¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
26 de Junio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

El último baile (Primera Parte)

Miércoles, 24 de enero de 2024 01:01

Un pacto. Una mirada cómplice, una sonrisa dulcinea. Te bus‑ que cerquita de la esperanza, por el camino del trabajador. Te fuiste un día marbella, alondra, en una noche de estrellas, tropobella. Aquel día recuerdo que vi una estrella fugaz, un deseo pedí. Se cumplió. Te fui a buscar. Me esperabas. Confabulamos un sueño.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Un pacto. Una mirada cómplice, una sonrisa dulcinea. Te bus‑ que cerquita de la esperanza, por el camino del trabajador. Te fuiste un día marbella, alondra, en una noche de estrellas, tropobella. Aquel día recuerdo que vi una estrella fugaz, un deseo pedí. Se cumplió. Te fui a buscar. Me esperabas. Confabulamos un sueño.

Un sonno profundo, mapamundi. Abrí el portón negro. Entré sigilosamente al garaje. Sin hacer mucho preámbulo, saqué la motocicleta intensamente roja y te fui a buscar en aquel sitio. Crucé el canal de riego como si cruzara el Canal de Beagle. Otrora el Canal de la Mancha. Mancha fiesta. Me esperabas escondida en medio de las cañas huecas.

Las cañas como huesos secos se enredaban en tus piernas. Piernas ligeras como gacelas. Una brisa cálida atravesó mi rostro. Esta brisa susurraba palabras extrañas en una noche oscura, en un manto oscuro. Un calor se apoderó de mi cuerpo. Sentí tu piel muy cerca de la mía.

Olías a jazmines blancos añejos como el vino tinto. Penetré en tu mirada, recordé tus saltitos, y una lagrima cayó hacia mis labios. Dimmi se mi ami. Ti voglio bene. Fue allí, donde te di el primer beso. ¿Te acuerdas? Si vale bene, ego vale. A los lejos se veían las luces. Andiamo. El frontispicio del club parecía sacado de un escenario de Hollywood, yo pensé en Rick e Ingrid. Me enamore de nuevo. Todos alguna vez hablaron de Casablanca, del gran club.

Recuerdo a mi tía cantando junto a los Plateros “only yu”. Todavía no llegábamos, el camino de ida parece más lejos que el de vuelta. De vez en cuando, le tocaba la cintura para saber si todavía estaba.

En otras ocasiones se disipaba en la neblina de la noche, Londres. ¿Por qué? sospecho que te gustaba aparecer de noche. De vez en cuando cazaba luciérnagas ingenuas que adornaban aquel sitio como un Staglieno. No era el territorio de Tolino, pero si acaso se lo veía cerca, solo era por su mente inquieta y curiosidad felina. Casablanca, luces, sonidos, qué ganas de bailar un chachachá, un cuarteto en LA menor.

Comenzó la noche, apenas nos metimos en medio de la multitud, entre luces y sombras era todos pardos. Como dice el abuelo “de noche todos los burros son pardos”. Continuará...

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD