¿Alguna vez en su rutina diaria se detuvieron simplemente a observar una calle, un edificio, un lugar donde quizás viviera alguna persona que hace de ese sitio su hogar? ¿Se preguntaron cuántas personas transitan a diario por las mismas sendas ocupándose en la tarea de vivir el día a día? Policromías urbanas nos invita a reflexionar en torno a estos espacios habitados por quienes, atravesados por múltiples realidades, dejan huellas intangibles a su paso.
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¿Alguna vez en su rutina diaria se detuvieron simplemente a observar una calle, un edificio, un lugar donde quizás viviera alguna persona que hace de ese sitio su hogar? ¿Se preguntaron cuántas personas transitan a diario por las mismas sendas ocupándose en la tarea de vivir el día a día? Policromías urbanas nos invita a reflexionar en torno a estos espacios habitados por quienes, atravesados por múltiples realidades, dejan huellas intangibles a su paso.
Fidel Chaile y Benjamín Sánchez hacen suyos estos lugares, los observan, los conocen, se sumergen en esa atmósfera dejándose interpelar y con un modo particular lo materializan en sus pinturas. Cada escenario propuesto por ambos artistas, evidencia situaciones particulares, como aquellas donde Fidel muestra la vorágine de una ciudad poblada de edificios nuevos, la polución de los autos, negocios modernos, con el trajín que caracteriza a las zonas céntricas de San Salvador de Jujuy.
Gente que trabaja y camina por la urbe, gente que sube a un colectivo, el puente Lavalle, un carro con frutas de quien hace frente a su economía con el oficio de la venta ambulante, por allí también circula/transita quien revitaliza la ausencia del comer, obteniendo a buen precio “comida chatarra”.
O la escena donde Benjamín plasma a dos mujeres de distintas generaciones que desarrollan sus vidas con las pocas oportunidades que les da un barrio de la periferia “8 de marzo”, un ranchito en el Bajo Éxodo construido con chapas viejas, el “caracol, hogar de ensueños” que siendo un punto de encuentro de muchas personas, también es el hogar de quienes viven en situación de calle y hacen de ese espacio un lugar propio, el artista no ignora la realidad que nos atraviesa y lo moviliza a plasmar en su obra “Un 20 de Junio Inmoral”, las problemáticas sociales que llevan a desencadenar el caos y el descontento de la gente que anhela un futuro mejor.
El movimiento efímero que se genera en lo urbano, lo traducen los artistas en múltiples cromatismos. Las paletas de colores y hasta cada elemento y personaje que ocupa una posición en la escena, tienen un sentido para ellos, ningún elemento está librado al azar. Cada uno, en su búsqueda personal logra un entendimiento con la técnica y el material que los lleva a la expresividad creadora.
La acuarela, una técnica versátil y adecuada para Fidel, le ofrece múltiples posibilidades que lo obligan a ir rápidamente “el agua también pinta y no espera, hay que seguirle el ritmo”, menciona. Después de haber experimentado con diferentes técnicas, siente un vínculo particular con la acuarela “me defino como un pintor esporádico que cuando pinto me siento atrapado y en ese hacer, un objetivo importante es mejorar. Cuando pintas acuarela no estás solo, porque el agua te conduce y encuentras narrativas diferentes y sorprendentes”.
Cada técnica se adapta al carácter del artista. Es así como esa inquietud que caracteriza a Benjamín, lo lleva a descubrir mixturas con una paleta cargada de materia y color, logrando expresar un realismo social, sintiéndose identificado con aquello que plasma en sus obras, “mi profundo deseo es ayudarme y ayudar a otros desde mi propio lugar y condición, siendo mi principal herramienta El Arte”.
El artista acude a la simbología del color para manifestar cierto contenido, resignificar situaciones “mi motivación es hacer que lo desagradable sea algo extra‑ ordinario”. La policromía está presente en la multiplicidad de escenas y escena‑ rios que Fidel y Benjamín, desde sus saberes y vivencias, lograron unir en un diálogo profundo à huellas de lo que sucede en cada entorno/lugar, habiendo sido transitados también por ellos, pe‑ ro sin imaginar qué fue de aquello que es hoy.
El compromiso social, sus experiencias en la vida cotidiana y sobre todo el Arte, los motivó a documentar estos espacios que constantemente se inmutan, logrando llevar a cabo esta muestra con el objetivo de promover/generar un impacto desde lo modesto, sensibilizando al espectador y trascendiendo los espacios urbanos a través del arte