¿Mujeres?, dijo el alienígena apenas aterrizado en nuestro planeta, ¿qué hacen las mujeres?
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¿Mujeres?, dijo el alienígena apenas aterrizado en nuestro planeta, ¿qué hacen las mujeres?
Las mujeres fabrican personas que forman familias, alimentan, cuidan, abrigan, cuentan cuentos y dan besos por las noches. Cantan mientras cocinan o trapean el piso, se levantan cada mañana, aunque duelan los puntos de la cesárea, los huesos, o, aunque la fiebre les haya evitado dormir. Enseñan a sus retoños a caminar, a pronunciar las palabras, a agarrar el lápiz, a leer y a escribir.
Acompañan al médico a madres, padres, hermanas, abuelos, hijos, maridos, amigas. Aconsejan, cuando les preguntan, y también cuando no. Las mujeres defienden a sus manadas, sostienen, y lloran a mares ante la adversidad, ante la catástrofe y aún más, ante la injusticia. Gritan por sus derechos vulnerados, no se cansan de repetir una y otra vez que no son sirvientas, ni esclavas, ni estúpidas, ni locas. Se abren camino a los codazos, pues están siempre a prueba, siempre sospechadas de sus capacidades, pero aún así insisten y sobresalen en un mundo laboral donde pueden sonreír, aunque no tanto, porque se malinterpreta; o puteando, pero no tanto porque las echan.
Mujeres niñas, adolescentes, jóvenes, adultas, ancianas, son ejemplos de resiliencia, de lucha, de tozudez, pues sobreviven en un mundo donde están continuamente amenazadas. En algunas culturas no pueden ni opinar, ni mostrar sus cuerpos, ni sus rostros. Son consideradas personas de bajo nivel, maltratadas, utilizadas, y violentadas.
Las mujeres aprendieron que no necesitan a nadie para estar bien, que pueden disfrutar de la soledad y, contra todo prejuicio, ser felices. Se hacen cargo de sus hijos, con o sin ayuda de los padres, y bregan por mantener relaciones donde las respeten y valoren. Si esto no se cumple, se van, ya no tienen que soportar el maltrato de otras épocas. Aprendieron a disfrutar del silencio, y hacen culto de la palabra dicha con verdadero sentimiento. Las mujeres de esta época crecieron a los codazos, atravesando escuelas, calles, subtes, colectivos y trenes mientras les gritaban groserías, o las agredían con palabras y gestos.
Resistieron, se cruzaron de vereda y siguieron caminando, a veces ignorando, a veces contestando; a veces a buen ritmo, otras no tanto, pero paso a paso, avanzando. Las mujeres son inteligentes, prácticas, profesionales y autodidactas. Sobresalen tras una computadora, una máquina, un plano, un microscopio o una olla de puchero. Tienen ideas innovadoras, planes integrales, inclusivos, constructivos y disruptivos. Las mujeres rompieron paradigmas antiquísimos, obsoletos, y salieron a la calle para hacer valer sus deseos y derechos. Son atrevidas, arriesgadas, valientes, virtuosas. Escalan montañas, rompen marcas, cruzan fronteras. Las mujeres ríen, trabajan por sus ideales, viajan, sueñan. En resumen, las mujeres son inmensas e imparables.