Cerca de cincuenta familias que compraron lotes en la ciudad de La Quiaca no pueden tomar posesión de los mismos porque están ocupados por integrantes de la comunidad aborigen Ojo de Agua.
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Cerca de cincuenta familias que compraron lotes en la ciudad de La Quiaca no pueden tomar posesión de los mismos porque están ocupados por integrantes de la comunidad aborigen Ojo de Agua.
En el contexto del litigio por la titularidad de las tierras, ayer por la mañana se llevó adelante la primera audiencia en los Juzgados de Primera Instancia en lo Civil y Comercial, ubicados en la capital jujeña. Allí concurrieron más de veinte de los compradores de los lotes junto a Fernando Bóveda, el abogado que los representa.
Se trata de una cuestión de larga data, ya que los damnificados adquirieron sus terrenos a Alejandro Rodríguez, quien los heredó de una de sus abuelas mediante un juicio sucesorio a principios de la década de 90.
Las familias damnificadas están en litigio por cuatro manzanas que fueron ocupadas mediante la demarcación realizada por los miembros de la mencionada comunidad con la utilización de un alambrado. De esa manera cerraron para sí un terreno de varias hectáreas, entre las cuales están los lotes en cuestión.
Se trata del sector oeste de la ciudad fronteriza, si se toma como referencia el recorrido de la ruta nacional N° 9. Además, son lotes ubicados a la vera de la ruta nacional N° 40.
A raíz de este conflicto, ayer por la mañana en la primera audiencia en los juzgados ubicados en las calles Independencia y La Madrid de la capital jujeña, comparecieron ante el magistrado los damnificados acompañados por el letrado que los representa.
Fernando Bóveda dialogó con El Tribuno de Jujuy acerca de las dificultades de sus representados, quienes en gran número acudieron a la sede judicial del fuero local, con la esperanza de poder destrabar la situación que no les permite cumplir el sueño de la casa propia, a pesar de haber cancelado el pago del terreno que adquirieron hace varios años.
"Un agrimensor va a determinar ese espacio a quién correspondería. La cuestión se reduce a cuatro manzanas", comenzó el abogado con respecto a lo que estableció ayer el magistrado que entiende en la causa. Además, "Hay otro problema mucho más de fondo con la comunidad de Ojo de Agua, que entiendo que es un tema que el Estado debe tomar cartas en el asunto, porque las comunidades originarias fueron reconocidas por el Estado y ya se les dio a ellos las hectáreas", alegó quien litiga en favor de que se reconozca el derecho a la propiedad de quienes adquirieron los lotes.
Fuentes cercanas a la investigación señalaron que la mencionada comunidad tiene su terreno en otro punto del municipio quiaqueño, más hacia el oeste, en el cual construyeron sus viviendas y demás infraestructura, aunque desde hace algunos años se arrogan la propiedad de las hectáreas que los damnificados compraron.
Algunos casos
Este medio tuvo la posibilidad de hablar con damnificados que se acercaron al Juzgado, quienes prefirieron no dar sus nombres por temor a represalias cuando regresen a La Quiaca.
Algunos casos se remontan al año 2017, como el de uno de los entrevistados, quien afirmó "Esto ya viene de varios años. Nosotros en el 2017 hemos adquirido terrenos al margen de la ruta 40 en la ciudad de La Quiaca. Es por ese tema que hoy vinimos, tuvimos una audiencia y se llegó a un acuerdo de que se designe un perito para saber quién está bien posicionado. A ver si de este modo podemos llegar a una solución en el corto plazo y así tomar posesión de nuestro terreno", se esperanzó el hombre que quiere dejar en manos de sus hijos la vivienda que habita actualmente.
Al ser consultado con respecto a si intentó en alguna oportunidad comenzar a edificar en su parcela de tierra, el damnificado aseguró que "Entre los vecinos intentamos tomar posesión. Existe un alambrado que atraviesa los terrenos, entonces lo sacamos para tomar posesión y en ese momento apareció la gente de Ojo de Agua y se opuso. Vinieron personas que ponían carteles o decían que eso es terreno de la comunidad, que no debemos entrar. Nos quedamos ahí, no quisimos entrar más en disputa. También había comentarios que ellos estaban vendiendo esos terrenos".
Otros casos datan de 2020, como el de una vecina de La Quiaca que con la idea de poder dejar la casa de sus padres, compró un lote en la zona señalada. "Pagué todo y no puedo construir. Cuando quise ir a llevar un poco de arena aparecieron ellos (los miembros de la comunidad) y me hicieron ir del lugar".