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Reflexiones sobre la culpa

Miércoles, 18 de septiembre de 2024 01:00

Cuando hablamos de culpa hablamos de una respuesta, que, a diferencia de las emociones básicas como el miedo, por ejemplo, no tiene un correlato biológico, pues ella no pertenece a una emoción biológica, no está al servicio de la sobrevivencia como el miedo que nos prepara la lucha o la huida. Es una respuesta que deviene de una construcción social. Vamos a ver la culpa desde diferentes perspectivas:

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Cuando hablamos de culpa hablamos de una respuesta, que, a diferencia de las emociones básicas como el miedo, por ejemplo, no tiene un correlato biológico, pues ella no pertenece a una emoción biológica, no está al servicio de la sobrevivencia como el miedo que nos prepara la lucha o la huida. Es una respuesta que deviene de una construcción social. Vamos a ver la culpa desde diferentes perspectivas:

La culpa es una forma de control social, impregnada de una programación religiosa y reforzada por golpes en el timo.

La culpa desde la Bioneuroemoción, según Wolder Ángeles. No hay metáfora biológica de la culpa. ¿Cómo localizarla? Observando ¿a qué se debe?, ¿por qué?, ¿de dónde viene?

Observa la sensación, ¿Cuál es la vivencia de esa emocionalidad? ¿Qué está haciendo esta emoción en mi interior?

Cuando uno se siente culpable se acusa y acusa a los demás. Por ejemplo, alguien que se siente culpable se va a castigar siendo no merecedor del amor. La culpa es una construcción social, la culpa no es biología. Todos dependemos de lo vivido. Toda culpa se funda en un juicio.

Desde otra perspectiva, podemos pensar la culpa desde un lugar ético o de cierto nivel de conciencia. La culpa, según Norberto Levy sería esa voz de la conciencia que se levanta en una conversación interna en el entrejuego de: la norma (pautas culturales de convivencia y accionar), la guardiana de la norma y la parte que transgrede. Desde este lugar si la norma dice "no robarás" y se roba, la guardiana de la norma dirá estás en falta.

Desde el coaching, la culpa viene a decirnos que seamos coherentes con nuestras acciones y con los valores que poseemos.

Una persona sana vivirá la culpa, se arrepentirá y reparará su acción, pues estará en una disonancia interna de la cual la sensación de culpa nos habla de un yo que lee la realidad. Aquí el tema es que socialmente hay muchas normas que no tienen vigencia. Las normas no sólo son sociales, sino también familiares. Por ejemplo, en mi familia no se hace siesta. Cuando he tenido sueño de tarde, no podía dormir, porque internamente me sentía en falta. Mi trabajo como adulta será poder pautar nuevas normas y derogar las que ya no tienen vigencia. Aquí cada sistema familiar tiene su propio entramado de permitidos y prohibidos. ¿Cómo son las pautas normativas de tu sistema? ¿Dónde sigues siendo leal porque no soportas la culpa de hacer las cosas a tu manera?

¿Qué sensación tengo al conectarme con la culpa? ¿De qué me siento culpable?

¿Qué me he impedido por este sentimiento? ¿Dónde me sigo castigando por la culpa que siento?

La culpa tiene así un valor social indudable, si se ajusta a la convivencia respetuosa, pero también puede producir enfermedad y bloqueos. Al no hacer "lo esperable" la valoración culpable gatillará sentimientos de rabia, tristeza, frustración, vergüenza por haber fallado, y surgirá una ansiedad que irá impactando no sólo la vida individual, sino que también afectará los entornos. Es aquí donde puede activarse el carácter negativo de este sentimiento.

El culpable se instala en la rumiación obsesiva, una y otra vez quedará en la rumiación, repasando lo sucedido. Aliviará este accionar el castigo, pues al no canalizar la culpa hacia acciones correctivas la energía se direccionará hacia la agresividad hacia sí mismo, convirtiéndose en autocastigo.

Erich Fromm añade, que los sentimientos de culpa favorecen la manipulación del sujeto y sometimiento a las demandas de los demás, desde el ámbito familiar hasta el político.

Constelaciones familiares

Desde la perspectiva de las constelaciones familiares y como lo plantea Brigitte Champetier de Ribes, la culpa es una reacción hormonal interna que se produce cada vez que tenemos miedo a perder pertenencia, a perder la seguridad de pertenecer a una relación o grupo.

Es una señal de que quizás estamos a un punto de ser más autónomos, independientes, de que nos estamos separando y que el grupo al cual pertenecíamos no nos va a mirar de la misma manera que antes.

Esta emoción es una emoción tribal. En la antigüedad era impensable pensar en sobrevivir de modo independiente. Para el bien de la tribu y el propio, era necesaria la culpa; para que a partir de esa sensación desagradable se eligiera volver a la norma y a la pertenencia.

Lo que se pone en juego es nuestro sentimiento de seguridad. En niños hacemos lo que se nos pide a cambio de seguridad y pertenencia. Ser adultos nos pide independencia.

En nuestra vida necesitamos encontrar nuestros propios valores, objetivos e independencia.

Cada una de esas conquistas genera un enorme sentimiento de culpa y sensación de hacer daño.

Muchos lugares desde donde pensar la culpa y poder liberar energía, que, en lugar de estar al servicio de la muerte, el bloqueo, el castigo; sirva al fluir de la vida, reinventándonos, yendo a lo nuevo.

Crecer es transgredir. No es la transgresión adolescente, es la transgresión del adulto que en lugar de quedar mirando el pasado, elige construir lo nuevo.

Ismael Sánchez dice: "Sólo quien sostiene la culpa de elegir su bienestar, aunque a los demás les incomode tiene poder. Ella es la señal emocional más fuerte para nuestra conciencia. La culpa de elegir ser más felices que nuestros ancestros, la culpa de priorizar nuestra salud mental cuando una relación o situación externa, no es respetuosa".

Culpa, una maestra que nos ayuda a crecer. El poder está en crecer, elegir y en gestionar. Si te interesa explorar más esta emoción, te invito conectarte conmigo y poder juntos explorar desde un taller esta emoción.

(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional; magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; consteladora; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación. pamela_arraya@yahoo.com.ar, cel. 3884416256.

 

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