¿Cuántas veces elegiste no hablar, no moverte, no cambiar, por miedo?
inicia sesión o regístrate.
¿Cuántas veces elegiste no hablar, no moverte, no cambiar, por miedo?
¿Cuántas veces el miedo disfrazado de prudencia, de cordura, de "no es el momento" se sentó al volante de tu vida?
¿Y si en vez de frenarte, el miedo viniera a mostrarte la puerta exacta que estás lista para atravesar?
¿Y si no fuera un muro, sino un umbral?
Hay miedos que no te animás a reconocer.
¿Qué pasaría si los nombrás?
¿Qué pasaría en tu vida si esos miedos se disolvieran como niebla ante el sol?
El miedo no es el enemigo, pero tampoco es el guía. Es un portal.
Y depende de vos si lo usás para quedarte detenida. . . o para trascender lo que creías que eras.
Lucila, 38 años, madre de dos niños. Volvió a la universidad después de separarse. Cada paso era una batalla contra el miedo al fracaso, al juicio ajeno, a dejar de estar disponible todo el tiempo para los demás. "Temía no poder, pero me di cuenta de que mi miedo no era al fracaso, era a tener éxito y no saber qué hacer con mi libertad", dijo en sesión. Hoy cursa su segundo año y ya sueña con su tesis.
Juan, 42 años, ingeniero. En terapia confiesa: "Me da miedo no saber quién soy si dejo de ser el proveedor. Si me muestro sensible, ¿me van a seguir respetando?". Su miedo no es solo personal, es cultural. Forma parte del proceso de deconstrucción del patriarcado: ese sistema que exige dureza, invulnerabilidad y control, a cambio de soledad emocional. El miedo masculino muchas veces se calla, pero está. Y necesita espacios seguros para nombrarse.
El miedo es una emoción primaria. Biológicamente nos protege: activa el sistema nervioso simpático, dilata pupilas, libera adrenalina, prepara al cuerpo para luchar o huir (Damasio, 2018). Pero no todo miedo responde a una amenaza real.
A veces es una memoria encapsulada, una creencia heredada, una energía que quedó detenida en el tiempo.
Como dice Enric Corbera (2015), muchos de nuestros miedos ni siquiera son nuestros: los heredamos por amor, por pertenencia, por lealtad.
Las capas del miedo: de la superficie a la raíz.
1. Miedo biológico: Es la capa más superficial pero más intensa. Te protege de un peligro real. Es instinto puro, reflejo de supervivencia. Te salva. . . pero también puede dejarte congelada. ¿Este miedo que siento ahora es real o es una alarma desfasada? ¿Podría ser mi cuerpo el que aún cree que está en guerra, aunque afuera ya haya paz?
2. Miedo emocional: Surge del apego. Es el temor a ser abandonados, rechazados o heridos. Lleva la voz de la infancia. Y muchas veces, al adulto que somos le cuesta distinguir entre el presente y los ecos del pasado. ¿Este miedo me habla del ahora o de algo que dolió cuando era niña? ¿Qué parte mía necesita sentirse amada, vista, elegida?
3. Miedo mental: Está hecho de pensamientos, creencias, juicios y programas inconscientes: "No puedo", "No soy suficiente", "¿Qué dirán?". Es el más tramposo porque se disfraza de lógica. ¿Cuántos de mis miedos son ideas fijas que puedo liberar hoy? ¿Estoy pensando desde el pasado o eligiendo desde la posibilidad?
4. Miedo existencial: Te enfrenta a la gran pregunta: "¿Quién soy sin esto?" Es el vértigo de dejar atrás identidades viejas, de soltar lo conocido para entrar en lo desconocido. ¿Estoy dispuesta a dejar de ser quien fui. . . para convertirme en quien realmente soy? ¿Y si el vacío no fuera ausencia, sino el espacio fértil donde nace lo nuevo?
5. Miedo simbólico o transgeneracional: No nace de tu historia, sino de las historias de tu linaje. Miedos que no se nombraron pero se heredan: "Las mujeres de esta familia no se casan", "los hombres se enferman jóvenes", "el amor duele". ¿Este miedo es mío o es de mamá, de la abuela, del clan? ¿Estoy viviendo mi vida. . . o cumpliendo la fidelidad invisible de otro?
6. Miedo sagrado: Es el que aparece justo antes de un salto. Cuando estás por cruzar una frontera que tu alma ya eligió. No viene a frenarte, sino a preguntarte: ¿estás lista para encarnar lo que viniste a ser? ¿Y si este miedo es señal de que estoy en el camino correcto? ¿Puedo abrazarlo como a un mensajero y no como a un carcelero?
Liberar puntos fijos, abrir nuevas puertas. Al identificar la capa en la que habita tu miedo, algo se afloja. La energía atrapada empieza a moverse. La visión se expande. Es como si dejaras de mirar tu vida desde la cerradura. . . y por fin te animaras a abrir la puerta.
Hay memorias que se disuelven cuando las nombrás. Hay miedos que se derrumban cuando les das voz. Y hay puertas que se abren cuando dejás de proteger tanto lo conocido. Miedo y poder: un giro alquímico. Nombrar el miedo lo desarma. Sentirlo en el cuerpo lo humaniza. Preguntarte de dónde viene lo vuelve comprensible. Acompañarlo como adulta lo transforma. Actuar a pesar de él es un acto de soberanía emocional. Es elegirte. Es decirte: "aunque tiemblo, avanzo". Porque la confianza no es la ausencia de miedo, es tu decisión de ir igual.
Frases que abren luz: "Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos inconmensurablemente poderosos". Marianne Williamson.
"La confianza no es la ausencia de miedo, es decidir avanzar a pesar de él". Verónica Andrés.
"No permanecer y transcurrir, no es honrar la vida". Eladia Blázquez.
"Todos tenemos dos elecciones: estar llenos de miedo o llenos de amor". Albert Einstein.
¿Y si el miedo fuera un guardián del alma? Atravesar estas capas es como caminar un bosque interno. Al principio hay niebla, sombras, ramas que raspan. Pero si seguís, aparece el claro. Esa parte de vos que siempre supo. Esa voz que no grita, pero insiste. El miedo no es el problema. El problema es quedarte a vivir en él. Y hoy quizás no lo elimines del todo. Pero si podés mirarlo con amor, ya no gobierna. Y si te animás a atravesarlo, tal vez. . . justo ahí empiece tu libertad.
(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional; magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo. [email protected], cel. 3884416256.