Un camionero jujeño, identificado como Edgardo Santos Sajama, de 38 años, fue condenado por la Justicia federal de la provincia de Santa Fe a la pena de un año de prisión de ejecución condicional. El hombre domiciliado en la localidad de Lozano fue hallado culpable de los delitos de encubrimiento de contrabando y cohecho activo en concurso, los cuales sucedieron en abril de 2018 en territorio santafesino.
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Un camionero jujeño, identificado como Edgardo Santos Sajama, de 38 años, fue condenado por la Justicia federal de la provincia de Santa Fe a la pena de un año de prisión de ejecución condicional. El hombre domiciliado en la localidad de Lozano fue hallado culpable de los delitos de encubrimiento de contrabando y cohecho activo en concurso, los cuales sucedieron en abril de 2018 en territorio santafesino.
De acuerdo a medios de comunicación de Santa Fe, el tribunal presidido por el juez federal Ricardo Moisés Vázquez impuso la pena, además de una inhabilitación especial para ejercer el comercio por seis meses. Los delitos cometidos por el sentenciado estaban relacionados al contrabando de hojas de coca y el posterior intento de coima a los agentes de la Gendarmería Nacional que descubrieron el ilícito.
La condena fue dictada el pasado 22 de agosto, luego del acuerdo de juicio abreviado presentado por el fiscal auxiliar Nicolás Sacco, con el consentimiento de la defensora pública oficial Mariana Rivero y Hornos y el propio imputado.
Los hechos
Fueron dos los hechos por los cuales Sajama fue sentenciado por la Justicia federal santafesina. El primero de ellos sucedió el 2 de abril de 2018 cuando el personal del Escuadrón de Seguridad Vial "San Justo" de Gendarmería Nacional detuvo la marcha de un camión marca Scania con acoplado que transitaba por la ruta provincial N° 4, a la altura del paraje La Pelada, del departamento Las Colonias.
En ese contexto, los uniformados comenzaron a inspeccionar el vehículo y detectaron un fuerte olor proveniente de la cabina. De esta manera, descubrieron una bolsa de arpillera azul con 34 paquetes de hojas de coca en estado natural, que luego de ser pesada se constató que eran 16 kilos, 960 gramos en total.
Tras esto, al darse cuenta que notaron la irregularidad que cometió, el camionero se dirigió a uno de los gendarmes y le ofreció dinero para evitar el procedimiento: "Podemos arreglar jefe, tengo dos mil pesos para usted", según consta en la causa. La tentativa de soborno, el segundo hecho, fue rechazada, y se procedió a su detención, el secuestro de la mercadería y del rodado.
Encubrimiento
El juez Vázquez fundamentó su sentencia en que si bien la tenencia de hojas de coca para coqueo o infusión no está penada por la ley argentina (según el artículo 15 de la Ley 23.737), la cantidad secuestrada excedía ampliamente lo que podría considerarse para uso personal y no había justificación de su ingreso al país.
Sin embargo, peritajes técnicos indicaron que con los casi 17 kilos incautados solo podría haberse producido una cantidad mínima de clorhidrato de cocaína (alrededor de 85 gramos), lo que llevó al tribunal a descartar un destino vinculado a la producción de estupefacientes.
Así y coincidiendo con la postura del fiscal, el magistrado concluyó que la conducta de Sajama encuadraba en el delito de encubrimiento de contrabando, debido a que las hojas de coca son consideradas mercadería de origen extranjero y su ingreso no estaba debidamente justificado. Asimismo, el intento de soborno fue considerado cohecho activo.
Pena en suspenso
La pena impuesta fue de un año de prisión, cuyo cumplimiento fue dejado en suspenso, y seis meses de inhabilitación para ejercer el comercio. Además, el camionero deberá cumplir con reglas de conducta como fijar residencia en la provincia de Santa Fe y someterse al control de la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal, bajo la supervisión del juez de Ejecución.
Finalmente, el camión y su acoplado, ambos secuestrados durante el operativo, fueron entregados a su propietario en carácter de depósito judicial.