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24 de Junio,  Jujuy, Argentina
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La estación del alma

Miércoles, 07 de mayo de 2025 01:04

¿En el crisol de tu vida, cómo te gustaría ser acompañado?

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¿En el crisol de tu vida, cómo te gustaría ser acompañado?

Cuando Sara estaba en la cresta de su vida, en pleno movimiento, jamás imaginó que un día estaría lejos de la ola. Y de pronto, ese día llegó. Lo que fue velocidad se hizo pausa. Lo que era urgencia se volvió tiempo extendido. Y entonces empezó otra etapa.

Hablar del adulto mayor es hablar de una estación de la vida. Ninguna estación es mejor o peor. Algunas personas prefieren el otoño, otras el invierno, la primavera o el verano. Todas existen al servicio de la vida, para que la naturaleza se exprese en sus múltiples formas.

La tercera edad es, quizás, ese otoño dorado donde las hojas caen sin miedo, donde se revelan los frutos de la siembra. Es un tiempo de cosecha interna, de balance, de ajuste entre el alma y el legado, entre lo vivido y lo que aún queda por habitar.

Como escribió Hermann Hesse: "La vejez es una etapa de cosecha, donde florece la sabiduría y el alma se libera de sus afanes".

Esta etapa puede vivirse con calidez y profundidad si hemos aprendido a atravesar las anteriores. Si en el invierno supimos recogernos, si en la primavera nos abrimos al florecer, si en el verano nos permitimos disfrutar, entonces la vejez no será un exilio, sino un santuario.

Sin embargo, para quienes han vivido identificados con la productividad, la sobreactividad o el ser útiles para sentirse amados, este momento puede vivirse como una pérdida, como un territorio desconocido. La falta de reconocimiento social, la invisibilización, la medicalización de los cuerpos o la infantilización emocional pueden afectar gravemente la autoestima y la salud del adulto mayor (Fernández-Ballesteros, 2019).

Por eso, es vital revisar nuestra mirada como sociedad y como acompañantes. Acompañar no es reemplazar. Es honrar. Es estar con el otro sin ir por encima de su destino. Es aceptar sus ritmos, su cosecha, su dolor y su luz.

Tips para comprender las necesidades básicas en la tercera edad. Reconocimiento: Escuchar sus historias. Nombrarlos por su nombre. Evitar la infantilización.

Autonomía: Fomentar decisiones propias, aunque sean pequeñas.

Salud integral: Cuerpo, mente y emociones deben abordarse en conjunto.

Vínculos y pertenencia: Facilitar espacios donde se sientan parte, útiles, valiosos.

Seguridad emocional: Reducir el estrés, evitar gritos, respetar rutinas.

Tips para los que acompañan. Escuchar más que hablar. Preguntar antes de hacer. Validar las emociones sin corregirlas. Cuidarse para poder cuidar (descanso, apoyo psicológico, espacios de contención). Pedir ayuda: médica, emocional, comunitaria.

Errores frecuentes a evitar. Tomar decisiones sin consultar al adulto mayor. Tratar como "niños" a quienes tienen décadas de experiencia. Sobreproteger en lugar de empoderar. No respetar sus silencios, duelos o necesidades espirituales.

Manejo del estrés en la vejez. Según estudios en gerontología, el estrés crónico incide en el deterioro cognitivo y la inflamación sistémica (Lupien et al., 2009). Por ello, se recomienda: Actividades placenteras (música, arte, conversación). Técnicas de relajación y respiración consciente. Contacto con la naturaleza o con animales. Rutinas predecibles y flexibles.

La cosecha del mañana empieza hoy. Cada decisión que tomamos hoy prepara el terreno del futuro. Cuidar el cuerpo, cultivar relaciones, respetar el descanso, expresar lo que sentimos. . . todo eso también es previsión.

La vejez no es un castigo ni una pérdida de valor: es una etapa sagrada que merece ser anticipada con amor.

"El modo en que envejecemos no depende solo de los genes, sino también de los vínculos, los sueños sostenidos y las elecciones conscientes que hacemos día a día" - Pamela Arraya.

Cuando el otoño se vuelve tormenta: Envejecimientos complejos y abordajes posibles.

