Por: JOSÉ A. MENÉNDEZ, Médico Jujeño
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Por: JOSÉ A. MENÉNDEZ, Médico Jujeño
Nuestra pintoresca ciudad no solo se caracteriza por la belleza que elevan las montañas y celosas protegen los valles. Por la rica flora y fauna que se hace sentir y ver recordando a cada instante la razón oculta de sus barrios.
Por sus calles empinadas acompañando su geografía caprichosamente. Por su cielo azul disputando su impecable acontecer con la Quebrada. Por su clima amigo del hombre y la familia invitando a vivir.
Y así, con estos invalorables detalles podríamos continuar mencionando su generoso esplendor, se me ocurre muy parecido al paraíso.
Sin embargo quienes la habitan no parecen disfrutar su entorno, sus paisajes, su ancestral silencio y muchas otras cosas bellas que nacieron con Jujuy.
Más bien algunos buscan desvirtuar su armonía, su paz, su encanto. Desde lo más profundo de mi impotencia nace una pregunta. ¿Por qué tanta tolerancia a la permanente agresión "acústica" desplazándose por la ciudad raudamente sin control alguno de las autoridades creadas a tales efectos?
El deterioro que está provoca sobre tímpanos y cerebro (también conocida como ruido excesivo o contaminación acústica) es de tal cuantía, que puede provocar daños físicos y psicológicos. Las alteraciones físicas son variadas, pero lo importante es que pueden lesionar células ciliadas del oído interno. Dolores de cabeza y fatiga inexplicables. Problemas cardiovasculares con hipertensión arterial. Trastornos del sueño. En lo psicológico no es infrecuente la ansiedad y el estrés con marcada irritabilidad. Afecta la concentración y por ende la memoria. Como vemos, todas patologías evitables que mejorarían la calidad de vida y el bienestar general.
El gobierno municipal tiene o debería tener los elementos necesarios para controlar la intensidad de los ruidos (sobre todo de motocicletas, los autos en menor cuantía). Nunca permitir que los mismos superen los 100 DB que definitivamente causan daño en cortos periodos de tiempo.
De otra manera la población se verá obligada a usar protectores auditivos, algo impensado en nuestra sociedad.
Y aquí vamos al grano o raíz de la cuestión.
Estos chicos, primeros responsables de esta agresión, ¿pensaron alguna vez sobre tan irresponsable forma de actuar? ¿No se dieron cuenta la molestia que significa un escape "libre" o "abierto" y el infernal ruido que ocasionan? De no ser así, disculpen, pero necesitan asistencia médica psiquiátrica inmediata.
Por otra parte, los encargados de este tema en la municipalidad, evidentemente no se diferencian mucho de los culpables. Señores, esto no da para más. Si no realizan una campaña buscando controlar motos o autos que infringen la ley, íalgo tan simple!, tendrán que replantear el cargo que ocupan por incompetentes.
Pero no solo es esto lo que quiero resaltar. En el mes de octubre ocurrieron 50 accidentes de motos con terribles resultados para sus conductores y o acompañantes. Con frecuencia transportan a la familia (esposa y 1 o 2 hijos) en la salida de los colegios con el riesgo que esto significa. Vuelvo sobre igual enfoque, ¿no será tiempo que despierten los funcionarios o responsables encargados de hacer cumplir la norma? Ellos participan directamente sobre estas irregularidades tan comunes en nuestro medio.
Si buscamos construir "orden y respeto", (no solo para cobrar multas) comencemos por tomar conciencia sobre la preocupante realidad que afecta a toda la sociedad (ricos y pobres). Sería bueno iniciar campañas de concientización en los medios y controles periódicos en lugares estratégicos.