse socialmente y encontró un terreno ubicado en calle Balcarce entre Belgrano y Alvear.
Allí, junto con buenos amigos consustanciados con su proyecto, trabajó incansablemente para que la futura Sociedad Obrera de Socorros Mutuos tenga sede propia. Con dinero prestado y hasta pagando elevados intereses, fue venciendo obstáculos para construir el edificio lo que fue una realidad para alegría de todos.
Es por esta razón y por sus dotes de conductor en reconocimiento y gratitud, se lo nombró presidente. Desde esa función continuó trabajando logrando mejoras importantes por mas de cuarenta años.
Su espíritu inquieto lo llevó a gestionar la creación de la Escuela de Artes y Oficios, como también promover la fundación de la Sociedad Española que también presidió.
Fue director del Museo Histórico de la Provincia demostrando solvencia y conocimiento en todas las tareas asignadas siendo reconocido por sus pares en la gestión encomendada.
Distintas funciones lo llevó a ocupar cargos de importancia por su compromiso con lo social. Fue diputado provincial, concejal de la Municipalidad de San Salvador, miembro de la Junta de Administración del Hospital San Roque, primer director de la Dirección de Vialidad Provincial y vocal del Consejo General de Educación.
Por sus dotes pedagógicas y cultivados conocimientos, se desempeñó como profesor del Colegio Nacional "Teodoro Sánchez de Bustamante", dedicándose a la compilación de "documentos históricos". En colaboración con Ricardo Rojas llevó a cabo la recopilación de documentos del Archivo Capitular de Jujuy. Se dejó para los jujeños una obra enriquecida con los fondos documentales de nuestra historia jujeña.
Su entusiasmo por el deporte fue reconocido en el medio. Ocupó cargos en diferentes comisiones directivas y llegó a ser presidente del Club Belgrano y de la Liga Jujeña de Fútbol. En estas tareas se destacó por su compañerismo y rectitud en sus trabajos encarados lo que todos agradecían y valoraban.
La gran vocación pastoral del sacerdote
En el deseo que su actividad pastoral se extienda, quiso conocer su provincia. En su carrera sacerdotal se convirtió el peregrino en cerros y en montes entregando bendiciones con su hostia a quien le pidiera sus servicios.
Así fue, recorriendo cerros multicolores y quebradas. "A pie o en escuálido jamelgo visitó ranchos, cruzando surcos o huaicos en que no dejara de brillar su investidura de oficiante". Con esta pasión, descubriendo caminos y lugares perdidos visitó diferentes parajes con realidades sociales diferentes. A pesar de muchos contratiempos no detuvo un minuto su objetivo y continúo cumpliendo la verdadera labor pastoral en apoyo a los más necesitados.
Ni ríos o montañas, ni las bajas temperaturas en la zona de Quebrada o Puna, impidió llegar a distintos lugares lo que significó que las personas que lo conocieron lo admiraron por su benevolencia y caridad, dedicación y esfuerzo permanente.
Siempre participó de la Coronación Pontificia de la Virgen de Río Blanco y Paypaya, lo que llevó al nuncio apostólico Vasallo de Torregrosa a otorgarle por decreto pontificio el título de monseñor.
Dado el fervor popular fue designado primer obispo de Jujuy. Este cargo lo rehusó por encontrarse con muchos años y sin fuerzas necesarias para organizar la Diócesis.
Luego de atravesar una dolorosa enfermedad fallece el 2 de junio del año 1951 causando un gran dolor en toda la comunidad jujeña.
Como fuera su voluntad, sus restos fueron velados en la Sociedad Obrera que él fundó y construyó. Las campanas de la Iglesia Catedral y el Buen Pastor replicaron despidiendo a un hombre maravilloso que tanto trabajó por Jujuy. Los portales y negocios por donde se trasladaban sus restos se cerraban al paso de sus restos colocándose crespones llorando su partida.
Los jujeños acompañaron masivamente la despedida al maestro. Las entidades culturales, deportivas, religiosas, políticas se sumaron al último adiós a un hombre extraordinario.
Desde la Sociedad Obrera se hizo el recorrido a la iglesia Catedral acompañando el cortejo una multitud. Al pasar frente al Colegio del Huerto donde también fue su profesor, un cordón de alumnos ubicados en ambas veredas lo esperaban arrojando flores mostrando su pesar, sumándose los alumnos del Colegio Nacional y Escuela Normal.
El obispo monseñor Enrique Muhn muy apenado, ofició un sentido responso ante sus restos, acompañados por coronas cargadas de flores junto al doblar de las campanas despidiendo a este hombre que dio todo por su pueblo. Las instituciones, colegios, escuelas, asociaciones deportivas daban su saludo con sentidas palabras.
Muchas personalidades e instituciones estuvieron en las escalinatas del Cementerio El Salvador . Allí lo esperaban el Gobernador de la provincia Alberto Iturbe, ministros, legisladores, miembros del Poder Judicial, autoridades militares y civiles.
La palabra destacando el proceder de sacerdote bueno la tuvo el clero representado por el teniente cura de la Catedral Germán Mallagray; por la Sociedad Obrera Angel Beguier, el ingeniero Eduardo Labarta en nombre de la Sociedad Española, Arístides Fiora como docente del Colegio Nacional; Alberto Molina en nombre del Club Belgrano, por sus amigos pronunció una oración fúnebre el cura párroco de la Iglesia Catedral Antonio Portero y mediante un recuerdo poético José María Romero Escobar.
El gobernador Alberto Iturbe destacó la personalidad de José la Iglesia leyéndose el decreto del Gobierno de la Provincia decretándose la Bandera Nacional que permanecerá izada a media asta en todos los edificios públicos en señal de duelo, mientras que la Municipalidad de la capital designó con su nombre una de las calles.