No todas las vejeces son cálidas, armónicas ni conscientes. Existen también terceras edades que transcurren en la rigidez, la soledad, el caos emocional o la desorientación identitaria. Algunas personas envejecen llenas de rencor, de pérdidas no elaboradas, de vínculos rotos, con enfermedades crónicas, deterioro cognitivo, o sostenidas por sistemas familiares colapsados. Otras viven aisladas en hogares o instituciones, olvidadas en sus dolores o infantilizadas en sus decisiones.

Como afirma la psicogerontóloga Rosa Kornfeld-Matte (2015): "El mayor riesgo de las personas mayores no es la enfermedad, sino la invisibilización".

Estas realidades requieren de una mirada ética, interdisciplinaria y profundamente humana. No basta con "acompañar"; se necesita intervenir, contener, resignificar y, muchas veces, reparar.

¿Cómo intervenir en vejeces complejas? Mirada clínica y contextual: Evaluar el estado de salud física y mental, considerando factores como demencia, depresión, deterioro cognitivo o síndromes de fragilidad (Cano-Gutiérrez et al., 2017). Comprender la historia vital de la persona, su narrativa, sus duelos inconclusos y su sistema de creencias.

Red de apoyo activa: Coordinar redes familiares, comunitarias o institucionales. Promover la corresponsabilidad, nadie cuida solo.

Terapias de reminiscencia y biografía: Trabajar con álbumes, objetos, canciones, recuerdos. Ayudar a reconstruir el sentido vital, el orgullo y el legado (Westerhof&Bohlmeijer, 2014).

Acompañamiento profesional y emocional: Terapia individual o grupal, según posibilidades. Espacios para expresar angustia, enojos, miedo a morir o sentirse inútiles.

Intervenciones familiares: mediación de conflictos intergeneracionales.

Actitudes clave del acompañante. No juzgar: La rigidez, la queja o la hostilidad son defensas, no la esencia.

Presencia serena: A veces no se puede cambiar la situación, pero sí estar amorosamente en ella.

Compasión lúcida: Amar con límites, acompañar sin invadir, sostener sin fusionarse.

Cuando duele la vejez: una oportunidad de sanación colectiva. Cada vejez compleja nos convoca a crecer también a nosotros. Son maestros duros, pero maestros al fin. Nos enseñan sobre la sombra, sobre lo no resuelto, sobre los efectos de una vida no habitada. Y sobre todo, nos recuerdan que hoy podemos tomar decisiones para sembrar una vejez más digna, consciente y luminosa.

"El alma no envejece. Lo que envejece es la forma. La consciencia, si se cultiva, florece hasta el final" - Pamela Arraya.

Y cerrando este momento de reflexión te invito a ir a ese espacio de conciencia y expansión. La dimensión espiritual: sentido, perdón y trascendencia.

En la tercera edad, el alma busca cerrar ciclos. El cuerpo puede fatigarse, pero la consciencia -si se la cuida- se expande. Es el tiempo del legado, del agradecimiento y, sobre todo, del perdón: hacia uno mismo, hacia los otros y hacia lo que no pudo ser.

La espiritualidad en esta etapa no siempre se vive como religión, sino como conexión con algo más grande: el amor, la vida, el misterio, la paz interior. Es el momento de soltar cargas que ya no tienen sentido, y de regresar al punto cero desde el cual todo puede renovarse.

Aceptar es decir sí a la vida tal como fue. Acompañar desde esta conciencia también es permitir que el otro elija cómo quiere cerrar su historia.

Meditación breve: Gracias, Vida. Cierra los ojos. Inhala profundo. Exhala con suavidad. Repite internamente, como un mantra de liberación: "Gracias, vida, por todo lo vivido. Gracias por lo que fue y también por lo que no pudo ser. Bendigo mi historia y reconozco mis pasos. Hoy suelto lo que ya no necesito cargar. Perdono y me perdono. Me permito estar en paz. Y desde este silencio, vuelvo al punto cero de creación.

Donde todo comienza de nuevo". Respira. Siente. Agradece. Y cuando estés lista/o, abrí los ojos.

(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional;

magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación. [email protected], cel. 3884416256.

 

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