POR MARÍA VICTORIA ALFIERI, DOCENTE
Una escuela donde no se escuchan timbres que marcan recreos.
Las aulas transparentes se transforman en escenarios flexibles.
No existen los pupitres, ni alumnos mirando al frente.
Se aprende en pequeños grupos.
Para los más grandes se ajusta la jornada escolar.
Este enfoque demuestra cómo una pedagogía centrada en la persona puede ser clave para la salud emocional y el desarrollo integral, rompiendo con la rigidez de los formatos convencionales.
En un contexto donde la ansiedad, el estrés y los problemas emocionales en los niños son una preocupación creciente, una propuesta educativa disruptiva, sitúa a la escuela como un actor clave en la prevención y el cuidado del bienestar emocional.
Impulso un enfoque pedagógico inspirado en la filosofía Reggio Emilia que demuestra cómo el diseño del aula, la organización de los espacios, el diálogo y la escucha, y hasta los errores pueden convertirse en herramientas concretas para fortalecer el bienestar psicológico de los estudiantes desde los 2 años de edad, creando un ambiente óptimo para el conocimiento.
A diferencia de otros colegios, no se utilizan timbres para marcar los recreos, sus aulas son espacios escenográficos, sin pupitres, con mesas de diferentes tamaños y alturas para favorecer el trabajo en equipo, cada niño es acompañado por un adulto hasta su espacio donde se potencia el trabajo en pequeños grupos, mientras que a partir de séptimo grado, se establece una jornada reducida algunas tardes para permitir a los estudiantes prepararse para los cursos de ingreso.
Una filosofía que protege y potencia el desarrollo emocional: en Aletheia no hay aulas tradicionales, sino que está concebida como un gran atelier donde los niños exploran, investigan y co-crean. La arquitectura transparente, la luz natural y el trabajo en pequeños grupos con co-presencia de educadores generan un entorno seguro y estimulante que reduce la ansiedad y fomenta la confianza.
Un diseño áulico bien pensado puede generar un sentido de bienestar estrechamente relacionado con la estética del lugar. Un espacio bello, claro y tranquilo es esencial para el desarrollo de las propuestas educativas. En este entorno, los docentes, niños y niñas pueden explorar juntos las temáticas seleccionadas, fomentando un aprendizaje óptimo y una experiencia educativa enriquecedora.
La documentación pedagógica -que registra procesos, ideas y descubrimientos- muestra a los niños y a sus familias que el error es valioso, que el crecimiento es un camino continuo y que lo importante no es solo el resultado, sino también el proceso. Este enfoque nutre la autoestima, enseña resiliencia y ayuda a construir una mentalidad de crecimiento desde la primera infancia.
La documentación pedagógica es una herramienta valiosa para observar y reflexionar sobre las acciones. Al registrar y analizar sus estrategias palabras y gestos, podemos identificar situaciones que nos ayudan a entender mejor cómo piensan y aprenden.
Además, la comunidad educativa -con las familias como protagonistas- fortalece el sentido de pertenencia y el diálogo, pilares que contribuyen a un entorno emocionalmente saludable.
(*) María Victoria Alfieri es co-fundadora y directora general de Aletheia, además de referente de la pedagogía Reggio Emilia en la región. Su carrera comenzó a los 18 años en el Jardín de la Niñez, antecesor de Aletheia y desde entonces ha liderado la transformación de la institución. Con formación en Ciencias de la Educación, nivel inicial y maestría en Educación Superior, Alfieri es representante de Red Solare Argentina-Paraguay, miembro promotor de la Fundación Reggio Children, autora y conferencista.
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