Hondo pesar generó el mediodía de ayer la triste noticia del fallecimiento del veterano de guerra de Malvinas Ricardo Condori. Durante el conflicto bélico con Gran Bretaña, este hijo de Abra Pampa combatió en Monte Kent hasta quedarse sin municiones.
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Hondo pesar generó el mediodía de ayer la triste noticia del fallecimiento del veterano de guerra de Malvinas Ricardo Condori. Durante el conflicto bélico con Gran Bretaña, este hijo de Abra Pampa combatió en Monte Kent hasta quedarse sin municiones.
Nacido el 5 de marzo de 1959 en la Capital de la Puna, era un militar de carrera formado en la Escuela de Suboficiales del Ejército "Sargento Cabral".
El 2 de abril de 1982, cuando se supo de la recuperación de las islas, estaba en el Regimiento de La Tablada, donde le informaron que debía prepararse, junto a los soldados que tenía asignados, para partir en tres días rumbo a Malvinas.
En el libro de mi autoría "Malvinas en primera persona", Condori relató su experiencia: "Tenía gente que se incorporó voluntariamente, eran seis soldados viejos que habían sido dados de baja en esa época, y cuando se enteraron que se tomaron las Malvinas volvieron. Como jefe de grupo, junto mi personal, estábamos contentos, preparándonos cada uno con el armamento y equipos. La gente también estaba contenta, todos los días golpeaba el alambrado, quería ingresar a despedirnos".
"Salimos a las 9 de la mañana, algunos en unimog, otros en colectivo, rumbo a El Palomar. Ahí estuvimos parados como una hora, un avión nos llevó hasta Chubut, de Chubut a Río Gallegos, donde bajamos y estuvimos parados dos horas y tomamos mate caliente. De ahí partimos más o menos a las 8 de la noche rumbo a las Islas Malvinas. Al Hércules le sacaron todos los asientos, ahí nos sentamos todos juntos, algunos contentos, otros tristes, preocupados. Más eran los que estaban contentos por ir a conocer esas tierras. Yo estaba contento, me decía será como dice la Marcha de Malvinas. Llegamos como a las dos de la mañana".
A las 6 le informan que tras bajar los equipos, debían marchar rumbo a Puerto Argentino. "Se escuchaban los sonidos del mar. Ya vimos el primer enfoque de las casas bombardeadas por el Regimiento 25 que tomó las Malvinas, a cargo del teniente coronel Mohamed Alí Seineldín, con la Operación Rosario. Originalmente se llamaba Operación Azul, pero antes de desembarcar Seineldín le cambia el nombre por Operación Rosario porque los soldados llevaban rosarios. Entramos a Puerto Argentino todos en columna. Los kelpers, algunos salían con las banderas inglesas; otros con banderas argentinas, contentos, aplaudían el paso de la tropa. Teníamos orden de no decir nada y pasar. Estábamos contentos porque pisábamos esa tierra, que nadie soñaba eso. Gracias a Dios mi gente tenía la instrucción completa, sabía cómo defenderse, cómo hacer pozos de zorro, cómo comer. Llegamos hasta el centro, en la Casa de Gobierno, ahí nos presenta la tropa el general Benjamín Menéndez. Los jefes se reúnen y nos dan los puestos al pie del Monte Kent".
Ricardo Condori estuvo combatiendo en Monte Kent. El hostigamiento del enemigo era constante, día y noche. El 14 de junio ya no contaban con municiones y fueron tomados prisioneros. "Nos tuvieron casi mediodía encerrados por un alambrado. Al día siguiente me dicen Condorí su gente se rindió. En ese momento los ingleses nos trataron bien como prisioneros. Nos sacaron del campo donde estábamos separados y nos llevaron donde estaba la gente que se entregó. Un inglés me da la mano y me dice con el traductor, 'pensar que hace dos minutos estábamos fuego a fuego con ustedes. Ustedes son unos buenos combatientes, han podido enfrentar una alta potencia. Pensábamos que en dos días los íbamos a castigar. Son buenos combatientes, les agradezco. Son buenos soldados, se que han sufrido de frío, de hambre que se nota porque están flacos, decaídos, pero no se entregaron así nomás'".
En la entrevista que concedió para mi libro dejó plasmado un deseo que compartía con muchos veteranos de guerra: "Me gustaría que los alumnos, el público que va a los desfiles, rompan la formación, nos encuentren, nos hablen. Eso necesitamos".
Entre sus tesoros, Condorí guardaba las cartas de estudiantes que había recibido mientras estaba en Malvinas. Para él, formaban parte de los lindos recuerdos de aquel momento de su vida.