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24 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Dos mujeres yungueñas creando desde la reflexión

La muestra colectiva estará habilitada hasta este martes en el Centro Cultural Culturarte."De la misma naturaleza" y "Los caminos del agua", son creaciones muy profundas.
Domingo, 06 de abril de 2025 01:04
el papel | y la carbonilla para la expresión de Julieta Caorlín.

Quedan un par de días (más específicamente hasta este martes), para visitar la muestra "Entorno y experiencias" que está disponible en el Centro Cultural Culturarte (Sarmiento esquina San Martín), con obras de arte contemporáneo tan exquisitas como creativas.

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Quedan un par de días (más específicamente hasta este martes), para visitar la muestra "Entorno y experiencias" que está disponible en el Centro Cultural Culturarte (Sarmiento esquina San Martín), con obras de arte contemporáneo tan exquisitas como creativas.

Son el resultado de una clínica de reflexión y experimentación de artes contemporáneo, que llevó adelante la empresa Ledesma durante el año pasado, en el marco de las acciones que complementan el Premio Ledesma a las Artes Visuales (que se hace cada dos años).

La exposición, contiene el trabajo de doce artistas jujeños, que desafiaron sus límites, dándole un giro a sus proyectos, de la mano de Ana María Battistozzi, Cecilia Quinteros Macció, Carlos Gómez Centurión y Andrés Paredes, que estuvieron impartiendo sus conocimientos y miradas de manera presencial y virtual, a nuestros artistas durante varios meses.

Algunas de las obras que forman parte de esta muestra fuimos mostrándolas estos días en El Tribuno de Jujuy.

A poco de su cierre queremos hablar también de dos mujeres más que entregaron sus propuestas a esta experiencia, como son Cecilia Espinoza y Julieta Caorlín.

Sus creaciones para "Entornos y experiencias" se encuentran en el entrepiso del centro cultural.

OBERVÁNDOSE MUTUAMENTE | LA MUJER Y LA NATURALEZA, EN LA OBRA DE CECILIA ESPINOZA.

"De la misma naturaleza"

En realidad, la de Cecilia, siguiendo con su constante creatividad, que va más allá de los límites de un cuadro, o un espacio determinado, comienza cuando uno entra a Culturarte, y encuentra una maraña de ramas, raíces y flores, que cuelgan desde el entrepiso a la planta baja.

Parece un detalle decorativo, muy bello por cierto, que aporta al clima que genera esta muestra, llena de sorpresas agradables.

Tras recorrer la planta baja, y continuar en el entrepiso, nos encontramos con que esta "escalera" de naturaleza, llega hasta ahí, con un personaje femenino curioso que observa con mucha ternura e interés un nacimiento. Una perra con sus crías, también le dirige la mirada. Y entonces la instalación cobra sentido. La naturaleza se admira a sí misma, con los colores y las materias primas de nuestras yungas.

Ella siempre logra eso, la sorpresa, la ternura, la admiración, la conciencia del valor de lo natural, de la Madre Tierra, de la tierra... Y una vez más, su propuesta se sale de su lugar conocido.

Ella dice que esta obra, "nace de reflexiones acerca del respeto del entorno, la conexión con el mundo natural la interconexión entre la naturaleza humana y animal.

Mi obra refleja el uso de recursos que pueden generar un impacto favorable y que recuerde que somos parte de la naturaleza.

Las obras reflejan lo femenino como símbolo de lo benévolo de la naturaleza. Están realizadas con elementos orgánicos y también con elementos de origen industrial, se crea así la simbiosis que es también parte de la vida cotidiana. La mujer y la perra con sus crías evocan la feminidad, la maternidad recordando la conexión entre la mujer y la tierra además de mostrar la fuerza y lealtad de la naturaleza animal. Son también el eco ancestral y mantienen un poder simbólico. En definitiva, somos de un origen similar", dice.

CURIOSIDAD | CÓMO LLEGA LA CREATIVIDAD AL ENTREPISO.

"Los caminos del agua"

Julieta Caorlín, otra destacada artista de las Yungas, propone y reflexiona en esta muestra acerca del agua, e inspira a adentrarse en la sensación a la que nos lleve su obra. Papel y surcos, tonos sepias y entonces ella se expresa con estos versos, completando la obra en el entrepiso: "Mucha agua corre por dentro,/ mucho mar, /mucha lluvia./ El agua que invade sin pedir permiso,/ Rítmicamente,/ como un latido./ A veces soy surco que espera;/ otras veces planta sedienta./ Soy todo y partes de lo mismo,/ un continuo devenir por los caminos del agua,/ entre el vacío y la sed".

Y con un texto algo más detallado dice: "Entre el 'ritmo productivo', de lo conveniente, de lo planificado, de lo urgente, y el 'caótico orden de lo vital', en estado permanente transformación, impulsados por el deseo subyacente que nos moviliza, y del cual surgimos, muchas veces me encuentro, paralizada, buscando un espacio, un intersticio, una falla, que me permita producir lo suficiente, mediante la repetición de pensamientos y movimientos estudiados, que garanticen logros predecibles y valederos, sin perder el 'aliento vital' con el que fuimos creados, y el libre albedrío.

Esta obra es una invitación a sentir la contradicción que nos define, en este encuentro entre dos perspectivas, entre el 'orden y el caos', a recorrer los surcos, a guiar la mirada hacia lo esencial de la vida, a conectar con la naturaleza en uno mismo, a transitar lo impredecible, y a disfrutar del proceso creativo del que somos parte.

El papel, es un entramado de fibras naturales que se ordenan y acomodan en los tamices, y al ser separados del agua se vuelve fino y resistente. El pliegue será el recurso utilizado para otorgar al papel, frágil y traslúcido, una resistencia y estructura que lo trasciende. Al apretar el papel, dejando marcas o pliegues que fortalecen su estructura, obtendremos formas que irrumpen en el espacio, que se auto sustentan, muy parecidas entre sí, pero nunca iguales, con un parecido orgánico, como hojas, o corales marinos".

La artista usa la carbonilla (tan parte del paisaje ledesmense) para esta obra que utiliza una pared y el piso. "Coloco fragmentos de ramas de sauce y de ciruelo, desprovistas de sus cortezas de unos 15 centímetros, en latas bien cerradas y perforadas. Luego las llevo al fuego directo, y al quemarse, casi en ausencia de oxígeno, la madera produce un humo blanco de vapores que salen por los orificios realizados en el recipiente. Cuando ya no quedan rastros de humedad retenida, la carbonilla está lista. Su trazo será suave al contacto con el papel, pudiendo alcanzar una gran variedad de valores en sus trazos y difuminados, desde un gris muy tenue hasta el negro de humo", explica con sutileza acerca de la técnica utilizada.

Y concluye: "Del Caos al Orden, y de lo estudiado al detalle, a la emoción que nos invade al encontrarnos con lo inasible, lo que no es posible explicar con palabras. Somos esa constante contradicción, quien pueda encauzar tanta energía contenida, sin perder la esencia innata del ser humano, podrá recorrer por fin, los caminos del agua".

 

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