Mencionar a Lola Mora es reconocer a una de las primeras escultoras argentinas destacada en una época en que solo los hombres tenían un espacio. Y para los jujeños, un enorme orgullo que gracias a la defensa y apoyo de caracterizados jujeños, llegaron sus obras a Jujuy formando un enriquecido patrimonio que no puede ser menos que reconocido.
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Mencionar a Lola Mora es reconocer a una de las primeras escultoras argentinas destacada en una época en que solo los hombres tenían un espacio. Y para los jujeños, un enorme orgullo que gracias a la defensa y apoyo de caracterizados jujeños, llegaron sus obras a Jujuy formando un enriquecido patrimonio que no puede ser menos que reconocido.
Y hoy, si bien mucho se dijo, vale recordar a Lola Mora que nació en el año 1866 en la estancia "Las Moras", Trancas, en la provincia de Tucumán. Desde muy joven su inclinación demostrada y sus inquietudes por todo lo que era arte fueron valoradas en algunos artistas en Buenos Aires, y logra obtener una beca del Gobierno Nacional con destino a Italia. De esta forma accede a talleres reconocidos como la de los escultores Barbella y Monteverde perfeccionando su estilo.
Al regresar a su país presenta sus bocetos de trabajo tomando trascendencia por su originalidad. Surge la obra escultórica de Lola Mora con un valor artístico increíble en el año 1903: El Nacimiento de Venus - Las Nereidas - ninfas de la mitología griega con la figura de Venus nacida del mar.
Se debe recordar que en ese entonces la mujer como tal, era resistida en muchos ámbitos. En el caso particular de Lola Mora por su naturalidad en el vestir, con boina y bombachas varoniles, su palabra y forma de ser en espacios públicos y privados, causó una censura que poco le importó.
Su trayectoria como escultora realizando figuras públicas como bustos de próceres, monumentos y relieves en edificios como lo hizo en la Casa de Tucumán y el Congreso de la Nación no le impidió ser reconocida como pintora y en otros aspectos como fue en la ingeniería en proyectos de cine sonoro. Esta personalidad multidisciplinaria excediendo el arte la llevó a trasladarse a la ciudad de Salta buscando petróleo e interviniendo en la construcción del ferrocarril a Huaytiquina. Diccionario general de Jujuy dirigido por Antonio Paleari es interesante cuando menciona algunos aspectos de esta increíble persona quien con su palabra y sus obras luchó al mostrar un estilo diferente.
Siendo presidente de la República Julio A Roca encargó a Lola Mora las esculturas para ser colocadas en la fachada del nuevo edificio del Congreso las que se hicieron entre los años 1906 y 1910 con un significado: el Progreso, la Paz, el Orden, la Justicia, la Libertad las que se hicieron entre los años 1906 y 1910.
El Progreso cubierto con una túnica elevando con una mano el símbolo del comercio y con un gorro alado cubriendo la cabeza; la Paz personificada como una mujer serena y majestuosa con una túnica clásica; la Libertad una mujer con eslabones rotos y a la izquierda semi levantada sosteniendo la enseña patria con el busto descubierto y llevando una pequeña gorra frigia; la Justicia representada por una joven sentada abriendo las piernas una larga túnica sosteniendo con la derecha la espada y con la izquierda la clásica balanza cubriendo la cabeza con una corona y el Trabajo personificada por un hombre con el torso descubierto simbolizando la fuerza y el esfuerzo.
En el año 1903, las esculturas talladas en mármol de carrara, al ser exhibidas y antes de ser instaladas en el lugar asignado en el Gran Hall de los Presidentes o de los Pasos perdido, causaron un impacto polémico a nivel cultural, político y social; los prejuicios de ese entonces generaron un escándalo por el desnudo femenino. Antes de que fueran instaladas se desató una fuerte polémica en los sectores conservadores del Congreso por considerarlas impropias tildando se inmorales por lo que deciden los miembros legislativos no exponerlas y que fueran almacenadas en los depósitos estatales.
Muchos no pensaron igual y personalidades reconocidas como los jujeños Benjamín Villafañe , Octavio Iturbe y Carlos Zabala pidieron que las obras sean donadas a la provincia de Jujuy lo que se hizo lugar en abril de 1921 las que serían destinadas para ornamentación del parque San Martín. Se agregó en esta donación la obra escultórica de los leones simbolizando la fuerza, la autoridad y el poder con un significado de un Estado sólido y protector.
Otro tema y preocupación fue al analizarse los costos elevados del traslado a Jujuy, y se pide que el Gobierno Nacional se haga cargo de las tareas del transporte, desarme, embalaje y carga sobre vagón por los ferrocarriles del Estado lo que se da solución.
Las esculturas llegaron a Jujuy embaladas en cajones protegidas con paja teles y estructuras internas para evitar daños y en diciembre de 1923 resuelve el traslado de las esculturas desde la estación a palacio del gobierno las que se hicieron en forma manual y con tracción animal usando carretas tiradas por bueyes. El trayecto desde la estación a Casa de Gobierno demoró varios días debido al peso de las piezas y el cuidado para llegar a destino con rodillos de madera, sogas, poleas y rampas rudimentarias en su colocación.
Lola Mora que conocía en detalle el destino de las esculturas viajó a Jujuy para supervisar el montaje y disposición del conjunto escultórico.
Al asumir como gobernador Benjamín Villafañe y valorando la visión de la escultora la nombra en el año 1924 como directora de Plazas y Parques para que, con su capacidad e ingenio defina y controle el emplazamiento de las obras.
El valor de investigación practicado por la profesora Silvia Rey Campero y el arquitecto Néstor José en su libro "Lola Mora de Hernández en Jujuy" es muy importante para los jujeños por un pormenorizado estudio que se hizo. Hacen mención "la visión de avanzada de la escultora ya que detalla con minuciosidad de estética urbanística y su mirada globalizadora para dotar a la ciudad de espacios para el ocio y esparcimiento".
Hoy, sorprendido al observar el movimiento que se produjo días atrás en la plaza general Belgrano ante el tamaño de unas grúas que pocas veces se pueden ver, se toma conocimiento que se realiza un montaje para el traslado de las esculturas minuciosidad y seguridad a su nuevo lugar incomparable por lo que paisajísticamente en belleza. El Museo "Lola Mora" será una realidad.
En abril de este año comenzaron los trabajos y el traslado en jaulas especiales que pesan alrededor de 3.200 kilogramos empleando grúas de 100 toneladas y trailer con escolta sobre la ruta provincial hacia Alto la Viña donde está el Museo es importante conocer. Los carretones con múltiple escolta, velocidad controlada, se hacen en base al asesoramiento, dirección y control de profesionales y empresas jujeñas que muestran capacidad y seriedad con utilización de maquinarias especializadas con un auto elevador de 6-10 toneladas para situarlas en pedestales revestidos.
Se cumple así con el objetivo de garantizar la conservación, seguridad e interpretación de Lola Mora. El Museo, ideado en base a un proyecto de un profesional con renombre mundial como el arquitecto Cesar Pelli es un nombre de gran significado entre tantas obras reconocidas internacionalmente como las Torres Petronas en la ciudad de Kuala Lumpur, Malasia.
El avance en este rubro da como resultado una enorme satisfacción gracias al esfuerzo del Gobierno provincial y de toda la comunidad que da su apoyo del que sin duda existe una gran satisfacción. (Fernando Zurueta).