Por SEBASTIÁN PALERMO
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Por SEBASTIÁN PALERMO
La ansiedad está considerada como uno de los motivos de consulta más frecuentes en los consultorios psicológicos y psiquiátricos. En la actualidad transita por un periodo de gran auge en la sociedad y afecta a cerca de un 40% de la población mundial.
La ansiedad acelera el proceso de las enfermedades existentes y habilita el cuerpo para la acción de otras inexistentes. Quita las capacidades cognitivas como la capacidad de pensar bien para resolver conflictos, y las suplanta por visiones caóticas y pesimistas acerca del futuro.
La ansiedad puede ser considerada patológica o normal de acuerdo con su intensidad y con su grado de utilidad.
La ansiedad patológica o enfermiza es un estado de sensación subjetiva desagradable. Desde el punto de vista de la terapia cognitiva -según Aarón Beck, uno de los fundadores de dicho modelo psíquico- la ansiedad se caracteriza porque la persona que la sufre tiene la siguiente tríada de creencias que pueden ser conscientes o inconscientes, pero que siempre están.
Visión del futuro como incierto: el sujeto vive lo que cree que le ocurrirá en el futuro de manera anticipada. Interpreta los acontecimientos que vivirá como peligrosos o desagradables, como amenazas físicas o sociales para él mismo. Por ejemplo: "si no puedo depositar este cheque a tiempo me cerrarán la cuenta... ¿Qué hago si me cierran la cuenta? íDios mío! ¿Qué hago? íNadie más me va a dar crédito!
Visión del entorno como peligroso: el individuo considera que todo lo que ocurre a su alrededor puede perjudicarlo, por lo que extrema las medidas de prevención.
Visión de uno mismo como carente de capacidad o de recursos para superar esos peligros: creencia de que uno no es capaz de resolver el problema o peligro que se viene.
Cada una de estas valoraciones puede ser parte de nuestro modo automático de pensar - conocida como "huella psíquica".
Es producto de nuestra historia de vida, de lo que nuestros padres nos enseñaron, de lo aprendido en la escuela, iglesia etc. pero también pueden ser pensamientos voluntarios y conscientes.
De todas maneras nuestro objetivo para prevenir la ansiedad patológica consistirá en los siguientes puntos:
Abandonar pensamientos absolutistas de certidumbre con respecto al futuro. Dejar de pensar de manera rígida.
Corregir las distorsiones cognitivas con respecto a los peligros del entorno. Son conclusiones que sacamos de nuestra realidad sin elementos objetivos que pueden corroborar nuestras creencias.
Aumentar la autoconfianza en la capacidad de resolver los asuntos y los peligros, enfrentar los miedos exponiéndonos a los causantes.
Veamos ahora las formas en que se manifiesta la ansiedad patológica o disfuncional:
En los pensamientos: preocupaciones psíquicas, creencias de inseguridad, miedos, aprehensión, pensamientos negativos, sentimientos de inferioridad, incapacidad, etc.
En el aspecto fisiológico o corporal: taquicardias, sudoración, dificultad respiratoria, rubor facial, náuseas, vómitos, temblores, etc.
En la forma de actuar: comportamientos inadecuados, movimientos repetitivos o torpes, paralización, tartamudeo, actividades compulsivas, etc.
La ansiedad se puede presentar en diferentes formas como trastornos de ansiedad generalizada, ansiedad social, ataques de pánico, fobias y ansiedad obsesiva compulsiva.
El programa de 33 días que se presenta para aprender a vivir sin ansiedad comprende estos siguientes ítems: aprender a sentir, aprender a pensar, a descansar, a dormir, a cuidar el cuerpo, a confiar en nosotros y en los otros, aprender a relacionarnos, a escuchar, a expresarnos, a reconocer nuestros errores, a ser coherentes, aprender a amar, a dejarse amar, a creer, disfrutar, aprender a enfrentar los miedos, a esperar, a vivir con paz, etc.
Todo esto llevado a la práctica cotidiana implica sin dudas un cambio de hábitos, cambio intencional de rutinas, un cambio de vida... se trata de decisión, determinación, esfuerzo, de tolerar las frustraciones que generan los cambios y la salida de la comodidad.
Para finalizar comparto este pensamiento bíblico Filipenses 4:6 y 7. No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.
"Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios porque él cuida de ustedes". 1 Pedro 5:7.
íDios te bendiga con entendimiento y sabiduría para que puedas desarrollar una vida más saludable y con un propósito!
(*) Sebastián Palermo, médico en psiquiatría y especializado en terapias cognitivas.
La Fundación Luz de Vida agradece al doctor Sebastián Palermo por permitirnos compartir este artículo basado en su libro "Vivir sin Ansiedad". La Fundación trabaja fuertemente en "educar, prevenir y restaurar" a través de escuela para padres, talleres, consejería, contención familiar y grupos terapéuticos llamados "Grupos de luz". íContáctenos! J. Newbery 508 S. S. de Jujuy. Comuníquese al 388-4479595, o ingrese a nuestra página de Facebook e Instagram: Fundación Luz de Vida. íEstamos para ayudarles!