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14 de Octubre,  Jujuy, Argentina
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Cinco claves para cuidar la salud mental de los chicos

Martes, 14 de octubre de 2025 00:00

Por Laura Lezaeta

Cuando hablamos de salud en la infancia, seguramente lo primero que se nos viene a la mente es la salud física de todo niño y niña: propiciarles las condiciones necesarias para que puedan desarrollar de manera óptima los diferentes hitos de su desarrollo (gatear, caminar, alcanzar el control de esfínteres, etc.) Pero la salud es importante comprenderla de manera integral, siendo la salud mental un factor sumamente importante para el desarrollo de todos los niños, niñas y adolescentes. Refiere a un estado de bienestar emocional, donde el rol de la familia y el de los educadores resulta fundamental, ya que mediante los recursos que podremos brindarles desde los primeros años de su niñez, les permitirán desarrollar hábitos saludables que los acompañarán a lo largo de su vida.

Es importante tener presente que es precisamente en la infancia donde se van modelando hábitos y ciertos patrones de conducta a partir del vínculo y las experiencias que construimos junto a ellos. En ese sentido, las experiencias en los primeros años de vida, tienen un impacto significativo sobre la salud mental de la vida adulta, por lo que desde edad temprana es importante propiciarles, de la misma manera que atendemos su salud física, las condiciones y los recursos necesarios para que desarrollen habilidades emocionales, como, por ejemplo: aprendan a conocer, identificar, comprender y gestionar sus emociones.

Un niño que crece en un ambiente donde sus emociones son tenidas en cuenta, donde hay un adulto que lo ayuda a "descifrar" lo que le sucede poniendo en palabras aquello que está sintiendo, sin juzgarlo ni minimizarlo, y es su guía para que poco a poco pueda comprender las causas que "despertaron" esa emoción que sintió, va a ser un adulto el día mañana capaz de reconocer y registrar sus propias emociones, con habilidades emocionales que le permitirán desarrollar amistades saludables, alcanzar sus metas y objetivos que se propongan y manejar los diferentes obstáculos que se le presenten.

Y en este camino de enseñarles a gestionar sus emociones, tenemos que tener presente que nuestra actitud y comportamiento a la hora de manejar nuestros propios estados emocionales serán cruciales: si ante situaciones que nos despiertan enojo, respondemos a los gritos, el niño aprenderá que la manera de reaccionar ante esta emoción es gritando.

Por el contrario, si respondemos manteniendo la calma y el control de la situación, el niño reproducirá esa misma conducta ante situaciones que vivencie de enojo. Por ello, es importante y necesario que como adultos atendamos y mantengamos hábitos de salud tanto física como emocional, ya que nuestro bienestar tendrá un impacto positivo en el desarrollo emocional del niño y del adolescente.

Cinco claves

1-Validar y empatizar con sus propias emociones, ya que de esa manera podremos sintonizar con sus experiencias y ayudarlos a que comprendan que lo que les sucede tiene sentido. Esto les permitirá poder entenderse a sí mismos, nombrar sus experiencias con seguridad y poco a poco comunicarlas a los demás.

2- Propiciarles experiencias y momentos de juego y tiempo libre: el tiempo libre de ocio promueve experiencias de disfrute y de bienestar emocional tanto en niños como en adolescentes. También permite descargar niveles de tensión y estrés que los niños y adolescentes acumulan del día, ya sea de su jornada escolar y/o de experiencias vividas.

3- Promoviendo las condiciones para que puedan establecer amistades sanas y estables, ya que contar con una buena red de contención contribuye al bienestar mental y emocional de todo niño y adolescente.

4- Otorgándoles responsabilidades acordes a su edad y enseñándoles a desarrollar la capacidad de toma de decisiones para fomentar en ellos su autoestima y autonomía, lo que les permitirá sentirse capaces de asumir decisiones y desarrollar mayor confianza en ellos mismos.

5- Fomentar una buena salud física. Una buena salud física tiene un impacto sumamente positivo en la salud mental, como por ejemplo tener hábitos alimenticios saludables, realizar ejercicio regular y pautas de descanso adecuadas, los protegen contra el estrés que puede llegar a presentarse ante situaciones difíciles.

Cuando compartimos momentos en familia y promovemos experiencias de juego y de tiempo libre en los niños y los adolescentes, les brindamos la oportunidad de que puedan poner en práctica ciertas habilidades y destrezas, como desarrollar la tolerancia a la espera y la capacidad de tolerar la frustración; estas situaciones entre otras tantas más, serán aprendizajes que dejarán huellas de enseñanza en su vida y cultivarán hábitos saludables que los acompañarán durante toda su infancia, adolescencia y su vida adulta.

*Lic. María Laura Lezaeta es Psicóloga infantil, y co-fundadora de Juegología, (Instagram @juegologia) donde desde hace varios años equipan y capacitan a profesionales de la salud y familias con herramientas lúdicas y terapéuticas para trabajar diferentes áreas cognitivas, emocionales y sociales en niños

 

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