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1 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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“Trabajo hasta que me voy a dormir”

El destacado escultor oriundo de El Talar, ha recorrido diversos encuentros luciendo sus trabajos y llevando la belleza de su creación en nombre de nuestra provincia. Incluso fue invitado a Japón y Francia, donde no pudo estar por cuestiones de recursos. Trabaja varios materiales, y afirma que su proceso creativo está siempre envuelto de alguna emoción fuerte. Hombre de fe, tiene en su haber gran cantidad de obras representando santos y cruces.
Lunes, 31 de marzo de 2025 01:03
DESDE EL TALAR | SE PROYECTA A DISTINTOS LUGARES

Conversamos con el artista, que acaba de ser papá y eso lo trajo por unos días a la capital donde nació su hija. Conoceremos su historia hacia la dedicación exclusiva al arte de la escultura.

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Conversamos con el artista, que acaba de ser papá y eso lo trajo por unos días a la capital donde nació su hija. Conoceremos su historia hacia la dedicación exclusiva al arte de la escultura.

¿Cómo empieza tu pasión?

Yo no tuve una niñez muy de tener acceso a juguetes nuevos, entonces, directamente me los hacía. Con arcilla, con madera, con lo que sea. Con madera por ejemplo me hice una guitarrita, porque soñaba con aprender a tocar. Mi padre era obrero y mi mamá venía de Corrientes.

O sea que la necesidad de crear viene de la mano, con la necesidad de jugar...

Sí. Después en el camino fueron surgiendo algunas cosas que despertaron aún más la necesidad de crear, ya no solo por jugar, sino por querer expresar sentimientos.

Yo vivía muy enamorado, y sentía gran admiración por mi abuelo, que llegó a El Talar, como hachero en la región del Ramal. Yo me pasaba horas observándolo hachar, y además el leía mucho, y eso también me gustaba ver. Me subía arriba de los gomeros para mirarlo.

Cuando murió mi abuelo, me fui a mi casa muy enojado, yo tenía 12 años más o menos, agarré un tronco con un hacha, y quería arrancarle a ese tronco mi emoción, y terminé haciendo un rostro, que para mí era el rostro de la muerte. Fue mi primera creación importante. Pasé de una manera de jugar a una manera de entender las cosas -dice y se llenan los ojos de lágrimas-. No sentí cansancio mientras lo hacía. Hachaba y hachaba por horas.

¿Y eso te sanó la tristeza en algo?

Sí, me tranquilizó mucho.

Cuando canalizas por ahí -obras- tus emociones ¿pueden ser buenas o malas?

Claro. Pero lo que sea se lo vive con intensidad.

¿Y cómo siguió tu camino de creador?

Siempre fui muy inquieto, y en la primaria tenía una maestra que me daba herramientas para trabajar. Vivo agradecido de ella porque si seguí con esto, fue por ella. Se llama Marta Pereyra, y ya está jubilada.

Hice el secundario en El Galpón, dejé en segundo año, y luego terminé en la Comercial 4 de Libertador.

Ahí en El Galpón, había una carpintería abandonada, yo iba y trabajaba ahí, y armaba todos los muebles de la escuela, los reparaba. Fui el dibujante de la clase también.

Después estuve un tiempo en Buenos Aires, y en Jujuy hice el profesorado de Artes Visuales.

¿La pasión por crear viene con vos?

Sí, a la hora de crear, el tema para mí era estar un lugar donde no sienta un vacío. Viene aferrado a mí, lo mismo que la fe. Soy muy religioso.

¿Vivís de tu arte?

EL CARNAVAL | DESDE LA MIRADA DE NUESTRO ESCULTOR.

Sí, vivo de la escultura. La primera vez que tuve la posibilidad de mostrar y vender mis trabajos, fue de la mano del ya fallecido Juan Carlos Rodríguez, que era director de Patrimonio de la Provincia, hace varios años. Él me llevó como artesano a mi primer encuentro de escultores en Colón, Corrientes.

Antes de eso, mi trabajo más habitual eran las cruces que me encargaban las familias para el cementerio. Pero no ponía precio, qué le iba a pedir a esas familias que están destrozadas por una pérdida. Siempre lo hice por la voluntad. Mi mejor museo es el cementerio de El Talar.

¿Cuál fue tu primera obra importante?

Un San Juan Diego, que me encargaron las personas que cuida la ermita de la Virgen de Guadalupe, en Libertador, camino al Parque Calilegua. Me llevó cuatro años esa obra, porque fue el tiempo en que estudiaba aquí en capital, el profesorado.

¿Y cuál fue la primera obra que vendiste?

La réplica de los ángeles musiqueros de las Ruinas Jesuíticas de Misiones, por encargo.

¿Por qué no terminaste la carrera en Tucumán?

No me sentí cómodo. Yo había hecho un Cristo y se lo mostré a un profesor de ahí, y me contestó: "Para que se meten a hacer esto si no saben", y me desalentó muchísimo. Me encontré con un vacío ahí.

Cuando volví a Jujuy, hice hasta cuarto año del profesorado.

¿Cómo es tu rutina de escultor?

Me demanda hacer muchos viajes, no estar en un solo lugar. Trabajo en mi taller desde que me levanto hasta que me voy a dormir. Ahora gracias a Dios, me están saliendo muchos trabajos de afuera.

HOMENAJE | HIZO EL RETRATO DE UNO DE LOS FUNDADORES DEL ENCUENTRO EN COLÓN, HUGO DA SILVA

Tengo invitaciones para ir a Japón y a Francia, pero no tengo apoyos para estar en esos lugares. En este sentido, siento que Jujuy me queda más lejos.

Igualmente, en estos momentos, elijo quedarme acá porque acaba de nacer mi primera hija.

¿Qué es lo último que hiciste?

Un San Santiago y un Cristo.

¿Qué premios recibiste hasta el momento?

Gané mi primer campeonato en el 2014, y luego en 2022 y 2024.Dos campeonatos en Colón, Entre Ríos, y uno en Chaco. Siempre me propongo que Jujuy esté entre los primeros premios.

En el 2014 el tema del encuentro era "Dibujos animados argentinos" y yo hice a Oaky. En el 2022, la temática era "Animales del litoral" y ahí hice un mono.

Y en San Martín, Chaco no había temática, y yo hice una mujer con un tucán en la mano, para representar el carnaval, era un reconocimiento a dos reinas de esa fiesta Camila y Milka, y junté los dos nombres en "Camilka" para nombrar mi obra.

Y en una de las últimas participaciones, que saqué el tercer puesto, hice un retrato de uno de los fundadores del encuentro en Colón, Entre Río, Hugo Da Silva.

¿Qué materiales que elegís?

Sobre todo, madera y cerámica. Trabajo también cemento, pero la madera es mi preferida. Es hermoso irte a dormir con la fragancia de distintas maderas en las manos.

 

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